El mirador de Nueva York que juega con el vértigo

En un mes se inaugura Summit, el observatorio del rascacielos One Vanderbilt, que además de un ascensor transparente y un mirador de vidrio presenta una puesta en escena donde el vacío se multiplica al infinito

La creación de Kenzo Digital confunde los sentidos de ‘arriba’ y ‘abajo’. Foto Summit One Vanderbilt. Foto Summit One Vanderbilt

El rascacielos One Vanderbilt, con 427 metros de altura, es uno de los nuevos iconos de la arquitectura de Nueva York. Inaugurado hace exactamente un año en pleno Midtown Manhattan, marca un balance con el Downtown, que ha cambiado radicalmente de cara con las torres de cristal y acero del World Trade Center.

Este edificio, el próximo 21 de octubre, abrirá las puertas del mirador más fascinante que tendrá la Gran Manzana, porque no solo desplegará unas increíbles vistas sin obstáculos, sino que combinará las panorámicas con una instalación que engañará a los ojos y acelerarán las pulsaciones.

Como un Central Park en el cielo

Summit One Vanderbilt es un espacio de 6.000 metros cuadrados diseñado por el estudio noruego Snøhetta

Allí el artista Kenzo Digital creó la puesta en escena llamada Air (aire), que se presenta como “un Central Park en el cielo”. Aunque más bien, parece algunas de las escenas oníricas de la película Origen, de Christopher Nolan.

Air es el nombre de la instalación creada por Kenzo Digital. Foto Summit One Vanderbilt

Por medio de un despliegue de espejos, los visitantes pierden la noción del espacio, no saben si están flotando o si en pocos pasos pueden caer al vacío.

Kenzo Digital creó un espacio de espejos y esferas que sumergen al visitante en una experiencia en la que pierde el sentido del espacio

Air trae el entorno exterior al espacio y luego lo magnifica de forma infinita”, indican los promotores de esta futurista obra de arte.

La experiencia altera los sentidos. Foto Summit One Vanderbilt

Una experiencia que desafía los sentidos

La experiencia inmersiva, que engaña los sentidos, se potencia con un despliegue de luces y sonidos se crea el efecto de “yuxtaposiciones de formas”, donde algunas personas pueden sentirse relajadas por percibir que están en el vacío, pero otras quizás se muestren un poco nerviosas por no ver que sus pies pisan tierra firme.

En el lugar también hay esferas espejadas y otras superficies que llevan al visitante a experimentar una realidad paralela.

La percepción visual se multiplica con los juegos de espejos. Foto Summit One Vanderbilt

Ascensores y miradores transparentes

Este no es el único atractivo del One Vanderbilt. En este rascacielos se puede salir a los palcos llamados Levitation, donde una plataforma transparente ubicada a 324 metros sobre Madison Avenue puede asustar al más valiente.

Para llega a este mirador que parece invisible se puede llegar en Ascent, un ascensor totalmente transparente que sube rápidamente hasta la terraza que está a 364 metros. Si alguien está seguro de no sufrir vértigo, que pruebe a viajar unos segundos en él.

Para llegar a Levitation, el balcón transparente, se puede tomar el ascensor llamado Ascent, que también es totalmente de vidrio

Ya más relajado, con el corazón que recupera su ritmo normal, será posible tomar una copa y una comida ligera en el sofisticado Après, el café y salón de temática nóridca también diseñado por Snøhetta.

El ascensor a la terraza es transparente. Foto Summit One Vanderbilt

O si se quiere respirar el aire a cientos de metros de altura, puede ser en la Summit Terrace, donde desde las caras sur y oeste del One Vanderbilt se puede tener vistas panorámicas de hasta 130 km.

El precio por vivir esta experiencia costará 33 euros, y se podrá visitar de jueves a domingo

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