Turquía arrebata cruceros a Mallorca

La patronal de los cruceros advierte de que Mallorca pierde competitividad frente a los puertos de Turquía, Egipto y Túnez

La recuperación de Turquía y otros destinos del Mediterráneo oriental no solo afecta la llegada de visitas internacionales: los puertos de Baleares asistirán a una notable caída de cruceros durante el año que viene.

Durante cinco años las Islas Baleares sacaron partido de las crisis políticas y económicas en Turquía, Egipto, Túnez y Grecia, y crecieron en volumen de llegadas a sus hoteles y en el arribo de barcos de cruceros. Pero ahora la fiesta llega a su fin.

Según Alfredo Serrano, director para España de CLIA (Asociación Internacional de Líneas de Crucero), “Turquía es el país que más competencia va a generar a corto plazo a todos los puertos de Baleares en cuanto a la actividad de cruceros”, informa Última Hora.

Una situación previsible

Para el directivo, esta situación era “previsible” en cuanto volviera la normalidad a esos países. Inclusive la estabilidad política no siempre es acompañada de calma financiera: en Turquía la fragilidad de su moneda lleva a que ofrezca destinos de sol y playa a precios imposibles de competir por parte de operadores españoles.

Además de Turquía, los puertos de Egipto y Túnez también vuelven a ser atractivos para las compañías de crucero, por lo que están reprogramando escalas que habían sido descartadas años atrás.

Las navieras vuelven a mirar a otros puertos

Los grupos turísticos calculan que al menos 1,2 millones de turistas al año –sobre todo británicos y alemanes– eligieron a Baleares en vez de los destinos del Mediterráneo oriental.

Unos 120.000 cruceristas anuales que pensaban atracar en Turquía, Egipto y Túnez fueron desviados a puertos de Baleares

Además las navieras Royal Caribbean, NCL, Tui Cruise, MSC, Costa Cruceros y otras compañías desviaron al puerto de Palma 120.000 cruceristas por año que deberían haber hecho escala en Turquía, Egipto y Túnez.

Crecimiento de los puertos baleares

Desde 2014 la Autoridad Portuaria de Baleares presenció un importante crecimiento del sector crucerista en la capital balear, a razón de un incremento anual del 20%.

Incluso en ocasiones Palma llegó a recibir hasta ocho escalas, lo que puso en alerta a las autoridades municipales y comunitarias, que veían un exceso de turistas que la ciudad no tenía capacidad de soportar.

El debate llegó al punto de que en el parlamento balear se analizó prohibir la entrada de mega cruceros, aunque la decisión final corresponde al Estado español.

a.
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