Chequia: cómo disfrutar del agua en un país sin salida al mar

¿Que no hay salida al mar? No importa: Chequia ofrece una desconexión sin igual en sus ríos, lagos y pantanos

Paseo fluvial por el río Moldava en su paso por Praga.

Que un país no tenga salida al mar no significa que no tenga una cultura náutica, que le permite aprovechar sus ríos, lagos y pantanos formados por represas. Ese es el caso de Chequia.

Este pequeño país de Europa central es atravesado por importantes ríos como el Moldava y el Elba, y otros menores como el Morava y el Dyje.

Cruzado por ríos

Los dos principales suelen ser rutas de cruceros fluviales, que en estos meses retoman con timidez.

Pero también son carreteras donde circulan barcos de turismo, que permiten tener una perspectiva diferente de sus costas boscosas o tapizadas de cultivos.

Los ríos Moldava y Elba, atravesados por numerosas presas, generan pantanos que son buscados para tener una desconexión en clave náutica

Asimismo, los diferentes lagos y espejos de agua que se forman por las represas, la mayoría construidas en los años ’50, se convierten en privilegiados espacios para disfrutar del relax en aguas que apenas se agitan.

El río Moldava a su paso por Praga.
El río Moldava a su paso por Praga.

Estos son ocho paseos recomendados por Turismo de la República Checa para vivir experiencias náuticas en un país ubicado a cientos de kilómetros del mar.


[Vuelos a Praga]

Vapores en Praga

Hay una manera diferente de ver los puentes, cúpulas y palacios de Praga. Y es en un vapor a lo largo del Moldava, el río que atraviesa la capital checa.

Los barcos panorámicos recorren las costas del casco urbano, pero en verano las rutas se extienden hasta el parque zoológico o la represa de Slapy.

Barco panorámico frente a Praga.
Barco panorámico frente a Praga.

Otro de los puntos para conocer en la temporada estival es la confluencia del Moldava con el Elba, cerca de la ciudad de Mělník y al norte de Praga; donde entre viñedos aparece la villa medieval con su palacio y las cúpulas de la iglesia de San Pedro y San Pablo.

El estanque en un mundo

Třeboň, en Bohemia del sur, cuenta con uno de los pantanos más grandes del país.

Los pantanos de Svět y Lipno son recomendados para navegar en un entorno de placidez

Se trata de Svět (que en checo significa ‘mundo’), donde se pueden contratar excursiones fluviales de una hora, desde la que se percibe la belleza de los bosques que en pocos meses cambiarán de color.

El pantano de Svět, cerca de Třeboň
El pantano de Svět, cerca de Třeboň

En los alrededores de Třeboň se despliega un entramado de canales que comunican a este estanque con los ríos cercanos, que se pueden recorrer en kayak o desde la superficie en interesantes rutas en bicicleta.

El mar checo

Otro gran espejo de agua es el formado por la represa Lipno, también en Bohemia del sur.

Conocido como ‘Mar checo’, está a un tiro de piedra de la frontera austríaca, con una extensión de 50 km2 que se despliega en medio de los montes del Parque Nacional Sumava.

El Moldava en la región cercana a Lipno. Foto: Turismo de Lipno
El Moldava en la región cercana a Lipno. Foto: Turismo de Lipno

A su alrededor se encuentra un rosario de pequeños pueblos, muy buscados por los checos en época de vacaciones y en días primaverales.

Muchos de ellos se pueden visitar en excursiones fluviales, como las que unen a Lipno nad Vltavou con Frymburk, o la de enlaza a Horní Planá con Černá v Pošumaví.

Si hay que elegir un momento para navegar por este lago, que sea al atardecer. La experiencia puede ser incomparable.

El cañón del Elba

El Elba transita por las regiones de Bohemia del norte y tras pasar por el territorio checo sigue viaje a Alemania.


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Uno de los tramos más bonitos es el Cañón de Elba, que se puede explorar con paseos que zarpan desde el pueblo de Hřensko.

Los acantilados del cañón del Elba.
Los acantilados del cañón del Elba.

Si bien este es el punto urbano más bajo del país, está protegido por el macizo que atraviesa ese río, lo que le otorga unas temperaturas más suaves en verano.

El río atraviesa las montañas centrales de Bohemia, donde la erosión creó unas formaciones de arenisca de belleza surrealista.

A pesar de la tentación que es para los montañistas, la práctica de escaladas está muy restringida por la fragilidad de estas rocas.

Los paseos fluviales llegan al poblado de Děčín y dan la vuelta a Hřensko. Pero otra alternativa es que desde esta villa se alquilen botes que transitan por el riachuelo Kameniceen, un hermoso escenario para contemplar las quebradas naturales.

Al pie del castillo

La represa de Orlik, en el Moldava, se encuentra en el momento en que el río entra en un cañón.

El castillo de Zvíkov, en la unión del Otava con el Moldava.
El castillo de Zvíkov, en la unión del Otava con el Moldava.

Allí vigila la silueta de la fortaleza de Zvíkov, llamado con justa razón el rey de los castillos checos, en una delgada península rodeada a un lado por el río Otava y el Moldava desde el otro.

Numerosos castillos y fortalezas fueron erigidos en los caprichosos meandros de los ríos Moldava y Elba

Al pie del castillo parten excursiones por las aguas de la zona, en recorridos que pueden durar hasta una hora, y que invitan a relajarse en un remanso de tranquilidad.

Palacios

Otro castillo que se puede contemplar desde el suave vaivén de las aguas es el de Janův hrad, que aunque gran parte se perdió, sus ruinas recuerdan su presencia imponente.

En su embarcadero cercano parten los barcos que transitan por el río Dyje, en Moravia del Sur, que atraviesa parajes de bosques de follaje denso.

Las ruinas del Janův hrad desde el río Dyje.
Las ruinas del Janův hrad desde el río Dyje.

Este curso fluvial forma parte del área de Lednice y Valtice, un impactante conjunto de monumentos y palacios de los siglos XVIII y XIX protegidos por la Unesco que merecen una visita con calma.

Curvas y contracurvas

El tramo superior del Dyje es atravesado por la represa de Vranov, donde a una corta distancia se encuentra el pueblo de Vranov nad Dyjí, no muy lejos de Brno.

Castillo de Bítov.
Castillo de Bítov.

El curso del río atraviesa un angosto desfiladero de lomas que caen con estética de acantilado, rodeado de bosques de vegetación abundantes con meandros de ángulo cerrado.

En el plácido trayecto en una embarcación se divisan las siluetas del castillo de Bítov y las ruinas de la fortaleza de Cornštejn.

Por Brno

Y cerramos este recorrido náutico en Brno. La ciudad más importante de Moravia del Sur es atravesada por el río Svratka, que hacia el noroeste se convierte en un lago gracias a la represa de Brněnská přehrada.

Paseo fluvial por el pantano de Brněnská přehrada
Paseo fluvial por el pantano de Brněnská přehrada.

Desde sus costas parten barcos que realizan trayectos en zigzag por las costas de este espejo de agua, paseos relajantes desde los que se contemplan pueblos y castillos como el de Veveri, que asoman entre el follaje.

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