Claves tecnológicas que moldearán los viajes del futuro

La realidad virtual, la inteligencia artificial y los comandos de voz, entre otras tecnologías, guiarán los viajes en los próximos años

El turismo, que ha generado un volumen de más de 1.300 millones de euros brutos en reservas el año pasado, será uno de los sectores más beneficiados con la revolución tecnológica.

“El turismo del futuro es aquel pensado por y para los consumidores”, aseguran en la consultora Deloitte, que ha presentado un análisis sobre las tendencias para 2018 en el sector de los viajes y la hostelería.

Esta centralización de la estrategia obliga a las empresas turísticas a poseer la máxima información sobre el consumidor “y posicionarle como el centro único de la estrategia”, un concepto que en la jerga del marketing se conoce como ‘consumer centricity’.

Para llegar hasta el consumidor con más efectividad, las empresas tienen que saber utilizar diferentes herramientas informáticas y tecnológicas que están cambiando la forma de ofrecer, vender y brindar servicios en el sector turístico.

A su vez, las hoteleras y las compañías aéreas también pueden sacar partido del aprovechamiento de diferentes avances tecnológicos para ganar efectividad en sus servicios, y conocer las necesidades de sus clientes en tiempo real. La personalización es más personal que nunca, dice el dicho.

Inteligencia artificial: su repercusión está siendo tan importante como la llegada de la electricidad a principios del siglo XX. Esta es la fuente que mueve las plataformas tecnológicas, desde los asistentes virtuales hasta el estudio del big data.

El impacto de la inteligencia artificial equivale a la llegada de la electricidad a inicios del siglo XX

Las OTA’s aprenden a preparar resultados personalizados para sus potenciales clientes, mientras que los chats con operadores virtuales ayudan a dar respuestas sin necesidad de contratar asistentes humanos.

Gracias a la inteligencia artificial las empresas turísticas pueden gestionar un gigantesco volumen de información de redes sociales, fotografías, videos, chats y correos electrónicos para conocer con más exactitud las preferencias de sus clientes.

Internet de las cosas: basta imaginar un asiento de un avión que analice el grado de ansiedad del pasajero, su temperatura corporal y el nivel de hidratación para que el personal de cabina sepa cómo atenderlo mejor. O que un cuarto de hotel ajuste automáticamente la temperatura de la habitación cuando el huésped ponga un pie en ella.

El desarrollo del internet de las cosas da un paso de gigante al diálogo entre usuarios y objetos, una interacción de datos que nunca se había visto. La información de cada usuario, en tiempo real, ayudará a las compañías a ajustar sus servicios y ganar en eficacia, a la vez de reducir costes.

Realidad virtual: con la incorporación de este tipo de herramientas en los procesos pre-booking o durante la estancia, el producto turístico puede ser capaz de influir en la decisión de un cliente cada vez más exigente. Antes incluso de su visita física, el turista puede pasear en un hotel de forma virtual por la habitación, admirar las vistas desde su terraza o escuchar el burbujeo del jacuzzi. 

La conexión del internet de las cosas permitirá conocer los gustos del usuario gracias al uso de los dispositivos

Asimismo, si las técnicas de realidad virtual se ofrecen durante la estancia, convierten los servicios del establecimiento en productos competitivos, adaptados y sostenibles que elevan la experiencia del cliente a un nivel aún por explotar, precisan en Deloitte.

Tecnología de voz: algún día los móviles y mandos a distancia desaparecerán, y serán reemplazados por la herramienta de comunicación más básica: la voz. Aunque todavía no tienen el éxito esperado, varias grandes cadenas de hoteles apuestan por colocar altavoces inteligentes, como los fabricados por Amazon, Google o Apple, que permiten gestionar consultas al servicio de habitaciones, averiguar el clima o buscar canales de televisión sólo con órdenes orales.

El gran desafío será lograr que la inteligencia artificial de estos sistemas sea tan eficaz para lograr una traducción automática 100% efectiva, lo que sería una solución a una de las grandes barreras de los viajes: la incomprensión del idioma.

Automatización: hay hoteles que proyectan tener robots en su recepción o en el servicio de habitaciones. Pero la gran revolución de la automatización llegará con la expansión de los vehículos autónomos, tanto los coches particulares como los autocares y, no se descarta, también en los aviones. Todavía hay que regular las leyes para permitir la implementación de estos vehículos, pero los expertos más optimistas adelantan que en el próximo lustro habrá 10 millones de coches con esta tecnología por las autopistas del mundo.

Blockchain: esta tecnología permite agilizar las transacciones financieras y con una mayor seguridad. Pero no sólo sirve para girar dinero de un banco a otro en cualquier parte del mundo y que sea efectivo en segundos, sino que sus aplicaciones se extienden a otros campos como los programas de puntos o la distribución online de servicios, con un nivel de seguridad que evita el fraude o el robo de datos.

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