Este verano Barcelona despliega sus colores. Es el azul del Mediterráneo, el amarillo claro de sus playas, el verde de sus parques y sierras. Es el arcoíris cromático de sus festivales, las visiones fugaces de un balón que rueda y de una tabla de windsurf que cabalga en las olas. Son el rojo y marrón de los tejados y cúpulas que se ven desde las terrazas, los dibujos del arte urbano, el gris de las rocas de sus edificios y monumentos más emblemáticos.
La ciudad presenta un variado abanico de actividades para realizar al aire libre, desde las culturales a las relacionadas con el sol, la playa y la naturaleza.
Y sin dejar de lado las propuestas de los museos y galerías, los paseos por sus calles históricas, el descubrimiento de rincones desconocidos, la alegría de las fiestas populares y el talento que brilla en conciertos y obras de teatro.