Diez escapadas desde Glasgow por la Escocia profunda

Desde Glasgow se pueden organizar excursiones para descubrir castillos, villas medievales, lagos y hasta arquitectura moderna

Glasgow, la segunda ciudad de Escocia, es una interesante base de operaciones para explorar el país del whisky y las gaitas. El viaje desde Edimburgo a Glasgow dura una hora en tren, y desde aquí se pueden organizar excursiones de medio día o toda una jornada por pueblos con herencia medieval, castillos intactos o en ruinas y una gran cantidad de rutas para practicar senderismo.

La vida cultural de Glasgow

Antes de partir conviene recordar que Glasgow cuenta con una activa oferta cultural, con más de 20 museos y galerías de arte como la galardonada Colección Burrell, el enorme museo y galería de arte de Kelvingrove y el museo Riverside.

Si Barcelona tiene a Gaudí, Glasgow tiene a Charles Mackintosh como su arquitecto estrella

Y para los amantes del arte urbano, la ciudad está llena de murales de los mejores artistas del mundo.

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La ciudad es también la sede de las compañías de Scottish Opera y Scottish Ballet. Además, la escena musical en Glasgow está al rojo vivo con salas como el King Tut’s Wah Wah Hut, donde descubrieron y contrataron al grupo Oasis en 1993.

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Scotland Street School, una de las obras de Charles Rennie Mackintosh.

El legado de Mackintosh

Los amantes de la arquitectura deberían tomarse varias horas para conocer el legado de Charles Rennie Mackintosh, con edificios como el Mackintosh Building, la iglesia de Queen Cross, la réplica de su casa que aloja la Universidad de Glasgow y el coqueto salón de té de The Willow Tea Rooms.

New Lanark

Junto al río Clyde este pueblo es uno de los cuatro sitios catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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Se trata de un interesante complejo industrial de fines del siglo XVIII que pretendió ser un ejemplo del socialismo utópico. Desde aquí también parten rutas para practicar senderismo.

Stirling

Los amantes de la historia tienen su cita en el conjunto medieval de Stirling, donde hay un castillo en excelente estado de conservación.

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Una torre homenajea a William Wallace, quien derrotó a los ingleses en la batalla de Stirling

En la cima del monte Abbey Craig se encuentra la torre que homenajea a William Wallace (sí, el de Braveheart), quien derrotó al ejército inglés en la zona en 1295. Otra batalla clave, la de Bannockburn, puede ser recreada con exposiciones interactivas en 3D.

Newark

Otro castillo que vale la pena visitar es el de Newark, en la costa sur del estuario del río Clyde.

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A pesar de la destrucción que sufrió en las guerra civil de 1643 a 1645, su presencia es imponente y sorprende la amplitud de sus estancias.

Oban

El coqueto pueblo pesquero de Oban es una de las perlas que esconde la costa oeste de Escocia. Situado entre las montañas y el mar y con vistas (y acceso) a algunas de las islas más bonitas del país, es accesible en tren desde Glasgow.

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Allí se puede pasear por el puerto, probar los mariscos de Ee Usk y contemplar las vistas desde la Torre de McCaig. El paso por la destilería de whisky del pueblo es de paso casi obligatorio.

Isla de Arran

Esta isla en medio del fiordo de Clyde es conocida como la Escocia en miniatura, porque en sus 430 kilómetros cuadrados se sintetizan los paisajes del país: abruptos y montañosos al norte, de ondulaciones suaves al sur.

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La isla de Arran es conocida como la Escocia en miniatura, con sus paisajes montañosos al norte y ondulados al sur

Allí se puede ascender hasta el pico de Goatfell, visitar los castillos de Brodick (donde llega el ferry desde Ardrossan) o Lochranza, aprovechando para pedalear si el viento lo permite.

Loch Lomond

No tiene la fama del Lago Ness (ni un mítico monstruo para hacer marketing), pero el Lago Lomond presume de belleza, rodeado de picos escarpados como el Ben Lomond.

En su superficie lacustre hay una treintena islas, algunas con ruinas que datan más allá de la Edad Media.

loch lomond

En su extremo sur está el pequeño pueblo de Balloch, donde también hay un castillo y desde donde parten excursiones en barco por el lago.

La rueda de Falkirk y los Kelpies

Para poder cruzar de los canales del Forth y el Clyde con el Union los ingenieros escoceses crearon un ingenioso ascensor para evitar la destrucción del entorno, y que es una maravilla de la mecánica.

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Cerca se encuentran dos cabezas de caballos, los Kelpies, que se iluminan por las noches y que es uno de los iconos de la región.

kelpies

En la zona se debe pasar por el Callendar Park, donde hay una fastuosa residencia que data del siglo XIV, en medio de un bosque con lago.

Gourock

A 45 kilómetros de Glasgow se encuentra la villa de Gourock, que era una de las mecas el turismo de los residentes de la gran ciudad. De este pasado dorado quedan sus residencias de descanso edificadas entre el siglo XIX y el XX.

En medio del centro comercial de Gourock se levanta un megalito. Es tradición dar varias vueltas a su alrededor para tener suerte

En el centro comercial se levanta un megalito conocido como la Piedra Kempock, que había que rodearla siete veces para tener buena suerte en el matrimonio.

Gourock

Desde el lugar salen senderos para llegar por la costa hasta el faro de Cloch Point o el de Inmellan.

Dumbarton

Sí, otro castillo más. En este caso, es la fortaleza más antigua de toda Gran Bretaña, rodeado por una formación de roca basáltica llamada Dumbarton Rock.

Inexpugnable por generaciones, queda poco del castillo medieval, que fue reutilizado hasta la Segunda Guerra Mundial. Las defensas antiaéreas de ese conflicto, así como las fortificaciones de los siglos XVII y XVIII todavía siguen en pie.

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Las vistas desde las cumbres gemelas de la White Tower Crag y The Beak recuerdan por qué esta roca fuera elegida como la fortaleza de los británicos.

Helensburg

Si se quiere seguir explorando la vida y obra de Mackintosh se puede visitar la Hill House, en el pueblo de Helensburg. La residencia, un siglo después, mantiene su estética futurista, donde la funcionalidad se presentaba en un elegante y austero estilo vanguardista.

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