Entre el deseo y el tabú: la exposición que revela la vida sexual de los marineros

El Museo Marítimo de Barcelona analiza cómo se vivía la sexualidad entre marineros a pesar de las trabas religiosas y culturales contra el colectivo LGTBI

Ilustración Ariadna Veas Valdés

Desde que la humanidad se animó a navegar en pequeñas barcas, desafiando los océanos en búsqueda de tierras desconocidas, las relaciones sexuales, eróticas y sentimentales estuvieron siempre presentes. Sean hetero u homosexuales.

Pero estas últimas estuvieron siempre ocultas bajo un manto de represión, miedo, autoritarismo jerárquico y tabúes culturales y religiosos.

El Museo Marítimo de Barcelona considera que es hora de ponerlas a la luz, en una exposición que se encuadra en las acciones Museus LGTBI, organizadas entre los centros culturales de la ciudad para reivindicar el orgullo de este colectivo.

Quema de monjes acusados de sodomía. Foto The Trustees of the British Museum

El deseo y el mar

La exposición El deseo fluye tanto como el mar estará abierta hasta el 14 de noviembre, y analizará la sexualidad de los hombres que pasaban días, meses e incluso años navegando en espacios minúsculos, casi sin intimidad, regido por sólidas jerarquías y en donde la presencia de las mujeres (por superstición o misoginia) estaba prohibida.

La exposición analiza cómo las relaciones sexuales, eróticas y sentimentales estuvieron siempre presentes entre los hombres de mar, a pesar de las represiones y miedos

Pero a pesar de las apariencias, “la sexualidad se vivía de forma fluida y flexible”, indican en el museo.

La muestra analiza cómo en la Edad Moderna las relaciones homosexuales estaban castigadas bajo la figura del ‘pecado nefando’, y el análisis de los procesos judiciales contra marinos (desde altos mandos a grumetes) revela cómo su práctica era más habitual de lo que se creía, aunque los castigos iban desde la tortura a la muerte.

El espejo de la sociedad

Su análisis “confirma que el barco funcionaba como un espejo de la esfera social”, donde imperaba la hipermasculinidad y se consideraba “como estratos débiles” a homosexuales, mujeres y niños.

Las piratas Anne Bonny y Mary Read, de quienes se decía que eran amantes.

 Y cabe recordar el infierno que podían pasar los pajes, niños pobres o sin familia que embarcaban con 8 o 9 años.

Pero las actas, como las del Archivo General de Indias en casos como el del proceso contra Cristóbal Maldonado, descubre que muchos marineros se negaban a arrepentirse “de sus pecados” y revelaba que en las cubiertas había más sexo que el que los capitanes estaban dispuestos a reconocer.

También se descubren prácticas que pueden sorprender, como el ‘matelogate’, una especie de matrimonio entre hombres para garantizar la herencia en caso de muerte.

Esto sucedió entre los siglos XVI y XVII en la isla de la Tortuga (Haití), como parte de los pactos entre piratas.

El arte y la homosexualidad en los mares

Además del recorrido histórico la exposición también abre puertas al arte. Así se puede ver la trilogía Nefandus del colombiano Carlos Motta, que investiga cómo la colonización española frenó la diversidad sexual de América.

Los dibujos de hombres hipermusculados de Tom Finland. Foto Museo Marítimo Barcelona

Otra faceta es cómo algunos autores como Jean Genet, Rainer Werner Fassbinder, Benjamin Britten o Kenneth Anger construyeron la figura del marinero homosexual en ambientes de promiscuidad y vicios.

En la muestra se contraponen el ideal del marinero homosexual, entre la figura torturada y marginal de Jean Genet y el hipersexualizado de Tom Finland

A ellos se contraponen los dibujos de Tom Finland, que representa a hombres en una “dimensión hiperbólica”, con cuerpos esculturales y falos que apenas pueden resistir la presión del pantalón; y que ocupan profesiones tradicionalmente masculinas, como el ejército, la construcción y claro, también como marineros.

Otra vertiente es la de la pareja Pierre et Giles, donde la figura del marinero entra en una estética kitsch, dotada de un mayor romanticismo y “con un orgulloso amaneramiento”.

El beso entre dos bomberas de la marina de EEUU. Foto US Navy

La muestra concluye con el análisis de los cambios en los últimos años, donde a pesar de una cierta normalización de los imaginarios homosexuales muchas restricciones y miedos persisten entre los profesionales LGTBIQ vinculados al mundo marítimo. Es hora de ponerle fin.

Ilustración de portada: Ariadna Veas Valdés

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