Budapest en clave gastro: cafés, mercados y estrellas Michelin

Recorremos la ‘Perla del Danubio’ en busca de sus sabores más emblemáticos y de los rincones más especiales para degustarlos

Ruta gastronómica Budapest

De la comida callejera a los restaurantes de alta cocina, Budapest vive una auténtica revolución gastronómica. Foto: Getty Images.

La capital húngara está viviendo un auténtico boom culinario, con propuestas que van desde la alta cocina hasta el street food. Y todas con una misma premisa: recetas creativas, ingredientes de calidad y un trato amable.

La tradición gastronómica, sumado a una amplia historia y a un estilo de vida moderno y glamuroso, son las mejores cartas de presentación de una de las urbes más bellas y seguras del mundo. Recorremos el Mejor Destino Europeo 2019 a golpe de sabores, aromas, ingredientes y, por supuesto, todos los templos para degustarlos.

Café y glamour

Muchos acontecimientos importantes de Hungría sucedieron en los cafés, esos que hacían de guaridas literarias o de escenarios de discusión política de grandes pensadores. Su esplendor de fin de siglo es el telón de fondo de una cultura del consumo de café, que vino de la mano de los otomanos y se instaló en la identidad culinaria, social y cultural de los húngaros.

Los cafés de Budapest, como el New York Café, derrochan opulencia de los años del Imperio Austro-Húngaro. Foto: Pxhere.

El bastión de la gastronomía refinada y escenario de la vida literaria del país es el grandioso Café New York. Aún conserva su espléndida decoración original y ese aire aristocrático de la belle époque. Es mejor reservar mesa y así disfrutar de un desayuno en condiciones (y más asequible de lo imaginado).

El Central, fundado en 1887 y decorado con retratos de grandes de la literatura húngara; el Café Hadik con su estilo rústico y decadente; el Café Gerbeaud famoso por sus espléndidos postres y su diseño refinado; o el Művész Café situado en la emblemática avenida Andrássy y conocido por sus tartas libres de aditivos, son algunos de los que vale la pena visitar.

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De estilo rústico y decadente, el Cafe Hadik es una delicia.

Devoción por los mercados

La Budapest más auténtica está en sus mercados y son ellos algunos de los mejores lugares para tomar el pulso al arte gastronómico de esta vibrante urbe.

Al Mercado Central (Nagycsarnok) le precede su fama y su lista de delicias locales es larga. Situado al final de la calle Váci, en él merece la pena degustar el salami húngaro o las verduras escabechadas, catar un vino local –desde un blanco mineral o un tinto especiado hasta el Tokaji Aszú, el vino dulce más elogiado del mundo–, o llevarse a casa un buen puñado de la omnipresente paprika o pimentón dulce, un emblema nacional.

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El Mercado Central de Budapest, el más grande y antiguo de Hungría. Foto: Getty Images.

También insignia culinaria de Hungría es su adorada Gulyásleves, una sopa a base de ternera, cebolla y paprika, además de pimiento rojo, tomate y patatas. En el restaurante Fekete Holló, situado en la colina de Buda, a tiro de piedra del Bastión de los Pescadores, lo cocinan con maestría; además, la decoración del local resulta de lo más auténtica y diversas noches hay música tradicional en vivo.

En Budapest hay una oferta culinaria para cada gusto, desde sus seis restaurantes con estrella Michelin a las propuestas más informales de comida callejera

Además del emblemático mercado central o del concurrido Fény utca -uno de los más populares de Buda y con productos orgánicos y de temporada-, hay que pasarse por Belvárosi Piac (Hold Street Market Hall), el mercado del centro de la ciudad para los más sibaritas. Aparte de los típicos puestos de frutas, verduras o cárnicos, alberga bistrós de afamados chefs como Tamás Széll quien, precisamente, acaba de abrir un más que recomendable nuevo restaurante en la zona de Buda.

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Stand25 es el que más que recomendable nuevo bistró de Tamás Széll en Buda.

Revolución gastronómica

La tradición culinaria de Hungría está basada en la influencia de numerosos pueblos y civilizaciones que ocuparon la región centroeuropea; dotándola de una auténtica fusión de sabores, ingredientes y preparaciones.

A esa encantadora mezcla se le ha sumado la creatividad y entusiasmo de chefs locales que han puesto en la mira la cocina húngara. Esta auténtica revolución gastronómica se vive de lleno en Budapest y tiene su exponente en bistrós clásicos y en restaurantes de alta cocina. Seis ostentan una estrella Michelin y uno de ellos ya dispone de 2 estrellas.

Quizás sea Costes, el más reconocido. Fue el primero de la ciudad en obtener la afamada estrella y ya ha abierto su segunda sede. El reconocimiento sucedió cuando Károly Gerendai consiguió que Miguel Rocha Vieira (un reconocido chef portugués) aceptara tomar el mando del restaurante e introdujera un innovador menú de degustación en el que emplea, por ejemplo, el sorprendente caviar de origen local.

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Costes fue el primer estrella Michelin de Budapest. Foto: Costes Restaurant.

Babel Budapest, con su exquisita oferta culinaria en la que destacan sus raíces transilvanas o el elegante Onyx (dos estrellas) y que ofrece dos menús de degustación, uno enfocado en la gastronomía húngara y otro en delicias de otras latitudes, también deleitan a los paladares más exigentes.

¿Dulce o salado?

Pero la escena gastro de Budapest no solo se nutre de alta cocina, también lo hace de comida callejera –su aspecto más innovador y creativo–, de platos que forman parte del día a día de sus ciudadanos y hasta de bares que parece que renacieran de las cenizas.

El favorito de los desayunos es, sin duda, el lángos. Hablamos de una especie de pan que anteriormente se cocía en hornos de leña –de ahí viene su nombre–, pero que ahora se fríe en aceite. A esa masa se le añaden encima toppings como mantequilla de ajo, crema agria y queso.

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La mejor comida callejera encuentra su sitio en Karaván. Foto: Karaván.

Aunque en muchísimos sitios puede encontrarse esta delicia, el Karaván es el lugar perfecto para probarlo por primera vez. En este auténtico paraíso de la comida callejera no solo encontramos food trucks donde preparen el auténtico Lángos, también los hay de hamburguesas de sushi veganas, salchichas en miniatura o los que sirven col Székely de Transilvania y un goulash en boles de pan.

Los más golosos encontrarán también el paraíso en Budapest; la repostería húngara es de fama mundial desde la era del Imperio Austrohúngaro. Uno de sus más míticos pasteles es el Dobos, que data de 1884 y es elaborado con varias capas de bizcocho y crema de chocolate, cubierto de caramelo. Un placer azucarado perfecto para terminar este recorrido gastro por la ‘Perla del Danubio’.

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