Canarias no confía en las mal ajeno y sí en el cliente nacional

Los hoteleros del archipiélago canario 'pasan' de los problemas en África: quieren fidelizar a los españoles

Las Islas Canarias son un rara avis en el turismo español. El archipiélago tiene dos temporadas altas: de octubre a marzo y de julio a septiembre. Ahora, en plena campaña valle, los hoteleros admiten que se han beneficiado de la inestabilidad en los destinos rivales en África. Pero apuntan a más: a recuperar al cliente nacional perdido.

«Con la crisis perdimos casi un millón de visitantes anuales. Son muchos turistas. El año pasado fueron dos campañas muy buenas, este año esperamos seguir aumentado, poquito a poquito, la demanda doméstica», ha señalado a 02B Fernando Fraile, Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas.

Los hoteleros canarios lo tienen claro: destinos como Túnez tienen una planta hotelera más nueva y aerolíneas subvencionadas. Son más baratos. «No podemos competir en precio, tenemos que ofrecer otra cosa: un destino seguro, con buen tiempo y de calidad», abunda el hotelero.

Renovación

En efecto, al menos un tercio de los hoteles de Canarias se han renovado o tienen planes para hacerlo en el futuro. Los expertos lo leen como el ansiado plus de competitividad. «Algunos hoteles tenían cuarenta años. Ahora, muchos están ya al gusto del viajero», explica Susana Pérez, presidenta de Asolan, patronal turística de Lanzarote.

Uno de los proyectos que están a punto de abrir en la isla es el ecohotel La Isla y el Mar. Marga de Luis, responsable comercial del proyecto, advierte que lo importante es aumentar en visitantes e ingresos. «El gasto turístico es crucial, y el año pasado este dato fue positivo», recuerda.

Mercados

En pleno respiro prevacacional, Canarias escruta regiones emisoras. «El mercado escandinavo no han funcionado tan bien. Pero las islas han fidelizado a mercados estables com el francés o el alemán, que crece a doble dígito», enumera Susana Pérez.

En síntesis, los hoteleros saben que las dificultades de otros destinos en invierno han hinchado las velas de Canarias. En verano, sin embargo, esto debe cambiar. «El efecto norte de África ya es historia. Ahora debemos atraer visitantes con nuestros propios recursos. Y somos capaces de hacerlo», concluye Fraile.

a.
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