El Ayuntamiento de Barcelona completa su ‘reinterpretación’ de Montjuïc

El Ayuntamiento de Barcelona ha completado el cambio de identidad del Castillo de Montjuïc. La fortaleza gana un museo que la explica desde un punto de vista muy crítico, en detrimento de la historia puramente militar.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha completado el cambio de identidad del Castillo de Montjuïc. La fortaleza ha estrenado el jueves un museo que explica su historia incidiendo en el aspecto «represivo» de la misma. La historia militar del enclave, que goza de vistas inmejorables a la ciudad, queda en un segundo plano.

 «La ciudad ha tenido una relación contradictoria con Montjuic. Épocas de paz, épocas de guerra. Épocas de cercanía y épocas de rechazo», ha señalado el edil. Sin embargo, el museo está muy centrado en este último capítulo.

Organizada en cuatro espacios, la exposición recorre la historia de la montaña, la de la fortaleza y la de su carácter «defensivo y represivo». El colofón del montaje es un espacio en el que se denuncian las «torturas y cárcel» de los ocupantes del Castillo y se recuerda al presidente catalán Lluís Companys (1934 y 1936-40), que fue fusilado en 1940 en el foso.

Alegato pacifista

Además del acento en la memoria histórica, el equipo de Trias ha ‘repintado’ el espacio con una brocha pacifista. El centre de interpretación incluye una frase atribuída al general Baldomero Espartero en la que se insta a «bombardear Barcelona cada 50 años».

El espacio expositivo lo cierra una reproducción de varios artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.

De pago

La entrada al espacio cuesta cinco euros, que se sumarán a la entrada general de cinco euros que deben pagar los turistas para acceder al espacio. Sin embargo, los barceloneses se ahorrarán si se apuntan con antelación al programa Gaudir Barcelona.

El Castillo de Montjuïc, cedido por el Ministerio de Defensa al Ayuntamiento en 2009, recibió 600.000 visitantes el pasado año, el primer ejercicio en el que se estrenó el sistema de pago. El monumento es la segunda gran atracción barcelonesa que se cierra a las visitas gratuitas, tras el polémico vallado del Parque Güell.

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