El rincón de Berlín que nunca descansa

En el sector de Moritzplatz conviven desde clubes nocturnos hasta el mayor huerto urbano de la ciudad. Un panorama de contrastes para descubrir

Moritzplatz, al final de la calle Oranienstraße, en Berlín, es un sector que durante décadas ha quedado al margen de cualquier cambio en Berlín. Pero en los últimos años está teniendo una interesante resurrección en el siempre animado barrio de Kreuzberg.

Esta zona, que fue librada a la desidia tras la posguerra, se convirtió en un motor de ideas con comercios que presumen de originalidad y de conciencia ecológica en sus huertos urbanos.

La sinergia cultural

Uno de los protagonistas de este cambio de tendencia es el centro Aufbau Haus, impulsado por la casa editorial Berlin Aufbau. En sus instalaciones de 17.000 metros cuadrados convergen toda clase de instalaciones artísticas, sociales y culturales, como el Teatro Aufbau Kreuzberg, donde además de representaciones se organizan presentaciones de libros y de conciertos con artistas de todo el mundo.

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Fachada de la Aufbau Haus, en Mortizplatz. Foto: Aufbau Haus

Fachada de la Aufbau Haus, en Mortizplatz. Foto: Aufbau Haus

Cada año allí se organiza el Festival Gitano de Kreuzberg, que revela diferentes facetas de la cultura romaní. Su galería es la única de Europa occidental centrada en las expresiones artísticas de esta comunidad, con un calendario de muestras y exhibiciones que rota constantemente.

Huertos ecológicos en el corazón de la ciudad

En la zona se encuentra el proyecto jardinería urbana más importante de Berlín, el Prinzessinnengärten. Durante 60 años este terreno 6.000 metros cuadrados había quedado abandonado y se había convertido en un basural.

Los huertos urbanos de Prinzessinnengärten permitieron recuperar una zona de 6.000 metros que se había convertido en un basural

Gracias a la acción de la ONG Nomadisch Grün el lugar cambió radicalmente. Allí se instaló un huerto urbano donde los participantes no solo van a cultivar sino también a aprender y enseñar técnicas agrícolas, que se extienden a la cultura de la apicultura o a la creación de compost con lombrices.

Prinzessinnengarten Foto Erik Borälv Flickr

Vista de la cafetería del Prinzessinnengärten. Foto Erik Borälv Flickr

Todos los vegetales se cosechan bajo los parámetros de la agricultura ecológica. Las hortalizas y tubérculos son comprados por los vecinos, o se disfrutan en la improvisada cafetería que se montó en este pequeño paraíso verde.

También se llevan a mercados como el Kultur Winter Markt & Zirkus, que fue especialmente creado para familias.

Trabajo y diversión

A pocos pasos se encuentra el Betahaus, un espacio de coworking con 120 plazas que vive una constante rotación de programadores, diseñadores, fotógrafos, arquitectos y blogueros que comparten sus experiencias entre los escritorios o en las numerosas cafeterías de la zona.

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El Ritter Butzke se encuentra en una antigua fábrica abandonada. Foto: Visit Berlin

El Ritter Butzke se encuentra en una antigua fábrica abandonada. Foto: Visit Berlin

Hablando de propuestas de ocio, el punto más legendario para la diversión nocturna es el club Ritter Butzke, en la calle Ritterstraße.

El Ritter Butzke, uno de los clubes nocturnos más famosos de Berlín, se encuentra en una antigua fábrica redecorada en un estilo decadente y kitsch

Su éxito llegó como un secreto a voces, ya que jamás se realizó ninguna publicidad. Instalada en una antigua fábrica, en sus salas impera el house y el tecno, en un ambiente decadente y algo kitsch donde se pueden ver desde teteras gigantes hasta caballitos de mar de dimensiones inconcebibles.

La columna vertebral

Pero la verdadera columna vertebral de Moritzplatz, que se extiende hasta los sectores de Kottbusser Tor y Görlitzer Bahnhof es la calle Oranienstraße.

Desde pequeños restaurantes de comida orgánica hasta clásicos bares como Die Rote Harfe o Würgeengel conviven con locales más modernos como Prinzipal Kreuzberg y el Bar39.

Y eso sin contar con las tiendas de moda y los locales de diseño de decoración que conviven con restaurantes de comida étnica que sacan a más de un apuro económico y los supermercados de 24 horas. Es que este rincón de Berlín nunca duerme.

 

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