La otra cara de la historia de Australia

‘Convictos’ describe los orígenes de Australia desde que cientos de miles de personas fueron deportadas desde Gran Bretaña hacia una tierra desconocida

Australia se ve como un país joven, desarrollado, una tierra lejana de costumbres heredadas de Europa. Entre el gigantesco desierto del outback y la fertilidad de la costa del búmeran, este país esconde una historia trágica, un nacimiento fruto de una de las mayores deportaciones humanas que se tenga registro. De eso consiste la novela Convictos (La Vocal de Lis).

Esta novela histórica Gerard Duelo explora los orígenes de Australia a partir de que el gobierno británico, agobiado por el exceso de la población carcelaria, decide usar las planicies desconocidas de esas tierras australes como destino para sus presos.

Entre 1787 y 1838 unos 825 barcos transportaron a 150.000 personas a la bahía que luego acogería a la actual ciudad de Sídney.

Una tierra remota y dura

El paraíso terrenal que había visto James Cook desde el Endeavour fue malinterpretado por las primeras expediciones con los convictos a bordo, y tanto los tripulantes como los guardias y los penados tuvieron que llegar a una tierra yerma, de temperaturas extremas en verano y con animales como serpientes, medusas y arañas que causan la muerte en instantes.

[Para leer más: Un homenaje en lápiz a los edificios más bonitos de Sídney]

Y sin contar con que Australia no estaba vacía, sino que hace más de 40.000 años que allí viven hombres y mujeres que se adaptaron al duro clima de sus geografías. Y por supuesto, no estaban muy de acuerdo con la presencia de los recién llegados.

Australia nació por la tragedia, por la deportación de miles de personas que llegaron a una tierra remota y hostil

Sobrevivir en esos lugares desconocidos, con terrenos que eran menos fértiles de lo esperado, con especies animales y vegetales desconocidas, fue un trabajo de supervivencia épico.

 

Portada del libro 'Convictos'. Imagen La Vocal de Lis

Portada del libro ‘Convictos’. Imagen La Vocal de Lis

La ciudad que nació de un presidio

Allí los convictos tuvieron que levantar las instalaciones de la prisión con sus manos, y luego también construyeron las calles, casas e infraestructuras de la futura Sídney.

La novela de Duelo repasa estos orígenes a través de las historias cruzadas de Alan Pocock y su pareja Rosemary.

Pocock será enviado a Australia por robar comida. Y no es una licencia literaria, muchos penados eran desterrados de por vida por delitos tan mínimos como ese. Pero el hombre se reencontrará con su antiguo amor, aunque ella llegará a Australia como pareja de un lord en búsqueda de fortuna.

El crecimiento de Pococok como ganadero transcurre en paralelo al desarrollo de Australia en sus facetas económica, política y social. Por aquel entonces no era un país unido, sino que cada territorio tomaba su camino independiente. Como muestra, basta recordar que cada estado tenía un ancho ferroviario diferente.

La otra cara del desarrollo

En Convictos no solo se describe el crecimiento de los prisioneros que se reinsertaron en la joven sociedad, sino los conflictos con los pueblos nativos, rechazo que comenzó con los primeros arribos y que se prolongó por políticas segregacionistas y matanzas avaladas oficialmente hasta la segunda mitad del siglo XX: cuando se sancionó la constitución en 1901 a los aborígenes se les negó el derecho al voto, situación que se mantuvo hasta 1967.

El libro, que se puede conseguir en Amazon y en librerías como El Corte Inglés o la Casa del Libro, se presentará virtualmente el 20 de abril en un encuentro con el autor, acompañado del Cónsul Honorífico de Australia, la profesora de novela histórica de la Escuela de escritura del Ateneo Barcelonés y de la responsable de la editorial La Vocal de Lis.

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