Balat y Fanar: los barrios del arcoíris en Estambul

Sus casas pintadas de vivos colores y sus cafeterías de estética retro convierten a Balat y Fanar en dos agradables sorpresas para los que visitan Estambul

Las casas tradicionales de colores, la postal más famosa de Balat, en Estambul

Sus casas pintadas de vivos colores y sus cafeterías de estética retro convierten a Balat y Fanar en dos agradables sorpresas para los que visitan Estambul

Balat y Fanar son unos de los barrios más antiguos de Estambul, y de los que más rápidamente se están poniendo de moda. Todavía pasan algo desapercibidos por el radar turístico, pero cada vez son más populares por sus casas y escaleras revestidas de vivos colores.

Ubicados al norte de la zona monumental del Cuerno de Oro, son barrios donde históricamente han residido las minorías griegas y judías desde que Constantinopla cayó en manos de los turcos otomanos.

Subir las cuestas es el precio a pagar por conocer el barrio.
Subir las cuestas es el precio a pagar por conocer el barrio.

Hogar de minorías

El sultán Mehmet II instó a los griegos ortodoxos a que se instalen en las lomas de las zonas más alejadas, quienes compartieron sus tierras, actividades y comercios con los judíos que fueron expulsados de España y de diversos países de Europa durante la baja Edad Media.

Las empinadas calles de Balat y Fanar fueron durante siglos el hogar de las comunidades griega y judía, amparadas por el Imperio Otomano

Estas comunidades progresaron bajo la sombra del Imperio Otomano hasta su disolución en 1923. Gran parte de la comunidad griega se mudó presionada por las presiones políticas y la judía hizo las maletas un par de décadas después desde que nació el estado de Israel.

Otras calles son menos vistosas pero igualmente bonitas.
Otras calles son menos vistosas pero igualmente bonitas.

En su reemplazo llegaron familias de las provincias del Mar Negro, quienes en mayor o menor medida mantuvieron las casas históricas del barrio, algunas con 200 años impregnados en sus ladrillos.

Por suerte iniciativas como las subvenciones de la Unesco están ayudando a resucitar estos barrios, antes que muchas de estas viviendas de madera dos y tres plantas, de arquitectura típica otomana, se pierdan para siempre.

El homenaje al arcoíris

Uno de sus atractivos más llamativos son las fachadas pintadas como si fuera un desordenado arcoíris.

No se conoce la razón de esta tradición decorativa, que se remonta al siglo XIX, pero esa explosión cromática es un imán para los amantes de la fotografía y para los que buscan localizaciones para producciones de moda o retratos de boda.

Pero hay un precio por pagar, y es tener que subir una cuestas que parecen imposibles, solo con la ayuda de las barandillas de las escaleras.

Los bares mantienen la estética de pintar de todos los colores posibles.
Los bares mantienen la estética de pintar de todos los colores posibles.

Eso motivó una cultura ancestral de pequeños cafés ubicados en los portales, con un par de mesas en equilibrio en la pendiente, creados para descansar tras la fatiga.

Las calles empedradas presentan unas cuestas tan empinadas que parecen imposibles de subir

Tomar un café al estilo turco o un té servido en el pequeño vaso en forma de tulipán, acompañado por un dulce como la baklava, es una agradecida pausa.

Esos instantes sirven tanto para reponer fuerzas como para conversar con los parroquianos, siempre dispuestos a escuchar y ser escuchados; aunque sea por señas o en un inglés básico.

Las calles que hay que conocer

Estos barrios abundan es un laberinto de callejuelas, escalinatas, pasajes y atajos, algunos pintorescos y otros en un estado lamentable. Pero eso le da un toque más auténtico, que aleja los fantasmas de que se conviertan en una atracción temática para el turismo.

De todas formas, cabe apuntar que entre las calles con casa de colores más famosas están Merdivenli Yokusu, Usturumuca y la intersección de Sancaktar Yokusu y Akçin.

Balat y Fanar abundan en tiendas de antigüedades.
Balat y Fanar abundan en tiendas de antigüedades.

Luego hay otras que mantienen una regularidad cromática, con sus fachadas de color terracota o rojo pálido, con el empedrado de la calle formando figuras que recuerdan a copas de árboles.

Boom de cafeterías y bares

El imán que representa estas casas ha convocado a jóvenes emprendedores que han abierto cafeterías o han reciclado antiguos bares.

Pero para no traicionar al espíritu de los barrios las han decorado con un rejunte de artículos y muebles para darle una estética retro.

Porque otro de los negocios florecientes en Balat y Fanar son las tiendas de antigüedades, donde se pueden encontrar desde elaboradas artesanías en madera, metal o cuero hasta baratijas que hasta caen simpáticas.

Varias de estas calles empedradas tienen una activa vida comercial, pero los mejores días para pasear y conocer su espíritu son los martes, en que se organiza un activo mercadillo ideal para pasear y probar algún bocadillo de pescado.

Iglesias y sinagogas

Varios edificios religiosos han quedado como testigos de los siglos de tolerancia en Estambul.

El más imponente es el Colegio Griego, un edificio de ladrillo del siglo XIX con estética de fortaleza renacentista, que aprovecha una de las alturas de las calles para erigirse como un centinela del Cuerno de Oro.

La imponente figura del Colegio Griego.
La imponente figura del Colegio Griego.

Uno de los edificios más importantes es el Colegio Griego, centro educativo de la élite de esta minoría

La escuela se creó poco después de la caída de Constantinopla, y por sus aulas pasaron desde ministros a importantes hombres de negocios de la importante comunidad griega del Imperio Otomano.

En este barrio se encuentra la Iglesia de San Jorge y la sede del Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, hogar espiritual de 250 millones de personas.

La comunidad búlgara de esta religión construyó la iglesia de San Esteban sobre la costa del mar, con su elaborado arte de hierro fundido de estilo neogótico.

También de Bulgaria llegaron los judíos sefaradíes, que edificaron la sinagoga de Yanbol, que no presenta un gran atractivo pero que todavía funciona a pesar de la diáspora de esta comunidad.

Comenta el artículo

Deja una respuesta

a.
Ahora en portada