De talleres y musas: el Picasso apenas visto en España

La Fundación Mapfre reúne en Madrid más de 180 obras del artista con referencias de 30 colecciones, que se exponen por primera vez gracias a la colaboración incluso de la propia familia. El museo de la Fundación Mapfre se cuenta entre los pocos que en 2013 mejoró el número de visitantes.

La Fundación Mapfre ha reunido en Madrid la obra menos vista de Picasso. Algunas de las referencias que se exponen son inéditas gracias a la colaboración de los herederos del artista malagueño. Picasso en el taller es una gran exhibición no sólo por número, sino por calidad. El hilo conductor está relacionado con los espacios físicos dónde el artista se inspiró. De los colores vivos del Mediterráneo, al París bohemio de principios del siglo XX, sin descuidar la Guerra Mundial. Dos autorretratos abren y cierran respectivamente el recorrido.

La monumentalidad y el monocromo del entorno sostienen el paso del tiempo entre ambos. Pero son las pocas trazas comunes; la depresión por perder la carrera contra los años y el marchitar de su lozanía entroncan con la evolución de la exposición. Y así, el visitante pasa de la alegría a la melancolía, plasmada a ratos por la invasión alemana de París. Sus tejados no son en 1936 lo que eran, pinta con tristeza Picasso sin abandonar el halo de esperanza. El mito del taller, su lugar más íntimo, es la excusa de la compilación armada por Mapfre, con María Teresa Ocaña como comisaria. Hay otro hilo más poderoso en la inédita colección temporal: las musas del artista.

Prácticamente dos centenares de piezas entre lienzos, fotografías y grabados emergen por vez primera gracias a la “generosidad” de Claude, Paloma y Marina Picasso. También de Catherine Hutin, hija de la última inspiración y esposa, Jacqueline Roque. Además, llegan préstamos de museos de Estados Unidos, Francia, Suiza, Israel y Japón. El Reina Sofía hace sus aportaciones y, debido a ellas, se recorren a la par los ámbitos más vitales y reservados del artista, pero también se da uno cuenta de las interpretaciones –más bien metamorfosis— que hacía de Velázquez, referencia apenas disimulada.

La programación plagada de citas ineludibles ha convertido al museo de la Fundación Mapfre en uno de los pocos en España que ha mejorado sus índices de visita. El pasado año cerró con un 11% más de tickets que los despachados en 2012. Es decir, 617.000 visitantes cruzaron las puertas del palacio situado en la avenida de Recoletos. Las próximas citas, tras Picasso, son con el célebre fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, que centrará una gran retrospectiva organizada con el centro Pompidou de París. En otoño; momento de Sorolla, que llegará a Madrid desde San Diego (EEUU).

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