Casapueblo: oda al arte y al sol en la costa más bella de Uruguay

En un rincón de la costa uruguay se levanta Casapueblo, un inclasificable complejo construido durante 37 años por el artista plástico Carlos Páez Vilaró

El blanco de su construcción se recorta contra el azul del mar. Cúpulas y terrazas escalonadas que recuerdan a Santorini y puestas de sol al más puro estilo Mediterráneo dan forma a Casapueblo, un lugar construido por las manos de un artista que, aún después de su muerte, sigue rindiendo tributo al sol en cada mágico atardecer desde este rincón privilegiado de Uruguay.

Punta Ballena, un pedacito de costa a 15 km de Punta del Este, fue el lugar escogido en 1958 por el artista Carlos Páez Vilaró -o quizás sucedió al revés- para llevar a cabo el gran proyecto de su vida.

Allí construyó, sin planos ni conocimientos de arquitectura, un taller y una residencia privada que, poco a poco y a lo largo de 37 años, se convertiría en Casapueblo. Museo, restaurante, hotel y apartamentos, recorremos el legado de Páez Vilaró en lo que es la gran obra de su vida.

El homenaje al sol se celebra casa diÌa desde 1994 en Casapueblo. Foto Turismo de Uruguay

El homenaje al sol se celebra casa diÌa desde 1994 en Casapueblo. Foto: Turismo de Uruguay.

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El tiempo medido en minutos de sol

Cae la tarde y, mientras el astro rey desciende hasta desaparecer en el mar, una voz resuena en todo el complejo: “Gracia, sol, por regalarnos esta ceremonia amarilla. Gracias por dejar mis paredes blancas impregnadas de tu fosforescencia (…). Adiós, sol. Mañana te espero otra vez. Casapueblo es tu casa”.

La voz es la de Páez Vilaró. Nos acompaña, con un tannat en la mano y frente a una puesta de sol de ensueño en una ceremonia que se repite inalterada desde 1994.

Viajero incansable y artista autodidacta, Páez Vilaró nació en Montevideo en 1923 y recorrió el mundo en busca de nuevos horizontes para su creatividad.

Paez VilaroÌ vivioÌ en Casapueblo hasta su muerte en 2014. Foto EFE IvaÌn Franco

Paez VilaroÌ vivioÌ en Casapueblo hasta su muerte en 2014. Foto: IvaÌn Franco | EFE.

Pintor, ceramista, escultor, muralista, director, escritor y compositor, a su vuelta a Uruguay se instaló en Punta Ballena y desarrolló una nueva faceta antes inexplorada, la de constructor.

Casapueblo

Con sus propias manos levantó una estructura entre acantilados rocosos, huyendo siempre de la línea recta e inspirándose, según explicó tantas veces, en llas construcciones que hacen los horneros, esos pájaros qeu hacen su nido de barro y que también reciben el nombre de pájaro albañil (“Pido perdón a la arquitectura por mi libertad de hornero” es una de sus célebres frases).

Su idea era de la construir su propia casa, que poco a poco fue ampliándose, muchas veces sobre la marca, para acoger a amigos y compañeros artistas que acudían a pasar temporadas junto al mar.

Y así, como un “collage de los retazos del alma”, como él mismo definió el arte, surgió Casapueblo, “mi frase de cúpulas escrita con tinta blanca contra el azul del cielo”, una escultura en la que vivir.

Casapueblo acoge tambieÌn un hotel. Foto Turismo de Uruguay.

Casapueblo acoge tambieÌn un hotel. Foto: Turismo de Uruguay.

Casa-taller

En su residencia original, en la cima de los 13 pisos que hoy conforman el complejo, se sitúa su casa y taller. Allí vivió y pintó hasta su muerte, en 2014. Hoy se puede visitar los 365 días del año, entre las 10 de la mañana y el atardecer, y pasear entre las obras de su creador.

El espacio cuenta con cinco salas y tres terrazas en las que se exponen pinturas, cerámicas y esculturas, pero también una sala de cine donde se proyectan documentales sobre su vida y su obra, y la Taberna del Rayo Verde, donde se puede tomar algo mirando al mar.

Entre las obras se puede ver un homenaje a Carlos Miguel, su hijo y uno de los dieciséis uruguayos sobrevivientes del accidente aéreo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló en los Andes el 13 de octubre de 1972 y que inspiraría libros, documentales y películas, entre ellas Viven.

Museo Casapueblo. Foto Turismo de Uruguay.

Museo Casapueblo. Foto Turismo de Uruguay.

Arquitectura de autor

A medida que la casa se iba transformando y ampliándose, Páez Vilaró tiró paredes y creó nuevos espacios, sumando habitaciones “como vagones a una locomotora”.

También nombró habitaciones, caminos y estancias en honor a artistas y seres queridos, pintó muebles, construyó bibliotecas con cemento, integró en la arquitectura piezas de madera, bronce, hierro y cristal, añadió baldosas y cerámicas, diseñó vajillas, pintó puertas, baules, mesas y sillas, y adaptó muebles. Con las ventanas enmarcó el paisaje como si fueran cuadros y siempre pensó en la integración con la naturaleza del lugar.

Líneas curvas, cúpulas y caprichosas formas en Casapueblo. Foto Suzana Gudolle Flickr

Líneas curvas, cúpulas y caprichosas formas en Casapueblo. Foto: Suzana Gudolle | Flickr.

Club hotel

En paralelo al museo funciona un establecimiento hotelero, Casapueblo Club hotel, con 72 apartamentos que miran al Atlántico, todos diferentes y todos con terrazas desde las que disfrutar del mar y el sol.

También cuenta un restaurante, Las Terrazas, especializado en cocina local elaborada con ingredientes de proximidad y vistas al mar, donde disfrutar de los vinos de Viña Edén.

Spa, sauna y bar completan el complejo, todos siguiendo el estilo de la construcción original de Casapueblo.

 

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