Zúrich: viaje en el tranvía del arte y el diseño

El recorrido del tranvía 4 de Zúrich permite llegar a sus museos más importantes, fábricas recicladas como centros de arte, la ópera de la ciudad y un pabellón dedicado a Le Corbusier

Tranvia 4 zurich Foto Turismo de suiza

Zúrich tiene 16 líneas de tranvía, pero una de ellas merece un capítulo aparte: es la 4, que atraviesa la capital económica de Suiza del noreste al sudoeste, una diagonal en la que toca varios de los puntos culturales y de diseño más importantes de la ciudad.

Por el precio de un billete uno puede subir y bajar en diferentes puntos donde conviven museos de historia y de arte, centros de diseño, bares innovadores, tiendas de productos reciclados y un pabellón diseñado por uno de los grandes arquitectos del siglo XX.

Museo del Diseño

Uno de sus puntos de salida es la estación de Altstetten, que tras tres paradas acerca al prestigioso Museo del Diseño de Zúrich.

Fundado en 1875 presenta periódicas exposiciones sobre diseño industria, de productos, gráficos, tipografías, fotografías, muebles, joyas, moda, artesanías, arquitectura y escenografías.

Museo del Diseño. Foto Turismo de Suiza

Con un patrimonio de 500.000 artículo y reseñas, cuenta con creaciones de talentos como Le Corbusier, Max Bill, Herbert Matter, René Burri y Freitag, entre otros. Ya volveremos sobre estos últimos.

Los teatros de Schiffbau

A pocos pasos, donde casi no hace falta tomar el tranvía 4, está el antiguo astillero de Schiffbau, que conserva su estructura de ladrillo y sus grandes puertas de hierro forjado.

Los teatros de Schiffbau, así como los museos y galerías de Löwenbräu-Areal, son dignos ejemplos de fábricas transformadas en centros culturales

Es una combinación de polo gastronómico, y cultural con tres escenarios: el Schiffbauhalle, el Box y el Matchbox, que se combinan con los programas de jazz del club Moods.

El complejo Schiffbau. Foto Turismo de Suiza

Para comer, está la oferta innovadora del LaSalle y el bar Niettturm, al que se accede desde un ascensor que permite tener buenas vistas del oeste de Zúrich.

Bolsos reciclados

El tranvía 4 se desvía hacia el río Limago, por lo que en la parada de Schiffbau hacia el sur hay que llegar hasta la llamativa sede de Freitag.

Esta es una firma de diseños de bolsos reciclados, famosos por ser elaborados con lonas de camión.

La tienda de Freitag. Foto Turismo de Suiza

El éxito de la iniciativa, impulsada por dos jóvenes emprendedores en 1993, se representa con su tienda Flaship Store, creada con contenedores marinos apilados como ‘un rascacielos bonsai’, como lo bautizaron sus creadores.

Antes una cervecería, hoy un espacio para el arte

Cuando el tranvía 4 llega al cruce vial de Escher-Wyss-Platz uno se puede acercar al complejo de Löwenbräu-Areal, que como el citado Schiffbau, es otro interesante ejemplo de una construcción industrial reconvertida en un centro cultural.

Arte contemporáneo en el Löwenbräu. Foto Turismo de Suiza

En este caso, se rata de una combinación de museos con galerías y editoriales, muchas de ellas dedicadas al arte.

En el complejo de Löwenbräu-Areal se encuentran galerías de arte, restaurantes y museos dedicados al arte contemporáneo

La estampa de la antigua cervecería domina con dos silos altos de hormigón, donde asoma la figura elegante y poderosa de un edificio de 70 metros de alto, que presenta un collar que a más de uno le recuerda una cobra.

Allí está el Museo Migros de Arte Moderno, donde han expuesto talentos como Urs Fischer, Ugo Rondinone y Yoko Ono.

Exposición de Jimmie Durham en el Museo Migros de Arte Moderno

Fundado por el coleccionista y empresario Gottlieb Duttweiler, cuenta con un patrimonio de 1.300 obras de los que un tercio son artistas suizos.

A su lado, en el 270 de Limmatstrasse, está el Kunsthalle Zürich, una de las galerías dedicadas al arte contemporáneo más importantes de la ciudad.

Actualmente cerrado por la pandemia, se espera que cuando abra retome su interesante calendario de exposiciones individuales y colectivas.

