El hotel de ‘El resplandor’, un refugio de lujo para los amantes del esquí

En los exteriores del Timberline Lodge se grabaron algunas escenas de la mítica película protagoniza por Jack Nicholson y dirigida por Stanley Kubrick

Un niño recorre largos pasillos de un hotel con un triciclo. De repente, gira una esquina y se encuentra con dos gemelas. Ambas llevan el mismo vestido azul claro. Hasta aquí incluso podría tratarse de una bonita historia.

Sin embargo, la música, el ambiente y los sonidos que visten estas imágenes convierten esta escena en una de las más inquietantes de la película El resplandor, protagonizada por Jack Nicholson y dirigida por Stanley Kubrick.

Pero, a veces, la realidad se aleja, y mucho, de la ficción. El hotel en el que grabaron varios exteriores de la película, es decir el Timberline Lodge, aunque atrae a muchos curiosos que han visto El resplandor, es, en realidad, un bonito refugio para los amantes del esquí. No se trata de un hotel medio abandonado y tétrico, como aparece en la película, sino todo lo contrario. 

Con habitaciones de más de 200 euros la noche

Ubicado en el estado de Oregón, este hotel se llena, sobre todo los fines de semana, de visitantes que quieren disfrutar, además de sus instalaciones y de sus vistas, de la nieve. 

A los pies de una increíble pista de esquí, este hotel ofrece habitaciones cuyos precios rondan los 150 dólares (unos 138 euros) e incluso superan los 200 o 250 dólares la noche (183 o 229 euros) algunas fechas de enero y febrero, tras las vacaciones de Navidad.

De hecho, para aquellos que no quieren o no pueden gastar tanto, Timeberline Lodge ofrece habitaciones con literas en las que se comparte el baño con otros huéspedes. Aunque en algunos casos estas habitaciones también superan los 100 dólares la noche (unos 92 euros). Además, el hotel ofrece packs especiales para los esquiadores, con forfait incluido en el precio de la habitación.

Un ambiente cálido

Pero si no le gusta o no sabe esquiar, el interior del establecimiento merece, como mínimo, una visita. Gracias a varias chimeneas y al protagonismo que adquiere la madera, la estancia ofrece una calidez que invita a tomarse un reconfortante café o un chocolate caliente junto a la lumbre. Eso sí, en la temporada de invierno es difícil encontrar algún asiento libre.

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El personal del Timberline es amable y el hotel cuenta también con un restaurante junto al lobby perfecto para recuperar fuerzas tras una jornada de esquí –sus precios van acorde al establecimiento–, así como otras zonas para tomar algún refresco, una cerveza o una copa de vino.

Bodas y reuniones

Incluso se celebran bodas en el Timberline Lodge. Este establecimiento permite descansar y desconectar unos días, así como disfrutar del esquí. Pero también es una buena elección para celebrar un evento especial y reuniones de todo tipo, tanto familiares, como de negocios.

Pocos pueden escapar del encanto de este hotel, aunque -lamentablemente- no todos los bolsillos pueden permitírselo.

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