La oposición critica la pasividad de Colau ante el ataque al bus turístico

Los partidos de la oposición acusan a la administración municipal de promover la turismofobia, que deriva en sucesos vandálicos

El ataque a un bus turístico cerca del Camp Nou ha despertado las alarmas del arco político de Barcelona. El ayuntamiento de Ada Colau afirma que fue un hecho aislado, mientras que los políticos de la oposición acusan al consistorio de promover una política agresiva contra el sector turístico que deriva en sucesos vandálicos como el ocurrido a este transporte.

El ataque ocurrió el pasado jueves, pero recién se ha dado a conocer este sábado. Cuatro personas encapuchadas subieron al bus turístico que pertenece a TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona), pintaron con aerosoles los cristales con la leyenda “El turismo mata los barrios”, y pincharon los neumáticos del vehículo. El suceso asustó a los pasajeros, que al ver la irrupción de los agresores con sus rostros tapados llegaron a pensar que estaban bajo un ataque terrorista.

El ayuntamiento quita hierro al ataque

El ayuntamiento buscó quitar hierro al tema. El regidor de Empresa y Turismo Agustí Colom negó que haya turismofobia en la ciudad y lo desvinculó de las críticas que pueda recibir el sector turístico por su expansión en la ciudad.

El consistorio condenó el ataque pero no presentó la denuncia porque espera recoger más información. Así lo confirmó el segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, que pidió a TMB que investigue el caso.

Los representantes de la oposición señalan a la administración de Ada Colau como responsable de políticas que promueven estos sucesos. Según dijo el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, «la mala gestión de Ada Colau ha convertido el turismo en el primer problema para los barceloneses, pese a que cuando ella entró a la alcaldía era el noveno».

Fernández agregó en un comunicado que la alcaldesa “promueve la turismofobia para evitar la Colaufobia de los barceloneses por su mala gestión de esta actividad económica”.

Críticas por la demoras en denunciar

Desde el Pdecat la regidora Sònia Recasens pidió que el ayuntamiento aclare los hechos, y en Twitter dijo que le parecía incomprensible que se demoren tres días para recoger información antes de presentar la denuncia. “El silencio les hace cómplice de la turismofobia. ¿La están encubriendo?”, dijo en su cuenta.

Carina Mejías, jefa del grupo de Ciudadanos, también señaló al ayuntamiento por su gestión en el área municipal: “fomentar el discurso contra el turismo provoca estas consecuencias. Los actos de vandalismo no pueden quedar impunes”, escribió en Twitter.

Una larga lista de ataques contra el turismo

El ataque al bus se suma a otros hechos vandálicos que tienen al turismo como su objetivo. En mayo, en el Hotel Catalonia Magdalenes del barrio Gótico un grupo de 50 personas disfrazadas con pelucas rompieron cristales y algunos muebles del hotel.

Ese mismo mes, dos hoteles de Poblenou (el Amistat Beach Hostel y el Travelodge Poblenou) recibieron una lluvia de huevos y pintura arrojada por miembros de la plataforma Poblenou ens Plantem. El Gremio de Hoteles criticó que el edil de Turismo no haya condenado aquellos hechos, informó La Vanguardia.

Peor le ha ido al hotel Casa de Sol, de Gràcia, un inmueble que antes había sido okupado. Desde diciembre ha sufrido cuatro ataques, como pintadas en la fachada, rotura de cristales, y en marzo un grupo de personas realizaron destrozos en la recepción.

Esta es la primera vez que el bus turístico es objetivo de un ataque de estas características, aunque en noviembre cinco protestas simultáneas de la Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible han interrumpido la circulación del servicio en protesta porque, a su criterio, el turismo “ha convertido a Barcelona en un museo, en un parque temático”.

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