Tenía que estar en Copenhague: abre sus puertas el Museo de la Felicidad

Promovido por el Happiness Research Institute, el museo indaga sobre la geografía, la política, la historia o la ciencia relacionada con la felicidad

Museo de la Felicidad. Foto: Hapiness Research Insstitute.

Llueve un promedio de 170 días al año, tienen inviernos largos con pocas horas de luz, pagan muchos impuestos y, sin embargo, los países nórdicos se coronan año tras año como los más felices del mundo. Será el hygge danés, el kos noruego o la receta finlandesa que propone sustituir terapias por salir al bosque y conectar con la naturaleza, pero lo cierto es que de felicidad saben, y mucho. Y ahora comparten lo aprendido en un nuevo Museo de la Felicidad.

Inaugurado el pasado mes de julio en una céntrica calle de Copenhague -dónde si no-, y alojado en los bajos de un pequeño edificio, el Museo de la Felicidad ofrece en apenas 250 m2 un viaje reflexivo al concepto felicidad con paradas en la historia, la geografía, la ciencia, la política o la inteligencia artificial.

Mapa de la felicidad

Aunque se ha definido como el primero en su especie, es cierto que en Londres funciona otro Museo de la Felicidad desde 2016, que busca ayudar a ser más felices a las personas a través de experiencias interactivas, talleres, eventos y técnicas basadas en la ciencia.

En Lisboa, el Sweet Art Museum, ahora temporalmente cerrado, lleva como lema #SayYesToHapiness aunque, en este caso la felicidad viene de la mano de chapuzones en piscinas de nubes de golosina, saludar a unicornios, jirafas rosas o helados gigantes o disparar ositos de goma en un juego de realidad virtual.

La ciencia de la felicidad

En el caso del nuevo museo de Copenhague, la idea no es tanto ofrecer decorados coloridos y azucarados para llenar de fotos Instagram o dotarse de herramientas de autoayuda sino proponer una reflexión profunda sobre el concepto felicidad.

Entre las reseñas recibidas, un chico llamado Frederik escribió “Ya sabía que era un chico feliz, pero ahora entiendo por qué”.

Según el director del museo, Meik Wiking, ese sería su mayor éxito. Director ejecutivo del Happiness Research Institute, la institución detrás del museo, cuenta que el interés sobre el trabajo de este instituto fue lo que les animó a dar forma a un museo donde compartir los resultados de sus estudios.

A principios de 2020 la idea había tomado forma y el espacio estaba listo para inaugurarse. La pandemia, las cuarentenas y el cierre de fronteras internacionales retrasaron la apertura, pero también animó a sus responsables a dar el salto, una vez implementados los necesarios protocolos de higiene y seguridad. ¿Acaso no es más necesaria que nunca hoy en día la felicidad? Pues eso.

Qué es la felicidad (y para quién)

Desde mediados de julio sus puertas están abiertas. Alrededor de 30 visitantes pueden recorrer de forma simultánea sus salas donde encuentran desde paneles informativos a vídeos, experimentos mentales o maquetas del cerebro humano para entender cómo funciona la felicidad. También pueden participar en pequeños juegos, como un dilema al más puro estilo Matrix donde deben decidir si tomar la pastilla roja o la azul.

Además, pueden ahondar en aspectos como la dimensión intelectual de la felicidad o su geografía. Porque ¿qué hace felices a los países o, más bien, a sus cuidadanos?

Dinamarca es, según el Informe de la Felicidad Mundial que cada año elabora Naciones Unidas, el segundo país más feliz del mundo, justo por detrás de la vecina Finlandia. Si se analiza por ciudades, Copenhague es la quinta urbe más feliz del globo, después de Helsinki, Aarhus (la segunda ciudad danesa), Wellington y Zúrich.

Aquí se explican algunos de los resultados de los estudios del Instituto de la Felicidad, para descubrir, por ejemplo, por qué los países nórdicos presentan los niveles más altos de felicidad en la tierra, pero también es posible localizar el puesto de cada país.

También se ofrece una historia internacional de la felicidad y se examinan las políticas que los diferentes gobiernos en relación al bienestar de sus ciudadanos. Por ejemplo, ¿sabías que Bután mide el índice de Felicidad Nacional Bruta desde la década de los 70 del siglo XX?

“Podemos ser daneses, mexicanos, estadounidenses o chinos, pero ante todo somos personas», explica Wiking. “Son las mismas cosas las que impulsan la felicidad, sin importar de dónde venimos, y espero que la gente lo vea en la exposición”.

Ciencia de la sonrisa

El museo también se detiene a explicar a través de la ciencia los sentimientos de alegría así como a analizar cómo cambia la felicidad con la edad. Además, reta a los visitantes a identificar sonrisas falsas y genuinas o a descubrir por qué la risa es contagiosa.

Hygge o el secreto danés de la felicidad. Foto: Stella Rose | Unsplash.

Por último se pone la vista en el futuro para abrir algunos debates en relación a aspectos como la inteligencia artificial o los smartphones y cómo pueden interacturar, para mejorar o no, nuestra felicidad. Antes de salir, los visintantes pueden escribir en un post it su propia definición de felicidad.

El objetivo, según Wiking, autor también del superventas The Little Book of Hygge: Danish Secrets to Happy Living, es que “la gente esté aquí durante una hora y comprenda cómo cada uno puede generar un mayor bienestar para sí mismos y, a la vez, hacer del mundo un lugar un poco mejor”.

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