El PSC utilizará el turismo para erosionar al alcalde de Barcelona

Collboni, durante las elecciones, echará en cara a Trias el "error" de rendirse a lo fácil: el turismo de masas; el PSC quiere que la tasa turística sirva para recuperar los barrios más perjudicados.

El Partido Socialista (PSC) convertirá el turismo en una herramienta de desgaste político durante la campaña de las próximas elecciones municipales.

El candidato a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni, ha avanzado desde Madrid que propondrá un cambio de modelo, antagónico al actual. El ayuntamiento estará, de tomar el poder, al frente de la implantación de nuevas ofertas, según se desprende de su conferencia política pronunciada frente al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

«Xavier Trias ha cometido el error de rendirse a lo fácil, que es atraer el turismo de masas». La estrategia de calles llenas de visitantes internacionales pero con poca capacidad de gasto es contraproducente a juicio del contrincante del actual primer edil barcelonés. Estos errores y cómo combatirlos estarán muy presentes en la estrategia socialista.

Collboni señala que la apuesta de Trias genera fricciones muy graves con los vecinos de los distritos de Ciutat Vella y el Eixample. «Hasta tal punto, que la primera industria de la ciudad genera un fuerte rechazo entre los vecinos». Para combatir el malestar social, el PSC ha lanzado una propuesta que podría aplicarse inmediatamente, según defiende.

Recuperación de espacios

«En Barcelona se recauda un tercio de la tasa turística de Cataluña». «Nuestra idea –prosigue– es que todo ese dinero, además de para promocionar el turismo, sirva para recuperar las zonas más afectadas». A largo plazo, a Collboni le gustaría rescatar espacios como la Monumental y dedicarlos al uso social.

La política opuesta la despliega Trias desde el sillón de alcalde. El gobierno de Convergència i Unió (CiU) no ha previsto cambios de modelo significativos en lo relativo al turismo, y el PSC observa una brecha en esa estrategia. La reacción del consistorio respecto a varios asuntos relacionados con el sector tiene que ver con la mano dura.

El turismo de masas, o low cost, seguirá presente pero bajo vigilancia. Los controles policiales para acotar los efectos de la mala educación de algunos visitantes se hicieron visibles después del conflicto derivado del alquiler de viviendas como apartamentos turísticos en el barrio marítimo de la Barceloneta.

La Generalitat, más implicada que el ayuntamiento

El desgaste al que se somete la ciudad no sólo tiene sus raíces en el mejor o peor comportamiento de los turistas. La masificación es una realidad igual de acuciante para los gestores públicos de la Ciudad Condal. Por ahora, las únicas iniciativas que se conocen emergen del gobierno autonómico. El ayuntamiento, denuncian las asociaciones de vecinos, está desaparecido.

La Generalitat, en cambio, apadrinó aplicaciones móviles desarrolladas por empresas innovadoras y que ayudan a dispersar los visitantes por distintos puntos de interés. Los tres proyectos han dado resultados con «rapidez», según la consejería que dirige Santi Vila, también de CiU. Las app desplegadas se han probado antes con éxito en otros destinos.

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