Cómo convertir Formentera en el verano de tu vida

La combinación hippie-chic que define el espíritu de la pequeña de las islas Pitiusas conquista a todo el que se acerca a conocerla

A sus playas de aguas turquesas y cristalinas, arenas blancas y atardeceres infinitos suma una filosofía de vida relajada y enfocada a la desconexión y al bienestar, además de un ambiente animado y risueño en el que nunca faltan los planes más apetecibles para que días y noches se tornen inolvidables. Paraíso en tierra, Formentera es puro verano. Puro Mediterráneo.

Dormir en un paraíso mediterráneo

Si hay un lugar en Formentera que ofrezca una estancia con la que recuperar el glamour veraniego de los años 50, ese sin duda es Gecko Hotel & Beach Club. Su estilo de vida playero y la elegancia de aquella época se suman a una concienciada filosofía de respeto por el entorno protegido que lo rodea, tres razones de peso para escoger este alojamiento como favorito en la isla.

Paraíso en la tierra, Formentera es puro verano mediterráneo

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Ubicado en un enclave privilegiado en plena playa de Migjorn, el hotel cuenta con 30 exclusivas habitaciones desde las que empaparse de la brisa mediterránea y su naturaleza, y hacer una inmersión en un ambiente relajado y distendido que permite olvidarnos del mundo por unos días.

Gecko beach club. Foto Gecko
El más codiciado centro de operaciones. Foto Gecko Beach Club.

Refrescarse en la piscina, disfrutar de un picoteo en su beach club, asistir a una instrucción matutina de yoga, mimarse con alguno de los tratamientos que ofrece su spa al aire libre, dejar pasar el tiempo leyendo un libro sobre sus camas balinesas o disfrutar de una velada frente al mar azul e infinito son algunas de las propuestas que harán de la estancia en Gecko una auténtica maravilla.

En verano, las noches de los martes y los jueves se aderezan con sus exquisitas espetadas, preparadas al aire libre en dos barcas de madera en las que se prepara el fuego para asar los mejores pescados del día. Las veladas se amenizan con música en directo y una propuesta líquida con la que retrasar, sin lugar a dudas, el momento de irse a dormir.

Saborear la isla

Se trata de uno de los enclaves que en los últimos años ha ganado más fama y su propuesta no es para menos. Beso Beach es sinónimo de diversión, de pies descalzos sobre la arena del parque natural de Ses Salines, ambiente animado, música frente al mar y buena gastronomía. Su esencia, como bien confiesan ellos, «reside en sus clientes», como una pequeña tribu de amigos que cada tarde se rinde al sol y al mar. Su carta se enfoca a un producto mediterráneo seleccionado con mucho mimo que se fusiona con matices vascos para ofrecer recetas de sabor auténtico a las que es imposible resistirse.

Beso Beach IV
Beso Beach, Formentera.

Algo más escondido (de momento ni aparece en el GPS) está Sol y Luna, pero merece la pena preguntar a algún lugareño para llegar hasta allí y probar su delicioso bogavante al estilo payés, además de otras especialidades del mar. Rural, discreto y humilde, este rincón en medio del campo y frente a la playa hará que queráis repetir la visita a la isla.

Aunque más escondidos, merece la pena indagar para llegar hasta Sol y Luna solo para probar su delicioso bogavante al estilo payés

También de ambiente campestre y sencillo encontramos Can Forn, uno de los mesones más clásicos de Formentera, donde pescados, quesos, embutidos, sobrasada y dulces típicos de las Baleares protagonizan la carta y conquistan estómagos y corazones de todo el que los visita.

Can Carlos, Formentera.
Can Carlos, Formentera.

Las mejores mesas de Formentera

Tres pistas más cierran la lista de imprescindibles en la pequeña Pitiusa. El primero es Can Carlos, que cuenta con uno de los patios -de mesas rústicas entre pinos, buganvillas y cientos de farolillos- más codiciados del archipiélago balear.

