Spritzs, alta cocina italiana y fiestas en el mar: así es navegar en el crucero Costa Smeralda

Costa Smeralda navega ya por el Mediterráneo con sus 19 bares, 11 restaurantes, piscinas, spa, espectáculos inmersivos y fiestas hasta la madrugada. Además, con una clara apuesta por el medio ambiente y la sostenibilidad

Costa Smeralda. Foto: Costa Cruceros.

Con la mejora de la situación pandémica en Europa, Costa Cruceros vuelve a la actividad. Si ya operaba cruceros en la costa italiana, desde este 5 de julio lo hará también desde España. Es la fecha en que su buque insignia, Costa Smeralda, llegará a Barcelona y comenzará a operar cruceros internacionales con escala en Italia, Francia y España.

La vuelta a la operación de Costa Smeralda es una buenísima noticia, sobre todo teniendo en cuenta que muy pocos días después del bautismo de esta enorme nave (amadrinada por Penélope Cruz), en febrero de 2020, la compañía se vio obligada a cancelar todas sus rutas, igual que el resto de cruceros en todo el planeta.

Costa Smeralda, un crucero verde

Así pues, los amantes del mar, de la navegación y de esa forma cómoda y divertida de disfrutar de las vacaciones que es viajar en un gran crucero están de enhorabuena. También lo está el medio ambiente planetario gracias a la particularidad de que el combustible que mueve las turbinas del Costa Smeralda es gas natural licuado (GNL).

Costa Smeralda toca por fin puertos españoles. Foto: Costa Cruceros.

Pero, desde el punto de vista del pasaje, ¿qué diferencias hay entre navegar en un crucero convencional, movido por motores diésel, y hacerlo en uno cuya fuerza motriz proviene del gas? Sensorialmente, ninguna.

A no ser, visualmente, la tranquilidad de comprobar que las chimeneas del barco, en lugar de dejar a su paso una nube negra (y obviamente muy nociva), lo que expulsan es un estela prácticamente transparente. Se calcula que este moderno barco, a igual tamaño y volumen que los cruceros convencionales, producen menos de la mitad de emisiones contaminantes.

La app propia del Costa Smeralda permite gestionar reservas y controlar gastos, además de localizar opciones de gastronomía y ocio a bordo

Crucero anticovid

Pero, con ser importante la cuestión medioambiental, son muchos más los atractivos de este enorme buque. Empecemos por las medidas anticovid, que se aplican tanto a bordo (reducción de pasaje de entre el 50 y el 60 por ciento, más espectáculos pero con menores aforos, renovación del sistema de filtrado con instalación de filtros HEPA-7, más eficientes), como en las excursiones programadas en cada escala (en grupos cerrados y sin contacto con personas externas).

Medidas anticovid. Foto: Costa Cruceros.

Luego merece una mención especial el uso de las tecnologías más a la última. Buen ejemplo es la propia app del crucero, muy útil para orientarse entre las 20 cubiertas, 11 restaurantes, 19 bares, tiendas, piscinas, spa y decenas de opciones de ocio que a diario se ofrecen a los más de 5.000 pasajeros que podrá volver a albergar la nave cuando las condiciones sanitarias los permitan. La referida aplicación resulta también muy útil para gestionar reservas y controlar gastos.

Espectáculos inmersivos

El elemento tecnológico es muy evidente, además, en las zonas escénicas. Sobre todo en el gran teatro Colosseo, distribuido en tres niveles y con un gran escenario central completamente rodeado de pantallas de última generación (también en la enorme cúpula que lo cubre), que permiten una inmersión total en los espectáculos, a través de una iluminación y sistema de sonido realmente inteligentes y efectistas.

No menos llamativo resulta el teatro Sanremo, ideado para ser el epicentro de las (tan deseadas) noches de fiesta y baile hasta la madrugada. Este espacio del barco dispone de un sistema de iluminación y de animación tecnológica que para sí querrían la mayoría de clubes nocturnos en tierra firme.

Piscina Caracalla. Foto: Costa Cruceros.

Respecto a los espectáculos, los hay para todo tipo de públicos, también y específicamente para el español: así seguro que gozan de gran éxito las actuaciones de cómicos como José Corbacho, El Sevilla y Pablo Chiapella.

Al margen de estos artistas, a que resulte inolvidable el ambiente del Costa Smeralda contribuye un jovencísimo equipo de animación, que alardea de las más diversas habilidades (incluso circenses) y que muestra grandes dotes de comunicación y empatía.

