Barcelona saca tarjeta roja al turismo en el mercado de Sant Antoni

Los grupos de más de 15 personas, conducidos por un guía, no podrán entrar en el mercado de Sant Antoni los viernes y sábados

El renovado mercado de Sant Antoni también pone una barrera a los grupos turísticos. El Ayuntamiento de Barcelona ordenó que se limite el acceso a los grupos de visitantes los viernes y sábados, una medida similar a la que se puso en marcha en La Boquería y Santa Caterina.

Hasta el 1 de octubre el mercado prohibirá la entrada a grupos de 15 o más visitantes que vayan con una o más personas que actúe como guía, y se expulsará a los que toquen o manipulen alimentos para fotografiarlos.

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El mercado no permite multitudes

Teniendo en cuenta la poca amplitud de los pasillos, una concentración de 15 personas es suficiente para impedir el normal flujo de gente en el interior del mercado, precisa el ayuntamiento en un comunicado.

Por ello, las restricciones buscan garantizar el buen funcionamiento de cara a los vendedores y clientes, tanto los habituales como los esporádicos, informó el consistorio.

Acción de los vigilantes

En el caso que los servicios de vigilancia detecten la presencia de grupos organizados de visitantes en el recinto, deben informales de la prohibición y acompañarlos al exterior.

Los visitantes a los mercados no podrán manipular alimentos para realizarle fotos o comer fuera de los espacios habilitados

Si el grupo aún no ha entrado en el mercado, debe impedir directamente la entrada en el mismo explicándoles la razón por la que no pueden.

Más restricciones en La Boquería

En La Boquería los vigilantes de seguridad están autorizados a expulsar del mercado a los grupos de menos de 15 personas que produzcan aglomeraciones o que obstruyan el paso de otras personas en los pasillos y otros espacios comunes.

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También pueden tomar la misma medida si hay visitantes que impidan el trabajo de los comerciantes en las paradas.

Como en Sant Antoni, entre las medidas que ahora están prohibidas en La Boquería están la manipulación de alimentos u otros productos para hacerles fotos, comer o beber fuera de los lugares habilitados y estar gritando o molestando a los clientes y paradistas.

El ayuntamiento precisó que el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona mantiene contactos con los guías turísticos de la ciudad para frenar los comportamientos incívicos de los visitantes.

a.
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