Cómo los cruceros multiplicaron sus tamaños en los últimos años

La carrera por tener cruceros más grandes dio un salto de gigante en la última década, aunque seguramente las navieras hayan alcanzado el techo soñado

‘Los árboles no pueden crecer para siempre’. Esta antigua expresión tiene su correlato en diferentes campos de la ingeniería civil, aeronáutica y náutica, donde la carrera por los tamaños se ha convertido en una fiebre difícil de curar.

En el caso del mundo de los cruceros esta competencia ha visto un salto exponencial cuando se analiza el volumen de sus barcos.

Y la curva del crecimiento no es lejana, apenas hace una década que las grandes navieras como Royal Caribbean, Carnival Cruises y Norwegian Cruises Lines (con otros ejemplos de MSC, Princess o Celebrity) se lanzaron a un frenesí de diseños e inauguraciones que ha ganado, con comodidad, la primera de ellas.

Las ciudades flotantes

El tópico para referirse a los grandes cruceros es que son como ciudades flotantes. Basta ver las dimensiones del Symphony of the Seas, el mayor crucero del mundo, para confirmarlo: en su capacidad máxima es capaz de transportar a 6.600 pasajeros, a los que hay que sumar a los 2.200 tripulantes; o sea casi 9.000 personas a bordo.

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En sus 18 niveles hay espacio para una veintena de restaurantes y bares, teatros, cine, atracciones como toboganes acuáticos, tirolinas, gimnasio, spas, piscinas, etcétera.

El Allure of the Seas navegará desde Barcelona en mayo de 2020. Foto: Royal Caribbean.

El Allure of the Seas se encuentra entre los nuevos gigantes del mar. Foto: Royal Caribbean.

Atracciones en sí mismas

Con 362 metros de largo, es 30 metros más grande como los portaaviones de clase Nimitz de EEUU. Esta estructura de guerra tiene un volumen de 102.000 toneladas brutas. Pues bien, el Symphony la duplica y le sobra espacio: nada menos que 228.000 toneladas brutas.

El mayor crucero del mundo duplica el volumen del mayor portaaviones jamás construido

Si antes los barcos servían para ir del punto A al B, los mega cruceros cambiaron la tendencia y se convirtieron en un destino en sí mismos. Muchos pasajeros prefieren disfrutar del carrusel de atracciones y propuestas gastronómicas antes que descender de puerto en puerto para conocer calles y museos.

El gran salto adelante

Un análisis de Cruzely entre 120 embarcaciones revela que entre 1990 y 2000 la mayoría de los barcos construidos oscilaban entre las 70.000 y 80.000 toneladas brutas.

Pero hace 20 años las navieras empezaron a apostar cada vez más fuerte en la ruleta de los tamaños: entre el 2015 y este año el tamaño medio se duplicó hasta las 164.000 toneladas brutas.

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Cuantas más atracciones tenga un crucero crecen sus posibilidades de facturación. Foto: Royal Caribbean

Y para llegar a ese promedio hay que tener en cuenta a varios gigantes de los mares, varios de ellos de Royal Caribbean, como el Harmony of the Seas (226.963 toneladas, botado en 2016) o el Ovation of the Seas (168.666 toneladas, del mismo año); el MSC Grandiosa (de 181.541 toneladas) y las hermanas MSC Meraviglia y MSC Bellisima (ambas del año pasado, con 171.598 toneladas).

[Para leer más: Cinco trucos para exprimir a fondo el crucero más grande del mundo]

Y a este cálculo hay que sumar los cruceros que están a punto de ser inaugurados, como el Odyssey of the Seas (169.379 toneladas), el Mardi Gras (183.900 toneladas) de Carnival, el MSC Virtuosa (181.541 toneladas) o la nave gemela del Symphony, el Wonder of the Seas (228.000 toneladas, programado para el 2021).

La carrera desenfrenada

¿Pero por qué esta pasión por el gigantismo?

Por una parte, están los costes. Aunque construir un mega crucero implica una inversión de 800 a 1.000 millones de euros, es más económico que poner en el agua a dos barcos de la mitad del tamaño.

Cruzerly estadisticas         

Así han crecido los tamaños de los cruceros en las útlimas décadas. Fuente: Cruzely

O sea: es más barato navegar un crucero de 6.000 pasajeros que a dos de 3.000 viajeros.

Cuanto más grande sea el crucero más posibilidad de facturar por servicios extras como los restaurante, espectáculos y las atracciones

Los ingresos de las navieras no solo provienen de los billetes para viajar, sino de los gastos extras, que van desde el servicio del wifi al uso de atracciones, pasando por comer en restaurantes más elegantes y mejor surtidos que el clásico buffet o la venta de entradas para el spa o el teatro.

El MSC Meraviglia surcando los mares.

El MSC Meraviglia, uno de los cruceros más grandes de MSC. Foto: MSC Cruises

Y cuanto más atracciones y propuestas gastronómicas haya a bordo, más canales para incrementar la facturación.

También está la clave del marketing: el crucero es un reclamo publicitario en sí mismo, un gigante del que los pasajeros presumen en redes sociales y donde cada naviera se ocupa en darle un valor añadido para ganarle a la competencia: si uno tiene montaña rusa, otro presenta un tobogán de 13 pisos.

¿Llegaron al techo?

Pero la tendencia es posible que haya tocado techo: barcos más grandes implican un desafío logístico para alimentar a miles de personas. Además muchos puertos no podrían recibir a cruceros que excedan los 400 metros de largo.

Desde que el Oasis of the Seas se construyó en 2009, apenas cinco barcos (todos de Royal Caribbean) lo han superado en volumen en una década.

Otras compañías, como Norwegian Cruise Line, anunciaron que abandonan la carrera por el tamaño. “Más grandes no significa que sean mejores”, dijo el consejero delegado de la compañía, Harry Sommer, en diciembre.

Nuevas reglas

Precisamente la irrupción del Covid-19 ha cambiado las reglas del juego. Los cruceros tendrán que trabajar mucho para garantizar la seguridad a bordo, pero en los próximos años será difícil volver a seducir con la imagen de más de 5.000 pasajeros en un solo barco.

El Norwegian Encore es el barco más grande de NCL. Pero los futuros cruceros serán un 17% más pequeños. Foto: Norwegian Cruise Line.

El Norwegian Encore es el barco más grande de NCL. Pero los futuros cruceros serán más pequeños. Foto: Norwegian Cruise Line.

Algunas navieras anunciaron que apostarán por cruceros más pequeños, sobre todo las de alta gama. Otras reconocen que no podrán llenar el aforo si se pretende mantener las medidas de seguridad sanitaria.

La industria de los cruceros sabe que los próximos meses serán cruciales para delinear el futuro del sector, en donde nadie espera superar a los actuales gigantes.

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