No hay un Camino de Santiago: son 25 (o más)

El libro ‘Caminos de Santiago-25 Rutas Jacobeas’ presenta diferentes trayectos para peregrinar a Santiago de Compostela, con una completa guía de preparativos y detalles a tener en cuenta

Camino de Santiago. Foto xtberlin en Pixabay

¿Cuál es el Camino de Santiago? ¿El tradicional trayecto de Oviedo a la catedral que aloja los (supuestos) restos del apóstol? ¿El más largo que se inicia en Roncesvalles? ¿Y qué hay de las ramificaciones, alternativas y tramos que se extienden, como una antigua telaraña, por la Península y más allá de los Pirineos?

“Hay una compleja trama de flechas y conchas amarillas que ha despertado un cierto asombro entre quienes erróneamente creyeron que solo existió un Camino de Santiago. En realidad, ha habido y habrá tantos caminos como peregrinos”.

Quien dice eso es el periodista Sergio Fernández Tolosa, autor de Caminos de Santiago-25 rutas jacobeas, una guía para explorar diferentes variantes del famoso recorrido.

Portada de Caminos de Santiago. Foto GeoPlaneta

Todos los caminos son posibles

Fernández Tolosa realizó su primer viaje, en bicicleta, allá por 1993 por el Camino Francés. Volvió una y otra vez en dos ruedas, a pie, por rutas transitadas y otras donde no se cruzaba con un alma por horas. Exploró senderos alternativos y tomó nota de cualquier detalle que le sirva a los viajeros.

El libro explora 25 rutas, entre las más populares como el Camino Francés o el Primitivo, y otras que son ideales para los que buscan soledad

Publicado por GeoPlaneta para su colección Nómadas, este libro es un interesante material de consulta tanto para expertos en el Camino como para quien está pensando en calzarse una mochila a la espalda y poner rumbo a Santiago de Compostela. O a Finisterre, si el entusiasmo persiste.

A cada paso del Camino de Santiago se descubren secretos. Foto Guillermo Gavilla – Pixabay

Más allá de la fe

Cabe recordar que el 2021 es el Año Jacobeo, una buena oportunidad para fatigar kilómetros por valles, prados, carreteras secundarias y conocer pueblos, refugios, hostales y sobre todo, a personas.

Pero no hace falta ser religioso para vivir el sentimiento del Camino. Es una experiencia que va más allá de la fe, tiene que ver con la concreción de un sueño, de poder cumplir con los desafíos, de no bajar los brazos y de seguir adelante a pesar del cansancio, el clima y las incomodidades.

Detalles que se encuentran en el Camino. Foto Damien Dufour Photographie – Unsplash

Los preparativos

La primera parte del libro son una serie de consejos de preparación, desde el ejercicio físico previo al equipaje ideal, pasando por los diferentes tipos de calzado a tener en cuenta, las cuestiones logísticas del alojamiento y las comidas y, para aquellos que piensan realizarlo en dos ruedas, cómo preparar una bicicleta para transitar por cientos de kilómetros.

El libro precisa cómo realizar el Camino con las restricciones sanitarias y de movilidad por el coronavirus

Pero Fernández Tolosa no se olvida en que año estamos viviendo, y elabora una serie de consejos sobre cómo realizar el Camino en estos tiempos de coronavirus, con detalles sobre la obligación o no de usar mascarilla o el problema de las restricciones en alojamientos y la hostelería.

Cada paso en el Camino es diferente.

Las 25 opciones

Los otros capítulos se centran en las 25 rutas que el autor propone para llegar a Santiago de Compostela y más allá. Estos se dividen entre los grandes caminos, los que son alternativos pero no menos importantes, los que tienen una impronta marítima, las opciones para los amantes de la soledad y algunas opciones más desconocidas.

En cada ruta se presenta un mapa (es ilustrado, no sirve a efectos prácticos) y una ficha con las características de distancias, duración, recorrido, cotas, dificultades y época recomendada.

Fernández Tolosa detalla qué alojamientos habrá disponibles, los tipos de camino en el recorrido, consejos para la bicicleta y una detallada descripción de los atractivos históricos, del paisaje, las tradiciones y la gastronomía que hay a lo largo de los kilómetros, además de algunas anécdotas que dan un matiz curioso a lo que se tiene frente a los ojos.

Hay rutas concurridas y otras solitarias. foto Iarahcv – Pixabay

Caminos clásicos

Entre los grandes caminos se encuentra el Primitivo (315 km de Oviedo a Santiago), el Francés (790 km, desde Roncesvalles), el de Invierno (263 km, desde Ponferrada), el del Norte (824 km, desde Irún) y otros que conectan con los tramos principales, como la Vía de la Plata (721 km, desde Sevilla a Astorga) o el del Sur (181 km de Huelva a Zafra).

También están grandes caminos alternativos, que presentan características particulares, como el de Madrid a Sahagún (321 km), el de Mozárabe (de Almería a Mérida, 645 km) o el del Ebro (De Deltebre a Logroño, 440 km).

Santiago de Compostela, la meta. Foto Quique-Pixabay

Para amantes de la soledad

Para quien busque caminos solitarios, quizás para tener una experiencia introspectiva, Fernández Tolosa sugiere el Baztanés (de Bayona a Pamplona, 110 km) o el Olvidado (de Bilbao a Cacabelos, 480 km), entre otros.

Y también rescata caminos diferentes y minoritarios, como el de la Lana (de Valencia a Burgos, 611 km) como hace cientos de años lo hacían los pastores trashumantes.

Son diferentes opciones, y tampoco hay problema si se repiten. Es que cada paso que se da en el Camino, dicen sus veteranos, siempre es diferente.

a.
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