El glamour navideño nunca abandona a Manhattan

Los escaparates de Manhattan mantienen su tradicional brillo navideño, la mejor estrategia para resistir la avanzada de Amazon y otras plataformas

Uno de los grandes atractivos de visitar Nueva York en Navidad y Año Nuevo es descubrir el luminoso despliegue de lujo y glamour que desprenden los escaparates de sus tiendas más emblemáticas. La preparación lleva un año, y además de ser un tradicional motivo turístico, es una elaborada estrategia para resistir el embate del comercio electrónico.

No son los únicos frentes de batalla de marketing que tienen que lidiar estas tiendas tradicionales y grandes almacenes. Las promociones por redes sociales, el rol de los influencers y los nuevos canales de venta también obligan a replantear nuevas estrategias.

Santa Claus vs el Grinch

Este año los aplausos se los llevan dos grandes almacenes, ya un mito de las compras navideñas en Manhattan: Macy’s y Bloomingdale’s. La primera armó el tradicional circuito de Santaland, una recreación del Polo Norte donde un Santa Claus recibe a los niños que se acercan con una carta en la mano. El lugar está decorado con nieve artificial, mucho terciopelo rojo, figurantes disfrazados como elfos, y todo lo que uno pueda imaginar como decoración navideña.

Macy’s recrea el hogar de Santa Claus y Bloomingdale’s prefiere decorar sus tiendas con el Grinch, el enemigo de la Navidad

Pero Bloomingdale’s prefiere apostar por el enemigo de la Navidad: el Grinch. Acompañando el estreno de la película de animación, los escaparates se convierten en pantallas donde se promociona el film, y el interior se decoró en el color verde intenso que caracteriza a esta criatura que odia las fiestas.

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Macy’s recrea el pueblo de Santa Claus.

Tres semanas antes del Día de Acción de Gracias estos grandes almacenes presentaron la decoración con una performance a cargo de la violinista y bailarina Lindsey Stirling.

Sueños en Saks

La tienda de Saks en la Quinta Avenida presentó sus escaparates con una celebración al estilo de Broadway, con una parafernalia de luces y fuegos artificiales, sazonado con el postureo de un buen número de celebridades.

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El Grinch es el motivo de la decoración de Bloomingdale’s.

Bajo el nombre de “Teatro de los sueños”, los cristales exteriores muestran un despliegue de glamorosos maniquíes con vestidos de colores en paisajes de toque surrealistas, donde cae nieve artificial.

Un millón de caramelos en Bergdorf Goodman

Bergdorf Goodman quizás sea la tienda más opulenta de la temporada. El motivo de este año fue recrear la Tierra de los Dulces. El diseñador visual, David Hoey, montó una decoración con un millón de dulces y caramelos, la mayoría de ellos falsos.

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Un millón de dulces decoran los escaparates de Bergdorf Goodman.

El 70% del presupuesto para montar la tienda navideña se evapora en diciembre. Pero el resto del año el equipo creativo trabaja en preparar la decoración: en febrero se elige el tema, en marzo se terminan los bocetos y comienza el armado de los prototipos. Ocho meses después el trabajo llega a su fin, informa Bloomberg.

Alimento para las redes sociales

Cuando el telón se levanta en el escaparate, llega la legión de visitas que, móvil en mano, se hace selfies o retrata el motivo decorativo, para catapultar las visitas en redes sociales a golpe de menciones y hashtags de tendencias.

Todas estas tiendas tienen sus canales de venta electrónica, pero se aferran a la tradición y los iconos navideños para no perder su aureola de glamour.

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