Antiguos mercados europeos convertidos en templos gourmet

Arminius Markthalle (Berlín) y el Mercado de Colón (Valencia) son hermosos vestigios de la revolución industrial convertidos en referencias gastronómicas

Hierro, ladrillo y cristal. La revolución industrial que aconteció en Europa entre los siglos XVIII y XIX tuvo como principal referencia arquitectónica la construcción de grandes (y hermosos) espacios como estaciones de ferrocarril, palacios de cristal o mercados, sinónimos de una época de esplendor económico e innovación nunca antes conocidos.

En algunas de las grandes ciudades europeas se pueden encontrar bellos ejemplos de mercados cubiertos, cuya majestuosidad los convierten en la actualidad en lugares privilegiados y favoritos de viajeros de todo el mundo, pues son espacios dedicados en muchos casos a la gastronomía local e internacional.

Este es el caso del Arminius Markthalle en Berlín, y el Mercado de Colón en Valencia.

Situado en el barrio residencial de Moabit, al noroeste de Berlín, Arminius Markthalle fue construido en tan solo un año por el arquitecto Hermann Blankenstein y abrió sus puertas como mercado en 1891

Arminius Markthalle

Situado en el barrio residencial de Moabit, al noroeste de Berlín, fue construido en tan solo un año por el arquitecto Hermann Blankenstein y abrió sus puertas como mercado en 1891.

Su rápida construcción fue debida a los componentes prefabricados e innovadores existentes en ese momento que se aplicaron con nuevas técnicas de montaje del hierro.

Arminius Markthalle, Berlín.
Luminoso y abierto, Arminius Markthalle, en Berlín, fue construido en hierro y cristal.

Es un edificio de dos plantas establecido sobre una sala basilical de tres naves de ladrillo rojo apoyado por un elenco de filigrana y hierro forjado sobre una estructura de 72 esbeltas columnas y vigas arqueadas.

El mercado ofrece productos frescos y platos preparados que pueden degustarse en mesas de madera, rodeados de plantas ornamentales, lámparas de cristal y hierro y, con un poco de suerte, con música en directo

Hoy en día, Arminius Markthalle es un lugar funcional, punto de encuentro de la numerosa vecindad de Moabit. Allí podemos encontrar productos frescos y platos preparados, en los que se puede hacer una parada para comer o beber algo en mesas de madera, rodeados de plantas ornamentales, lámparas de cristal y hierro y, con un poco de suerte, con la grata compañía de música en directo.

Tres paradas obligadas

Hay algunos puntos dentro del mercado imposibles de obviar como NANINKA- Picanteria und Piscobar, desenfadado y dedicado a la comida peruana de fusión. Sólo por sus originales cebiches (chifa, mixto, clásico y NIkkei), valdría la pena ir hasta Arminius Markthalle.

Trattoria Alimentari e Vini. Berlín.
Uno de los lugares más concurridos del mercado es el italiano Trattoria Alimentari e Vini. 

Otra parada obligada es la antigua carnicería Fleischerei Hoffmann, muy querida por los berlineses por sus embutidos artesanales y sus distintivas salchichas, entre la que se cuenta la deliciosa ‘Boulettes like nuts’, una receta gourmet de sabor inigualable.

Las delicadas pizzas de Trattoria Alimentari e Vino elaboradas con masa madre impregnan todo el mercado con su aroma

Uno de los restaurantes más visitados del mercado tanto por los habitantes de Moabit como por los viajeros llegados de todo el mundo es la Trattoria Alimentari e Vini.  Su propietario Guiseppe Madia y su equipo disponen un espléndido mostrador con deliciosos productos delicatesen italianos como salami, queso, pasta fresca, aceitunas y prosciutto.

Sus pizzas recién horneadas hechas con masa madre impregnan todo el ambiente con su aroma. Además, dispone de una amplia carta de vinos italianos con estupendos Chianti y Prosecco, entre otras denominaciones de origen.

Puesto en Arminius Markthalle, Berlín.

Mercado de Colón

Una auténtica joya, el Mercado de Colón de Valencia se considera ejemplo del modernismo de principios del siglo XX. Construido entre los años 1914 y 1916 en ladrillo rojo, hierro, cerámica y vidrio, fue restaurado por completo en 2003 y hoy es una visita obligatoria en cualquier ruta cultural o gastronómica por zona del Ensanche.

Declarado Monumento Nacional, el Mercado de Colón llegó a albergar 280 puestos de venta, si bien hoy en día es el lugar idóneo para los amanges de la gastronomía 

Fue declarado Monumento Nacional y en él se aprecian las claras influencias del célebre arquitecto Antoni Gaudí en la obra de su seguidor, el arquitecto valenciano Francisco Mora.

Museo de Colón, Valencia.

Tiene planta de corte basilical, tres naves y voladizos laterales. Posee dos fachadas de piedra engastada en ladrillo y está rodeado de una verja de hierro. Realzan el conjunto sus armoniosas cerámicas que muestran motivos costumbristas de la vida en la huerta valenciana.

En su momento albergó más de 280 puestos de venta y hoy en día es el lugar idóneo para los amantes de la alta gastronomía, pues su interior -especialmente en su planta baja- está salpicado de tiendas de productos gourmet, restaurantes y cervecerías. Además, durante algunos fines de semana, se celebran en el mercado conciertos de música gratuitos y presentaciones enogastronómicas.

Entre las propuestas, destaca Ma Khin Café, dirigido por las manos expertas del chef anglo-birmano Steve Anderson, que un día se quedó prendado de la luz y la alegría de Valencia y aquí se quedó a vivir

Dos restaurantes que son puro placer

Entre las propuestas, destacamos Ma Khin Café, dirigido por las expertas manos del chef anglo-birmano Steve Anderson, que un día se quedó prendado de la luz y la alegría de Valencia y aquí se quedó a vivir.

Mercado de Colón, Valencia.
El Mercado de Colón presenta inconfundibles influencias del arquitecto Antoni Gaudí.

Anderson ofrece una propuesta gastronómica altamente recomendable que entremezcla con gusto la cocina asiática y europea con muchos guiños a los productos autóctonos. ¡Su curry de pescado malabari con coco, mostaza y tamarindo y sus rollitos de sepia y langostino con salsa chimma quitan el sueño!

También en el Mercado de Colón se encuentra Habitual, uno de los locales más prometedores de ese cocinero indomable y señero que es Ricard Camarena

El segundo restaurante que hay que apreciar como es debido es Habitual, uno de los locales más prometedores de ese cocinero indomable y señero que es Ricard Camarena, todo un referente de la cocina de vanguardia en Valencia y en España.

Entre las recomendaciones destacamos fervorosamente su ensaladilla Ricard Camarena con espuma de aceitunas rellenas, la croqueta de pesto de albahaca y las flores de calabacín en tempura rellenas de requesón, con picadillo de jalapeños.

Restaurante Habitual. Mercado de Colón.

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