La carretera de EEUU que atrapa el espíritu de Burning Man

Este año el festival Burning Man será virtual, pero al menos podemos recorrer las carreteras solitarias de Nevada impregnadas de su exótica presencia

La soledad de Black Rock. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

Con el rápido ritmo de vacunación que tiene EEUU seguramente el festival Burning Man regresará el año que viene.

Este año habrá un sucedáneo virtual que se realizará entre el 22 de agosto y el 7 de septiembre, y que tratará de reflejar los diez mandamientos que han construido este evento cultural en el corazón de Nevada, que van desde la inclusión, la desmercantilización y la autosuficiencia a la responsabilidad civil y la participación.

La ciudad invisible

No deja de ser fascinante cómo en el lecho seco de un lago en el desierto de Black Rock se levanta una ciudad efímera con forma de medialuna, donde miles de personas intercambian ideas, expresiones artísticas, productos  y experiencias, en que la estética juega un papel tan protagonista como la parafernalia de grandes construcciones que desaparecerá a los pocos días.

Los 5.500 km2 del desierto de Black Rock no es un lugar desprovisto de vida. Pero hay que encontrarla

Pero si este año no hay festival presencial, sí puede ser la oportunidad para transitar por la Burner Byway, la carretera que une a la ciudad de Reno con este paraje desértico, un recorrido de 160 kilómetros donde la soledad más absoluta se interrumpe con pueblos que homenajean al lejano oeste, galerías de arte vanguardista, reservas naturales llenas de aves y desafiantes géiseres.

La carretera Burning Byway. Foto Travel Nevada

Desde Reno

Reno es la ciudad más importante de Nevada (no su capital, que es Carson City). Como en este estado el juego de azar es legal, tiene una intensa vida de casinos, tragaperras y luces de neón, pero sin llegar al nivel estrafalario de Las Vegas.

Más interesante para los que vienen con otro espíritu es conocer el circuito de murales del centro y los distritos de MidTown, o de galerías alternativas como The Generator.

Escultura ante el Museo de Arte de Nevada. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

La ciudad cuenta con el Museo de Arte de Nevada, donde en un moderno edificio se pueden ver 2.000 obras de los siglos XIX y XX, con un énfasis en la interacción de la cultura en los entornos naturales.

Se verá que Reno cuenta con un abundante número de tiendas de arte, así como de objetos decorativos que pueden ser cactus o artículos retro, un anticipo de lo que se verá en la carretera.

Al atardecer se sugiere pasar por el paseo de Reno Riverwalk, donde se concentra la oferta gastronómica y las tiendas de moda. Y siempre con espectáculos en vivo.

Arte urbano en Reno. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

Por la carretera hacia el norte

La ruta 447 es la denominación oficial de la Burner Byway, que se dirige hacia el norte. La primera parada es en el lago Pyramid, un espejo de agua de 50 hectáreas que es un refugio de vida silvestre, donde los reyes son los pelícanos blancos que retozan y pescan entre febrero y septiembre.

En el lago Pyramid se pueden ver uno de los atardeceres más bonitos de Nevada

El lugar tiene uno de los atardeceres más bonitos que se pueden atrapar en la región, con la imagen surrealista de los picos de piedra que emergen de las aguas turquesas, estampa que bautizó al lugar.

Era un sitio sagrado para los pueblos nativos, como se puede descubrir en el museo dedicado a la cultura Paiute, que mantiene el legado de sus ancestros en esta región.

Atardecer en el lago Pyramid. Foto Travel Nevada

Antes del desierto

El siguiente punto es Gerlach, habitual punto de suministros antes de lanzarse al desierto de Black Rock, un vacío de casi 5.000 km2 sin más compañía que algunos arbustos, las rocas y las estrellas.

A media hora de este pueblo se encuentra Fly Geyser, tres pináculos de tierra roja que se elevan a un par de metros y que cada tanto expulsan con fuerza agua caliente.

Como están en tierras privadas, solo se puede visitar con guías contratados en Gerlach.

Los géiseres cercanos a Black Rock. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

La magia del desierto atrapa a varios artistas en busca de inspiración. Algunos derivan su talento al comercio, como es el caso de las cerámicas y otras artesanías de Planet X Pottery.

Otros, como el Guru Road, convierten su hogar de ermitaño en una galería al aire libre, donde cualquier objeto (sean rocas, metales u objetos encontrados en el pueblo) se puede convertir en arte. O al menos eso dicen sus impulsores.

El espíritu del Far West. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

La encantadora soledad de Black Rock

En el desierto de Black Rock no hay nada más que naturaleza. Y ese es su mayor atractivo.

Este solitario paraje es una meca para los amantes del astroturismo: la zona de Massacre Rim es uno de los ‘santuarios de cielos oscuros’ más importantes del mundo, donde se ve con toda claridad la Vía Láctea o galaxias como la de Andrómeda.

Astroturismo en Massacre Rim. Foto Travel Nevada

Que sea un desierto no significa que esté ausente de vida. En el cercano Refugio Nacional de Vida Salvaje de Sheldon se pueden divisar manadas de antílopes americanos, borregos cimarrones y otros ejemplares de la fauna salvaje.

Estas solitarias tierras fueron atravesadas por caravanas de exploradores e inmigrantes que buscaron fortuna en California y Oregon

La superficie sin límites del lago seco donde se realiza el festival se recorre en sofisticadas 4×4, motos enduro o en caminatas solitarias al amanecer o atardecer.

Paso del tren de Union Pacific. Foto Sydney Martinez Travel Nevada

También se puede aventurar por los cañones de los alrededores y descubrir focos de aguas termales, ricos en minerales; en un entorno donde quedan huellas de las caravanas de inmigrantes y exploradores que buscaron mejor fortuna en la costa oeste de EEUU.

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