BCN invierte la tasa turística en señalización, apps de todo tipo, fiestas populares y wifi en la playa

El impuesto tiene como objetivo crear un retorno para la ciudad en promoción, sostenibilidad y el desarrollo de infraestructuras

El ayuntamiento de Barcelona ha realizado inversiones por valor de cinco millones de euros con los ingresos obtenidos por la tasa turística. El impuesto, muy polémico en su implantación sobre todo por las críticas de los hoteleros, tiene como objetivo crear un retorno para la ciudad en promoción, sostenibilidad, mejora de producto e infraestructuras. La lista de iniciativas desarrolladas es un cajón de sastre donde se incluyen algunas partidas que tienen que ver con el sector muy de refilón.

La capital catalana ha ingresado por el impuesto hasta 6,2 millones de euros hasta ahora. Así, el Ejecutivo municipal aún tiene por asignar 1,1 millones en recursos públicos. Las inversiones se aprueban según llegan las trasferencias. La Generalitat es la encargada de recaudar la tasa. Posteriormente transfiere los fondos al Ayuntamiento y éste los divide a partes iguales con Turisme de Barcelona.

El concejal del PP en Barcelona, Javier Mulleras, señala que se han cargado inversiones municipales a los fondos de la tasa, cuando su auténtico objetivo es el marketing. «Lo que se está haciendo es liberar recursos de concejalías, en vez de apostar por el sector», critica. El informe se debatirá la tarde del miércoles en comisión.

La primera partida, según el informe sobre la aplicación del Fondo de Fomento del Turismo, se titula Desarrollo de Actividad Turística y tiene un coste de 1,4 millones de euros. Entre otras cosas, los fondos se destinan a financiar la pista de hielo de plaza Catalunya (que en un principio no iba tener ningún impacto en el erario público) con 243.000 euros; el Festival de la Llum con 91.577 euros y la ampliación de las horas de apertura de las Fuentes de Montjuïc y del Museo Nacional de Arte de Catalunya durante ferias y congresos en Fira de Barcelona, con 850.000 euros.

Otro gasto destacado es el del turismo cultural por valor de 207.000 euros. Se dedican 75.000 euros al Art Ticket, una entrada que sirve para todos los museos de Barcelona y que se ideó en 1998; 12.000 euros en Apps de museos y 120.000 en la Fiesta Catalana, una muestra de tradiciones populares que se realizan cada sábado en la plaza de la Catedral.

La mayor partida se titula Turismo y Territorio y tiene un coste total de 2,9 millones de euros. El ayuntamiento destina 840.423 euros en señalización turística para toda la ciudad. El ámbito 2.0 también se lleva un buen pellizco: aplicaciones para los distritos (102.464 euros); una sobre los sonidos de la ciudad (50.215 euros); otra sobre rutas verdes (100.000 euros); la remoledación de la web Barcelona Inspira (95.000 euros). Por otra parte, se invierten 37.000 euros en iluminación del edificio Salvador Espriu, actual sede del Hotel Casa Fuster.

También es destacable la inversión en las playas de la ciudad. El informe estipula 35.000 euros en wifi en las playas –en mantenimiento, hace años que el servicio está en marcha–, 244.000 euros en obras para mejorar los accesos de las mismas o 200.000 euros en megafonía para los visitantes.

En el apartado de atracción de acontecimientos internacionales, el alcalde invierte 60.500 euros en cumplir con los requerimientos del Seatrade Med, feria de la que la ciudad es organizadora.

a.
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