Así es el búnker danés que contará la historia de la Guerra Fría

En un bosque al norte de Dinamarca un gigantesco búnker de cemento se reconvertirá en un innovador museo sobre los años críticos de tensión nuclear

En los años sesenta del siglo pasado, se construyó en secreto en los bosques de Rold Skov, en la península de Jutlandia (al norte de Dinamarca), un enorme búnker de cemento que permaneció durante décadas oculto. Ahora se convertirá en un museo que arrojará luz sobre los años de la Guerra Fría.

Conocido como Regan Vest, el búnker, a 60 metros bajo tierra y creado para alojar al Gobierno y al rey en caso de estallido de una guerra nuclear, será el plato fuerte del espacio que impulsa el Museo Histórico del Norte de Jutlandia (HMNJ).

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Cajas negras

Por encima se construyen ya cuatro nuevos edificios que, como cajas negras semiocultas por el bosque, servirán de espacios de bienvenida y exposición, únicas manifestaciones visibles de un complejo que contará incluso con una réplica a gran escala de la bomba atómica Little Boy.

Regan vest day night

De noche, las cajas negras quedará herméticamente cerradas. Imagen: AARK.

Diseñado por los arquitectos de Aark, e inspirado en la mística de espías, agentes dobles y experimentos secretos de los años de la Guerra Fría, el acceso al museo se realizará por una suerte de cajas negras revestidas de aluminio anodizado, resistentes al viento y la intemperie generarán un magnético contraste con el bosque que las rodea.

Contará con un sistema móvil de lamas que le permite abrir durante el día y quedar hermética y secretamente cerrado de noche.

Fragmentos de historia

“Cuando los visitantes vienen a ver Regan Vest, no es «solo» un museo lo que están visitando. Es el concepto general de la exposición, el centro de aprendizaje, el búnker, la naturaleza y el hogar del ingeniero jefe del búnker y su familia”, explica el director del HMNJ, Lars Christian Nørbach, “y Aart ha logrado reunir todo esto en un solo paquete”.

El museo queda semioculto en el bosque. Imagen: AARK.

El museo queda semioculto en el bosque. Imagen: AARK.

Las cajas acogerán así el centro de bienvenida, tienda, café, un edificio administrativo y áreas de exhibición, todas unidas por espacios que permiten la entrada de la luz y animan a la reflexión antes de pasar a la siguiente experiencia.

Dentro, superficies de cemento y metal reproducen la expresión cruda del búnker, que solo se rompe con cálidos muebles de madera clara.

El corazón del museo

Con 5.500 m2 bajo tierra, Regan Vest es una evidencia tangible de la amenaza real que supuso la Guerra Fría, y se convierte por ello en el punto focal del museo.

Regan Vest. Imagen: AARK.

Regan Vest. Imagen: AARK.

Si en los edificios de Bienvenida y Exposición se ofrecen diferentes perspectivas del lugar y la época histórica de la Guerra Fría, que incluye desde el miedo a las armas nucleares hasta los frentes políticos y los escenarios de guerra, el búnker continúa la narrativa dando vida a la historia y proporcionando experiencias reveladoras para adultos y niños.

El proyecto no solo incluye el museo en sí; además de Aark participan SLA como paisajistas, Thøgersen & Stouby como diseñadores de la exposición y Niras a cargo de la ingeniería.

La exhibición de Regan Vest se dividirá en siete áreas expositivas. Imagen: AARK.

La exhibición de Regan Vest se dividirá en siete áreas expositivas. Imagen: AARK.

 

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