El suave relax de las aguas termales de Galicia
La naturaleza fue generosa con Galicia, al menos en su tesoro subterráneo de aguas termales. Sus propiedades terapéuticas y relajantes se descubren en piscinas, balnearios y grandes complejos
Casi no hay rincón de Galicia donde no haya aguas termales. Suena a exageración, pero el pequeño territorio gallego concentra nada menos que 300 manantiales, que junto con los balnearios, spas y talasos ofrecen una bienvenida relajación.
Hay muchas para elegir, pero podemos buscar un poco de cada alternativa: piscinas al aire libre que invitan incluso en el frío otoño del norte, villas termales y complejos con tratamientos de talasoterapia.
Ourense
No en vano se la conoce como la capital termal de Galicia. En As Burgas el agua surge de la tierra con una sorprendente temperatura que alcanza hasta los 68 grados, lo que en los siglos XVIII y XIX llevó a la construcción de un circuito termal de uso gratuito.
Entre bonitos jardines y fuentes se encuentra un espejo de agua de 200 metros cuadrados al aire libre, donde se puede sentir el mismo bienestar que los romanos descubrieron.
Sus aguas de mineralización media, alcalinas y litínicas permiten cuidar la piel y quitar tensión a los músculos.
Otro circuito recomendado es el Paseo Termal del Miño, formado por cinco kilómetros de senda peatonal donde se concentran hasta siete instalaciones en las que descansar, mientras se disfruta de un baño en plena naturaleza, sea invierno o verano.
Aquí están las termas de A Chavasqueira, en la margen derecha, con aguas a 63 grados.
En tanto a cinco de Ourense están las termas de Outariz y las Burgas de Canedo, con diferentes grados de calor en las piscinas, donde las más intensas rozan los 60 grados; buscadas por los que necesitan tratamientos contra la artritis.
El circuito termina en la fuente de Reza, el último punto termal de esta zona.
Mondariz
Bienvenidos al ayuntamiento más pequeño de España, de solo 2,4 kilómetros cuadrados: Mondariz-Balneario, en Pontevedra.
A pesar de su superficie mínima concentra diversas muestras patrimoniales, históricas y naturales; que la han potenciado como centro del termalismo en el siglo XIX.
Con edificios y jardines que recuerdan a la belle époque, su prestigio fue tan grande que llegó a acuñar una moneda propia.
El imponente Gran Hotel de Mondariz fue visitado por personalidades españoles e internacionales entre fines del siglo XIX y principios del XX
Todavía se pueden ver las ruinas del antiguo Gran Hotel, donde las viejas bañeras fueron invadidas por la vegetación. El establecimiento era visitado por grandes personalidades españolas e internacionales
Aquí se encuentran dos fuentes termales de importancia, la Fuente de Troncoso y la Termal de Gándara, situada dentro de un impactante pabellón de granito.
El catálogo de propiedades curativas es extenso. A pesar de su olor poco agradable, esta agua es indicada en afecciones metabólicas, locomotoras, respiratorias, nerviosas y cardiovasculares.
El Palacio del Agua del Hotel Balneario de Mondariz presenta un recinto de 3.000 metros cuadrados dedicados al relax acuáticos, con una gran piscina central de 300 metros recubierta por una cúpula de vidrio, flanqueada por diversas piscinas con aguas a diferentes temperaturas.
Isla de A Toxa
Las aguas del mar y los centros de talasoterapia se concentran en esta bonita isla de Pontevedra, en las Rías Baixas.
Allí se encuentra el hotel con tratamientos de talaso Louxo da Toja y dos hoteles balnearios de la cadena Eurostars.
Además de disfrutar de las aguas se ofrecen tratamientos de spa, masajes y programas de alimentación para tener una renovación completa del cuerpo y la mente.
La talasoterapia se basa en tratamientos con elementos marinos, donde el agua salada se eleva a una temperatura que abre los poros de la piel y permite el paso de los minerales.
Además de probar la fabulosa cocina de mariscos y pescados en este rincón de las Rías, y de conocer al pueblo de O Grove y su parque de esculturas de granito, se puede volver a los spas de los hoteles y probar los tratamientos en base a vino, algas, aromas, colores o chocolate. Y por supuesto, combinados con agua de mar.
O Ribeiro
Vino y aguas termales. ¿Qué más se puede pedir? Regresamos a la provincia de Ourense, donde desde tiempos antiguos se conocen las propiedades terapéuticas de las aguas que emanan de las comarcas de O Carballiño y O Ribeiro, tierras que producen un exquisito vino con denominación de origen propia.
Cabe destacar el manantial de Cenlle, donde el agua llega a la superficie a una temperatura de 50 grados, y lo hace en medio de un entorno de gran belleza.
En la comarca de O Ribeiro, además de las aguas termales, se pueden disfrutar de los exquisitos vinos de DO
En la parroquia de Laias hay un hotel-balneario, aunque hay quienes prefieren la opción más tradicional de alojarse en casas rurales.
El paisaje, de bosques densos y con aire melancólico, es atravesado por el río Miño; donde cada tanto asoma alguna residencia como el Pazo de Rioboo, del siglo XVII.
En el balneario deja que las aguas termales, bicarbonatadas y alcalinas, relajen al cuerpo.
La piscina exterior, de agua caliente, tiene una vista panorámica sobre el embalse de Castrelo de Miño que hay que descubrir.
En una segunda jornada se puede conocer el Gran Balneario de O Carballiño, que aparece en medio de árboles centenarios. En el Pabellón de Agüistas se encuentra un manantial de agua medicinal con abundantes propiedades terapéuticas. Todo es cuestión de relajarse y dejarse llevar por su agradecido bienestar
Y por supuesto que el paseo no está completo sin una visita a las bodegas de DO O Ribeiro, con vinos que se deben maridar sí o sí con el famoso pulpo de la comarca.