Italia expulsa los cruceros de Venecia

Finalmente el gobierno italiano prohíbe el paso de grandes cruceros frente a Venecia para proteger su patrimonio. Los buques deberán atracar fuera de la laguna

La imagen de los grandes cruceros frente a Venecia quedará en la historia.

Por fin el gobierno italiano cortó con las indecisiones y anunció que desde el 1 de agosto los grandes cruceros no podrán atracar en Venecia.

La medida ya había sido aprobada por el Consejo de Ministros de Italia en abril, pero no se había hecho efectiva.

El empuje final lo dio la amenaza de la Unesco de retirar a Venecia en la lista de los lugares considerados como ‘Patrimonio de la Humanidad’, lo que habría dañado la imagen pública de la ciudad de los canales.

Los cruceros no podrán pasar por la Plaza de San Marcos.

Qué cruceros no pueden llegar a Venecia

El veto comprende a las embarcaciones de más de 25.000 toneladas brutas, que tengan un largo superior a los 180 metros y una altura de 35 metros. El otro parámetro es que generen el 0,1% de azufre en sus emisiones.

Los cruceros mayores de 25.000 toneladas brutas deberán atracar en el puerto industria de Marghera, a dos kilómetros de Venecia

O sea, si un crucero es más pequeño pero excede esos registros contaminantes tampoco podrá pasar por la laguna veneciana.

Las aguas son un monumento

Para poner coto a la llegada de grandes cruceros el gobierno declaró como ‘monumento nacional’ las vías fluviales de la ciudad, ya sean los canales interiores como el que divide la plaza de San Marcos con la isla de la Giudecca, que solía ser la ruta habitual de las gigantescas embarcaciones.

La medida afecta a los cruceros de más de 280 metros de largo y 35 metros de alto. Foto Andre Merola | EFE

Su imagen, con las cubiertas superando en altura los tejados de los palazzos y las cúpulas de las iglesias, era uno de los reclamos de los grupos ambientalistas.

Pero la mayor protesta reside en el impacto ambiental que generan los cruceros, y en el social por la abrupta llegada de 3.000 a 5.000 pasajeros por embarcación, que colapsaban las callejuelas y entradas a museos en una ciudad que era un ejemplo de masificación turística.

Previo a la irrupción de la pandemia, Venecia recibía 25 millones de turistas al año, en una ciudad que apenas supera los 270.000 habitantes (contando los del casco histórico y las islas vecinas).

Protestas ambientalistas contra los cruceros. Foto Andrea Merola | EFE

Protestas y apoyos

En junio la sorpresiva llegada de un crucero de 92.000 toneladas (casi cuatro veces más grande de lo que ahora permitirá Venecia) desató un movimiento de protesta de organizaciones ambientalistas y vecinales.

El gobierno italiano se movilizó ante la amenaza de la Unesco de retirar a Venecia de la lista de sitios considerados como ‘Patrimonio de la Humanidad’

Pero también movilizó a entidades como ‘Si Grandi Navi’, impulsada por trabajadores locales de la industria de los cruceros y comerciantes que viven del turismo, todos gravemente afectados por la parálisis impuesta por el coronavirus, que reclaman mantener sus fuentes de trabajo.

Los grandes cruceros tendrán que atracar en el puerto industrial de Marghera. Foto Wikipedia

Nuevo destino

Las compañías de cruceros que quieran llegar a Venecia tendrán que atracar en el puerto industrial de Marghera.

Este puerto se encuentra a dos kilómetros al noroeste de Venecia, pero para llegar al centro histórico y sus monumentos los pasajeros tienen que dar un largo rodeo de 30 minutos a una hora.

Todavía no hay instalaciones para recibir pasajeros, pero el gobierno italiano acelera los planes para que en seis meses haya terminales adecuadas para acoger al volumen de turistas que solía recibir Venecia.

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