Arlés: la ciudad donde Van Gogh se descubre en cada esquina

Recorremos las calles de esta pequeña ciudad francesa donde se pueden encontrar cafés, puentes y plazas pintadas por Van Gogh

Durante 1888 y parte de 1889 Vincent Van Gogh vivió en Arlés, período donde sus fantasmas mentales le atormentaron más que nunca pero en los que sus momentos de calma fueron aprovechados para pintar algunas de sus obras más recordadas.

Su paso duró por esta pequeña ciudad de la Provenza francesa duró poco más de un año, pero el artista holandés se embarcó en un febril viaje creativo que le llevó a crear más de 300 pinturas y dibujos, entre ellos los famosos Los Girasoles, así como Terraza de café por la noche, Café La Nuit y la Casa Amarilla.

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Muchos de estos sitios y otros en las afueras, como los puentes sobre los canales cercanos al río Ródano, todavía están en pie, como si el tiempo no hubiera pasado para ellos.

La Fundación Vincent Van Gogh permite profundizar el legado del artista. Foto: Turismo de Arlés.

La Fundación Vincent Van Gogh permite profundizar el legado del artista. Foto: Turismo de Arlés.

La ruta de Van Gogh

Para descubrir estos lugares la oficina de turismo local diseñó una ruta con diez puntos emblemáticos retratados por el pincel de Van Gogh, todos señalizados y con una reproducción de la pintura original para poder comparar el arte con la realidad.

Una ruta marca diez puntos en los que Van Gogh retrató un rincón de Arlés. Muchos de ellos siguen como si el tiempo no hubiera transcurrido

Y no en cualquier lugar, sino en el sitio exacto en el que (se supone) el pintor colocó su caballete.

La casa amarilla

La casa amarilla, o al menos su recuerdo, se encuentra en una esquina en el barrio de La Cavalerie, donde Van Gogh residió hasta que en mayo de 1889, preso de su enfermedad mental, se internó en el asilo de Saint-Rémy-de-Provence.

Queda muy poco de la casa amarilla original. Foto: Turismo de Arlés.

Queda muy poco de la casa amarilla original. Foto: Turismo de Arlés.

Allí alquiló sus habitaciones e instaló su taller, con el sueño de crear una comunidad de artistas.

Destruida en la Segunda Guerra, la reconstrucción apenas dejó huellas del inmueble original.

Café La Nuit

Seguramente este es el café más famoso de Arlés, y en gran parte gracias a la obra Terraza de café por la noche, donde se refleja la vida nocturna de este rincón de la Provenza.

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El café mantiene su estética de fines del siglo XIX, con sus mesas desplegadas en la Plaza del Fórum.

El jardín público

El artista era tan apasionado por la tranquilidad diurna de Arlés como por su vida nocturna. La entrada al jardín público ubicado en el Boulevard des Lices, donde cada sábado y miércoles se organiza un animado mercado, fue retratada con sus colores vivos.

Entrada a los jardines de Arlés. Foto: Wikioo.

Entrada a los jardines de Arlés. Foto: Wikioo.

Todavía está de pie el gigantesco pino y otros árboles que dan una agradable sombra.

Los puentes

Van Gogh llego a la Provenza atraído por la luz y su juego de colores y sombras en los prados y bosques.

El pintor, con su caballete y pinturas, recorría los prados para retratar escenas de calma campestre, en su búsqueda de paz interior.

Puente Van Gogh, reconstruido del antiguo puente de Langlois. Foto: Turismo de Arlés.

Puente Van Gogh, reconstruido del antiguo puente de Langlois. Foto: Turismo de Arlés.

Uno de los puentes que retrató es el Puente de Langlois, en el canal que comunica a Arlés con Port-de-Bouc, que le recordaba a los pasos levadizos de su tierra.

La estructura luego fue reemplazada por una de hormigón y luego fue volada en la Segunda Guerra. Para mantener viva la memoria en otro punto del canal se reconstruyó una réplica, con sus plancha y voladizos de madera. Obviamente, se llama Puente Van Gogh,.

El Puente Van Gogh, que el pintor retrató con unas lavanderas y un carro, recuerda a la antigua estructura voladiza de madera

Allí incluyó a unas lavanderas y un carro, que en este siglo XXI no podremos ver, pero sí su estructura de madera y cadenas.

Otro puente que le inspiró es el de Trinquetaille, que atraviesa el Ródano, del que pintó sus escaleras de acceso, así como el paseo ribereño con la estructura al fondo.

Noche estrellada

Muchas de sus grandes obras fueron creadas por la noche, con esos juegos de estrellas como remolinos de luz que son su sello de identidad.

Noche estrellada sobre el Ródano, otra de las creaciones de Van Gogh sobre Arlés.

Noche estrellada sobre el Ródano, otra de las creaciones de Van Gogh sobre Arlés.

Uno de los trabajos más reconocidos Noche estrellada sobre el Ródano, que muestra al muelle sobre este río que sigue la línea curva de la costa hasta la formación rocosa en que Arlés fue fundada.

El Anfiteatro

El anfiteatro romano de Arlés, también conocido como las Arenas, es uno de los mejores conservados del Mediterráneo. Construido en el siglo I, ayer acogía combates de gladiadores y hoy corridas de toros.

La sociedad de Arlés en los festejos taurinos. Foto: Wikipedia.

La sociedad de Arlés en los festejos taurinos. Foto: Wikipedia.

Van Gogh fue atrapado por el clima de los eventos taurinos, de la que reflejó las gradas repletas de gente.

Ideal para una escapada

Para tener una inmersión total en el arte y la vida del pintor holandés se sugiere visitar la Fundación Vincent Van Gogh, donde además de detallar el legado del artista también se presentan obras de talentos locales y regionales.

Arlés son esos sitios de la Provenza que se pueden descubrir en un par de horas, en un circuito que se puede incluir el delta de la Camarga, la pequeña Martigues con sus canales y el pasado medieval en los palacios de Aviñón.

Gracias a las conexiones ferroviarias de Renfe-SCNF, en poco más de cuatro horas se llega desde Barcelona a esta ciudad francesa, contando una conexión en Nimes. Para los amantes del arte, es una experiencia a tener en cuenta.

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