Pagar por entrar en Venecia: ¿protección o parque temático?

A partir de junio de 2022 habrá que reservar y pagar por entrar en Venecia, que se convertirá así en la primera ciudad del mundo con entrada de pago

Venecia con reserva previa y ticket de entrada. Foto: Canmandawe | Unsplash.

Solo el 5 de agosto llegaron a Venecia 85.000 personas procedentes de un total de 136 países. 80.000 turistas el día 18 y entre 50 y 60.000 de media en lo que va de mes. Están lejos de las cifras de otros veranos anteriores a la pandemia, cuando pasaba por la ciudad en un solo día una media de 110.000 visitantes, según datos del Corriere della Sera. Una cantidad mayor que el doble de sus residentes en el centro, estimaos en poco más de 50.000.

Todo indica que la presión turística que vivía la ciudad de los canales antes de la pandemia volverá. Así, a la expulsión definitiva de los cruceros del centro de la ciudad (una actividad por la que la Unesco había llegado a amenazar con retirar el reconocimiento como Patrimonio Mundial), que tienen vetado el paso por la laguna desde este 1 de agosto, se sumará otra controvertida medida: habrá que reservar turno y pagar por entrar en la ciudad.

La única ciudad del mundo con ticket de entrada

La medida, anunciada a principios de 2019 y que tenía que comenzar a aplicarse el pasado 1 de enero, entrará finalmente en vigor el próximo verano, concretamente el 1 de junio, aunque ya desde septiembre comenzará a ensayarse en algunas zonas de la ciudad con la instalación de diferentes modelos de torniquetes que está probando el Ayuntamiento.

De este modo, los turistas que deseen visitar la ciudad deberán reservar su estancia y pagar por entrar, con controles situados en los principales puntos de acceso del centro histórico.

La pandemia ha dejado imágenes de una Venecia extrañamente vacía, como esta de junio de 2020. Foto: Lukas Krasa | Unsplash.

La entrada en Venecia, llamada a ser la primera ciudad del mundo con entrada calculada y de pago, podría costar entre 3 y 10 euros, en función del día y de la cantidad de personas prevista.

Protección del patrimonio

No pagarán a los residentes en la región del Véneto, aunque no se descarta que se les obligue a reservar, mientras quedarían descartados los niños menores de seis años, los familiares hasta el tercer grado de los residentes y a los miembros de la familia de personas que viven de alquiler en el municipio, entre otros.

Las pruebas con el sistema de tornos arrancarán en septiembre en la isla del Tronchetto, al oeste de Venecia

La reserva se efectuará a través de una aplicación o en la web, con un código QR que servirá para pasar los lectores ópticos de los torniquetes. Son parte de un sistema tecnológico que incluye más de 500 cámaras de alta definición que las fuerzas del orden usaron durante el G20 Economía celebrado el pasado mes de julio, así como un centenar de sensores que, a través de teléfonos inteligentes, conectan las redes de la telefonía móvil de quienes están en la ciudad.

Las pruebas comenzarán en septiembre en la isla del Tronchetto, donde se ubica el comando de la policía local y el lugar desde donde se controla digitalmente todo el territorio.

¿Ciudad o parque temático?

La medida no ha dejado de despertar polémica desde su anuncio inicial, que ahora se ha reavivado. Muchos la consideran necesaria para aliviar la presión turística sobre el centro, que ha expulsado desde los años cincuenta, junto a otros problemas como las cada vez más frecuentes inundaciones, la falta de vivienda o el encarecimiento del coste de la vida, a alrededor de 120.000 personas de Venecia.

Venecia. Foto: Andreas M | Unsplash.

Sería un precio justo para contribuir a su mantenimiento, como el que pagamos por acceder a un museo, dicen sus defensores.

Para otros es “una medida inconstitucional y contraria a la legislación europea”, como dice el concejal Marco Gasparinetti, para quien algo así “se podría hacer para un área limitada, como la plaza de San Marcos, pero no para una ciudad entera”. A su juicio, además de ser “humillante para la ciudad, para sus residentes y para los visitantes”, supone “la consagración de Venecia como parque temático”, según explica en una entrevista en La Stampa.

La medida que entraría inicialmente en vigor el verano de 2022 “no sirve para programar los flujos, es solo una forma de hacer dinero. Y nosotros los venecianos desobedeceremos, porque no tenemos ninguna intención de dejarnos fichar en nuestro paso por los tornos”.

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