Spritzs y pizzas de Nutella

Antes de que llegue la noche, hay mucho que hacer y experimentar a bordo del Costa Smeralda: piscinas descubiertas y spa, tiendas de marca y souvenirs, el museo CoDe, con una completa colección sobre el diseño italiano a lo largo del tiempo… Pero entre las más agradables particularidades de esta nave están los bares.

Los hay para todas las edades: los más pequeños (y los más golosos), por ejemplo, tienen el bar Nutella, primero de estas características a bordo de un barco de crucero, donde degustar desde croissants rellenos de esa célebre crema de chocolate con avellanas, a crêpes y pizzas. Todo hecho al momento.

Bar Nutella en Costa Smeralda. Foto: Costa Cruceros.

Al lado está la heladería, donde se sirven helados artesanales elaborados a diario según la más pura tradición italiana.

Estos dos bares están integrados en el enorme espacio presidido por la piscina cubierta y los jacuzzis. Conviene venir aquí por la tarde, cuando al placer del baño se suma escuchar la animada música que tocan grupos en directo sobre un pequeño escenario.

Los adultos pueden disfrutar también de la singularidad de los bares Campari, Aperol y Ferrari. Los dos primeros, ideales para acercarse a la nueva coctelería trasalpina. El inefable spritz es el preferido entre los combinados, más intenso y aromático el de Campari, más suave el de Aperol, cuyo bar es exterior y diurno, junto a una de las piscinas del barco.

Bar Campari. Foto: Costa Cruceros.

Más formal, que no aburrida, es la propuesta del bar Ferrari, marca que no se refiere a los famosos automóviles turineses, sino a las célebres cavas de la región alpina del Trentino, donde se elabora uno de los vinos espumosos más prestigiosos de Italia.
Aquí se pueden degustar algunas de las principales etiquetas de la bodega, junto a otros vinos italianos e internacionales, en un ambiente elegante y con un interesante punto de sofisticación.

También está el espacio Mastroianni, decorado con enormes fotogramas de algunas de las películas de este célebre actor universal. Las cervezas, vinos, copas y cócteles que se toman aquí suelen estar amenizadas por una pequeña orquesta, a la que no resisten los pasajeros amantes de los bailes de salón.

La música en directo también caracteriza al Jazz Club. Aquí las luces tenues, las tapicerías y la decoración de paredes y suelos, en tonos oscuros, favorecen esa mágica comunión entre intérpretes y espectadores tan habitual en las actuaciones de ese género musical.

Ristorante Rugantino. Foto: Costa Cruceros.

MasterChef a bordo

Conviene no pasar por alto el importantísimo capítulo de la gastronomía, que cuenta con la asesoría del prestigioso chef Bruno Barbieri (nada menos que siete estrellas Michelin atesoran sus restaurantes), muy conocido en Italia por ser juez en todas las ediciones del programa de televisión MasterChef.

Se nota su sello en los restaurantes Columbina, Meneghino, Arlecchino y Rugantino (en referencia a las principales máscaras de ese género escénico que es la Commedia dell’Arte), en los que se juega con la gastronomía tradicional italiana y los productos más típicamente mediterráneos, pero con un suculento punto de sofisticación.

También en Panorama y Bellavista, los más exclusivos del Costa Smeralda, pues están destinados solo a los pasajeros de Club Perla Diamante y de las suites de los extremos de popa.

Quien quiera experimentar una cocina más desenfadada tiene una opción clara: la pizzería Pummid’Oro, al más puro estilo napolitano. Y para disfrutar con el espectáculo del cocinado en directo, está Teppanyaki, un show cooking japonés cuyos cocineros imprimen un ritmo trepidante y, desde luego, muy escénico a la elaboración y montaje de los platos.

Masterchef en el mar. Foto: Costa Cruceros.

Para garantizar la seguridad de todos los pasajeros se ha suprimido el servicio buffet en aquellos restaurantes concebidos para ellos. Ahora todos los platos se sirven en la mesa por el eficiente (y plurilingüe) servicio de camareros.

Y, también por medidas de seguridad, de momento no funciona el restaurante LAB, en el que (en cuanto sea posible) los pasajeros serán protagonistas de un sui generis MasterChef, siempre con la premisa de no derrochar nada: se penaliza a quien haga un uso indebido de los ingredientes y se premia al que más los rentabilice.

En este sentido, conviene destacar que la sostenibilidad en materia alimentaria es un santo y seña del Costa Smeralda. De hecho, los sobrantes de sus cocinas se donan a ONGs y bancos de alimentos en cada uno de los puertos en los que recala el barco. Una más que loable iniciativa que, ojalá, sea imitada por el resto de compañías de cruceros.

a.
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