Arte y gastronomía bajo las vías

Entre las paradas de Dammweg y Quellenstrasse está el viaducto por donde circula uno de los ramales que salen desde la Estación Central de Zúrich.

Un tramo de 500 metros de esta infraestructura, que data de 1894, se recicló como un animado centro de ocio y vida social, donde bajo los 36 arcos hay tiendas de delicatesen, galerías de arte, marcas de moda y de deportes.

Las tiendas del viaducto de Zúrich. Foto Turismo de Suiza.

Pero el núcleo más atractivo es su mercado de Markthalle, donde los agricultores de las cercanías ofrecen sus productos.

El museo de la ciudad

Cuando el río Limago gira hacia el sur, tras bajar en la parada de Sihlquai, hay que andar unos pocos pasos hasta la calle Museumstrasse, que como anticipa su nombre, conduce al Museo Nacional de Zúrich, a un tiro de piedra de la Estación Central de la ciudad. Imposible perderse.

Museo Nacional de Zurich. Foto Turismo de Suiza

El Landesmuseum es un viaje por el pasado de esta metrópolis y su región desde los tiempos prehistóricos a la actualidad, en un edificio que recuerda a los castillos de los cuentos infantiles, con un ala añadida en el 2016 que contrasta con sus formas geométricas.

Plataforma para la creatividad

El tranvía 4 sigue adelante en su camino paralelo al río Limago, y en el corazón de la ciudad vieja acerca al Helmhaus, una antigua casa medieval que fue sede de justicia y mercado, reconvertida en centro de exposiciones de artistas locales.

El centro de arte Helmaus. Foto Turismo de Suiza

Ubicada a pocos pasos de la catedral de Grossmünster, este centro organiza unas cinco muestras anuales, en una interesante plataforma de artistas emergentes.

La cuna del dadaísmo

Al dar la vuelta a la manzana se puede conocer Dadahaus, la antigua taberna Cabaret Voltaire donde hace 100 años nació el movimiento del dadaísmo; cuando pintores, fotógrafos músicos, bailarines y escritores pusieron al arte patas para arriba.

En el antiguo Cabaret Voltaire hace un siglo surgió el movimiento dadaísta, que revolucionó los patrones del arte contemporáneo

Fachada del Cabaret Voltaire

La casa organiza exposiciones y eventos, y tiene una pequeña biblioteca especializada en esta corriente artística. También se puede visitar el hotel Limmatblick, donde todas las habitaciones han sido amuebladas en forma individual al estilo dadaísta.

El museo del modernismo

Aquí hay que hacer un paréntesis. El tranvía 4 no llega directamente al Kunsthaus, pero con caminar 10 minutos por el barrio de Niederdorf se llega fácilmente.

Museo Kunsthaus. Foto Turismo de Suiza

Aquí se aloja la colección del modernismo más importante de la ciudad, con obras de Picasso, Monet, Pollock, Munch, Chagall y sobre todo de Alberto Giacometti.

Pero también hay obras de diferentes corrientes que se remontan al siglo XIII, desde pinturas medievales hasta de las escuelas flamenca como Rembrandt e italiana como Domenichino.

La casa de la lírica

De vuelta al recorrido del tranvía 4, desde la parada de Opernhaus, se divisa el edificio de la Ópera de Zúrich, que quizás sorprenda su tamaño más pequeño comparado con otras grandes casas de la lírica.

Ópera de Zúrich. Foto Turismo de Suiza

Su sala de 1.100 butacas ha visto pasar a cantantes de la talla de Cecilia Bartoli, Renée Fleming y Plácido Domingo, así como directores del calibre de Nikolaus Harnoncourt, Christoph von Dohnányi y Carlo Rizzi.

Final con Le Corbusier

Y llegamos al punto final: el pabellón Le Corbusier, ubicado cerca de la parada de Höschgasse.

El edificio diseñado por el genial arquitecto franco-suizo, en la orilla oriental del lago de Zúrich, fue encargado por la coleccionista Heidi Weber.

El pabellón Le Corbusier.

El lugar merece una visita por las formas geométricas de su estructura, revestida por paneles de colores que parecen extraídos de un cuadro de Pietr Mondrian.

Allí se expone la interesante colección de esta mecenas como diversos documentos sobre la vida y obras de Le Corbusier.

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