Los mejores miradores para enamorarse de Málaga

En fortalezas medievales, jardines botánicos, en puntos estratégicos de barrios y en cerros de las cercanías: Málaga está rodeada de miradores que invitan a descubrirla desde otra perspectiva

Málaga vista desde el mirador de Gibralfaro. Foto Johannes Schwanbeck | Flickr

Hay muchas maneras de conocer Málaga: puede ser caminando por su paseo marítimo o sus playas, desde la placidez del mar, y también desde las alturas.

Sí, porque la particular orografía de esta ciudad andaluza ha creado varios miradores que permiten no solo obtener hermosas panorámicas de su tejido urbano, el Mediterráneo y la campiña; sino también de atardeceres inolvidables.

El mirador de Gibralfaro

El más famoso de los miradores de Málaga es el de Gibralfaro. Este se encuentra en el castillo árabe que se eleva a 130 metros de altura, al que se puede llegar tras fatigar las piernas en un ascenso continuo.

Pero si se quiere dos opciones más fáciles, puede ser en coche o en el autobús 35, que sale desde el Paseo del Parque.

Desde el mirador se encuentran paneles con explicaciones que permiten conocer en detalle las panorámicas que se despliegan. En un primer plano se divisa el puerto malagueño, la plaza de toros y la playa de la Malagueta.

El mirador de Gibralfaro permite ver estas panorámicas de la ciudad. Foto Johannes Schwanbeck | Flickr

A las espaldas de los visitantes se encuentra el Castillo de Gibralfaro. En su interior hay un centro de interpretación que permite conocer la historia de esta fortaleza construida en el siglo XIV para proteger la ciudad.

En su estrado superior está la torre Mayor, con 17 metros de altura, el pozo fenicio y los baños. El pozo de Airón está excavado en roca viva y tiene una profundidad de 40 metros.

En tanto la parte inferior, o patio de armas, concentraba los barracones de la tropa y las caballerizas. La torre Albarrana o torre Blanca, orientada hacia el noreste, es una de las más visibles y en su interior conserva un aljibe, dependencias y almacenes.

El mirador de la Alcazaba

Esta fortaleza se conecta con otro importante mirador de Málaga, el de la Alcazaba, un recinto de doble muralla, integrante del palacio-fortaleza de los gobernantes musulmanes de la ciudad.

El antiguo complejo defensivo construido por los musulmanes para proteger Málaga presenta dos famosos miradores: el de Gibralfaro y el de la Alcazaba

Este atalaya se encuentra en el sector noroeste del muro defensivo levantado en el siglo XI, las épocas de Al-Ándalus.

Un vistazo de Málaga desde la Alcazaba. Foto Threefishsleeping | Flickr

Desde aquí se puede ver, como si uno fuera un ave en reposo, sitios interesantes como las ruinas del Teatro Romano y el edificio de la Aduana, una interesante combinación de culturas -la clásica, la árabe y la renacentista- a un golpe de vista.

El mirador del Jardín Botánico

El Jardín Botánico Histórico de La Concepción es un relajado paseo entre plantas de todas las latitudes con un acento en las formaciones de sitios tropicales y subtropicales.

Creado a mediados del siglo XIX, cuenta con 23 hectáreas con un sector artístico e histórico de tres hectáreas, pletórico de cascadas, senderos y fuentes de estilo neoclásico.

Naturaleza y buenas panorámicas en el Jardín Botánico. Foto Jardón Botánico Histórico de La Concepción

Allí se pueden ver más de 25.000 plantas pertenecientes a unas 2.000 especies distintas, de las que unas 90 son palmeras y 200 son autóctonas.

En 1920 se construyó el sector del mirador en un estilo regionalista. Desde aquí, bajo una reparadora sombra, se pueden divisar las cúpulas de la catedral, el castillo y el monte de Gibralfaro, los montes de Málaga, el Mediterráneo y la frondosa arboleda de la Hacienda San José, al otro lado de la autovía.

Miradores del barrio Cerrado de Calderón

En los barrios que como un abanico rodean al centro de Málaga se encuentran varios miradores, que son como un secreto a voces entre los lugareños.

Algunos de ellos en la zona de Cerrado de Calderón, en la zona oriental de Málaga, son los del Falcon, el de Blapo y el Mirador del Cerrado.

Miradores del barrio Cerrado de Calderón. Foto Wikipedia

En algunos de ellos se ven las huellas del incivismo, desde los graffitis en viviendas abandonadas a la generación de vertederos.

Pero transitando con el coche se pueden encontrar rincones que permiten obtener hermosas vistas de la bahía, el puerto y el dédalo de calles del centro histórico.

El mirador de Cerro de San Antón

Seguimos por uno de los miradores que atraen a los visitantes con ganas de aventura: el Cerro de San Antón.

Ubicado al norte de la ciudad, esta elevación está flanqueada por la Barriada del Palo y consiste en dos promontorios conocidos como Las tetas de Málaga, que se elevan entre los 491 y 507 metros de altura.

En las afueras de la ciudad se encuentran miradores en la cima de los cerros del Parque Natural de los Montes de Málaga

Para llegar se puede realizar un trayecto de senderismo de dos a cinco horas (depende si algunos tramos se adelantan en coche o en autobuses como el número 11).

Málaga desde el Cerro San Antón. Foto Manu Rodríguez | Flickr

Desde estos miradores se divisa tanto la costa oriental como occidental, desde la Cala del Moral hasta Fuengirola, incluyendo la ciudad de Málaga, las playas de Pedregalejo o el Monte de Gibralfaro.

A las espaldas del monte San Antón está el Parque Natural de los Montes de Málaga, una interesante reserva de fauna y flora autóctona.

El mirador de Pocopán

Uno de los picos integrantes de ese parque es el Mirador de Pocopán. El nombre es una deformación de una expresión de una de las casas que se encontraban en el lugar, cuyo propietario decía (medio en serio, medio en broma) que en su finca había “mucho vino y poco pan”.

El Parque Natural Montes de Málaga desde el mirador de Pocopán. Foto Junta de Andalucía

Este mirador se encuentra a mayor altura, exactamente a 894 metros, en un entorno rodeado de viñedos.

Desde aquí se contempla un fascinante paisaje serrano con algunas de las picos más destacados que rodean a la ciudad, como el Jobo, Camarolos, las Cabras, el Torcal de Antequera o los tajos de Gómer y Doña Ana, estos últimos en la Alta Axarquía.

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