El Museo Munch de Oslo revoluciona la forma de ver arte

El nuevo Museo Munch se inaugura en un moderno edificio de 13 pisos en el centro de Oslo, uno de los mayores centros dedicados a un solo artista en el mundo

El edificio del Museo Munch se eleva a 57 metros. Foto Einar Aslaksen

Finalmente el Museo Munch abre hoy sus puertas. El moderno edificio que se reclina con una reverencia en la costa de Oslo se convierte en uno de los mayores centros de arte dedicados a un solo artista.

El retraso causado por la pandemia quedará en el recuerdo, porque el nuevo museo está destinado no solo a potenciar el turismo en la capital de Noruega sino también a cambiar la forma de percibir el arte.

Un edificio singular

El centro se aloja en un edificio de 13 plantas que se eleva a 57 metros de altura sobre el distrito de Bjørvika, que con sus modernos rascacielos se ha convertido en el nuevo foco de cultura y las tendencias de Oslo.

Desde el edificio diseñado por Juan Herreros se despliegan hermosas vistas de Oslo. Foto Einar Aslaksen

El edificio del Museo Munch, diseñado por el estudio del español Juan Herreros, se eleva a 57 metros y se inclina como si estuviera haciendo una reverencia

Con sus vidrios traslúcidos refleja los hermosos atardeceres sobre la ciudad, mientras que al iluminarse por la noche se transforma en un faro del siglo XXI.

Diseñado por el estudio del español Juan Herreros, cuenta con más de 26.300 metros cuadrados, cinco veces más que el antiguo museo dedicado a este pintor expresionista noruego.

Generosidad de espacios

El 20% de sus espacios están dedicados a salas de exhibición, desplegados en 11 galerías. Los dos pisos superiores presentan un restaurante y una terraza con bar que será el nuevo punto de moda de Oslo, por las impactantes vistas que despliega del centro de la ciudad y del fiordo que la rodea.

El museo es otra de las innovaciones urbanísticas de Oslo. Foto Einar Aslaksen

También hay una biblioteca, una cafetería, salas para espectáculos, un centro de entretenimiento para niños y, por supuesto, la tienda de recuerdos.

Qué obras se pueden ver de Edvard Munch en su museo

Munch seguramente es más conocido por El Grito que por cualquier otra obra, pero cabe recordar que este artista fue tremendamente prolífico. De hecho el museo atesora un patrimonio de 26.700 trabajos, entre pinturas, fotografías, dibujos y acuarelas realizadas entre 1873 y 1944.

Allí se puede ver por qué Munch se considera como uno de los primeros artistas que experimentaron con el autorretrato, tras haber comprado una cámara Kodak en 1902.

Muestra de Tracy Emin y Edvuard Munch. Foto: Ivar Kvaal

En su vida Munch realizó más de 26.700 obras, entre ellas la famosa ‘El Grito’

También se exhiben innumerables objetos legados a la ciudad por diferentes donantes, como litografías en rocas, cartas y hasta 10.000 artículos personales.

Claro, también se puede contemplar a El Grito. Y no solo uno, sino varias versiones casi idénticas, entre un estudio realizado en colores pastel de 1893 y una obra de 1910.

Otra de sus creaciones más emblemáticas, El Sol (de 1909), se despliega en un gigantesco lienzo de ocho metros.

Una de las litografías con el famoso grito. Foto Museo Munch

Exposición con tecnología de vanguardia

En total, habrá 200 obras de Munch presentadas en la exposición permanente, mientas que otras irán rotando junto con muestras de artistas influenciados por su obra, o de diferentes representantes del arte contemporáneo.

Un museo así no podía dejar de lado las innovaciones tecnológicas. Por ello en el piso 6 se presenta la exhibición Monumental Edvard Munch, donde hay una mesa interactiva que permite conocer su obra y experimentar con ella.

Allí también está el espacio inmersivo llamada Veneno. Basada en su serie de pinturas conocidas como La habitación verde, en este lugar “la experiencia se desarrolla como una criatura extraña, inestable e inquietante” dicen en el museo. Habrá que verlo.

El museo cuenta con miles de cuadros y objetos personales de Munch. Foto Einar Aslaksen

Las próximas muestras

En su programa inaugural está programada la muestra Tracey Emin / Edvuard Munch: La soledad del alma, que explora la influencia del pintor noruego sobre esa prestigiosa artista británica.

En febrero se podrá ver El ojo salvaje, que enfoca la relación entre el surrealismo y los principales artistas del simbolismo, como Paul Gauguin, Odilon Redon, August Strindberg, Edvard Munch y Auguste Rodin.

¿Qué puede pasar si se marida a Munch con el black metal noruego? Esa es la idea de la muestra Satyricon y Munch, que analiza el cruce entre este género musical y las obras del pintor, en un espacio del décimo piso decorado con una atmósfera inquietante.

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