Pescado fresco y pasta casera con recetas tan originales como deliciosas. ¿Qué más se puede pedir para disfrutar de una cena perfecta?

Continuamos con la propuesta de Es Molí de Sal, otro de los clásicos de Formentera en la que podría ser una de las playas más espectaculares de la isla: Illetas.

Es Molí de Sal, Formentera.
Es Molí de Sal, Formentera.

Sobre el mar propone exquisitos arroces y calderetas, así como pescados y mariscos elaborados casi al gusto de los comensales. Para rematar, cuenta con una de las cartas de vinos más completas e interesantes de los alrededores, perfecta para disfrutar de una buena copa viendo la puesta de sol en este antiguo molino de piedra.

Finalmente, Can Dani no podía faltar en nuestra lista. La apuesta más importante que hace Formentera por la alta cocina, donde la creatividad y las técnicas más vanguardistas se combinan con el producto de su mar y su huerta.

Mi recomendación es optar por su menú degustación y hacer una inmersión plena en su deliciosa propuesta.

Can Dani, Formentera.
Can Dani, Formentera.

Entre calas y faros

Se puede decir que Formentera cuenta con algunas de las playas más espectaculares del mundo, y es que sus aguas turquesas y cristalinas, sus arenas finas y blancas, la brisa mediterránea y la naturaleza que las acompaña son todo un espectáculo.

Lo difícil aquí es escoger, pero nada mejor que decantarse por realizar una ruta e ir descubriéndolas todas ellas. ¿Playa o cala? ¿Por qué elegir?

Migjorn o Illetes son dos de los arenales favoritos de la isla entre lugareños y visitantes, pero si buscáis un ambiente más tranquilo y aislado, nada como refugiarse en alguna de sus calas más escondidas y vírgenes, como Caló d´es Mort o Caló de Sant Agustí.

Calo des morts. Foto Pixabay.
Calo des morts. Foto Pixabay.

Después de haber pasado un día dedicado al mar, nada como darse un paseo en bicicleta o moto para visitar algunos de los faros más emblemáticos y sacarse alguna instantánea para el recuerdo.

El Cap de Babaria es famoso por tener uno de los faros más fotografiados gracias a que es protagonista en la película “Lucía y el sexo” junto a la estrecha e idílica carretera que conduce hasta allí.

Molinos y mercadillos artesanales

Los molinos también son imágenes muy características de Formentera, y verlos en movimiento supone una bocanada de autenticidad y cultura. El Molí Vell de La Mola, que puede visitarse también por dentro para conocer su funcionamiento, es una visita obligada perfecta para dedicar una de nuestras tardes por la Pitiusa.

La Mola. Foto Gecko Beach Club.
Faro de La Mola. Foto Gecko Beach Club.

Para rematar la visita, nada como acercarse a deambular por alguno de los mercadillos artesanales con aires bohemios y hippies que se celebran a lo largo de la semana.

En ellos se pueden encontrar pequeños tesoros de bisutería hecha a mano, decoración rústica, sombreros de paja, pareos y otras prendas de ropa, así como pequeñas reliquias antiguas que os dejarán un bonito recuerdo de vuestro paso por la isla.

Y cuando cae el sol…

Puede que el ambiente, las playas, la gastronomía y la filosofía de la isla os hayan enamorado, pero no hay nada más característico e imperdible en las islas Baleares como sus puestas de sol.

Ver atardecer en Formentera es un espectáculo mágico. Foto Elisa Riva Pixabay.
Ver atardecer en Formentera es un espectáculo mágico. Foto Elisa Riva | Pixabay.

Y Formentera tiene un buen puñado de lugares donde despedirse del astro rey con imágenes tan mágicas como sorprendentes. Cala Saona, Cap de Barbaria o Ses Illetes (una de las pocas playas del mundo donde es posible ver el amanecer y la puesta de sol desde el mismo lugar) son tres enclaves mágicos para disfrutar de los últimos rayos de luz del día.

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