Este avión hace 50 años que resiste como el más rápido del mundo

El avión espía SR-71 Blackbird llegó superar los 3.200 km/h. Y medio siglo después de su primer despegue, todavía ninguna aeronave la pudo alcanzar

Algunos récords parecen destinados a pervivir por mucho tiempo. En el sector de la aviación hay una aeronave que solo se puede ver en museos, pero que 56 años después de su nacimiento se mantiene como el avión que rompió todos los récords de velocidad. Este es el Blackbird SR-71.

El origen fue por un escándalo

Su nacimiento fue fruto de un escándalo diplomático: cuando el avión espía U-2 fue derribado por el ejército soviético en 1960 el Pentágono ordenó construir una aeronave que volara más alto y rápido que ninguna, que no sea capaz de ser detectada por los radares y que no pueda ser alcanzada por un misil. Así de fácil.

Para resistir a las altas temperaturas el Blackbird tuvo que construirse en titanio…cuyo mayor proveedor era la Unión Soviética

Antes de que el Blackbird adquiera su nombre el proyecto se conocía como A-12. Se produjeron 13 unidades a cargo de la compañía Lockheed, y su concepción fue una proeza técnica y de operaciones encubiertas.

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Del SR-71 se fabricaron unas 32 unidades. Foto: Wikipedia

El dilema del titanio

Como la futura aeronave debería alcanzar velocidades supersónicas tendría que estar revestida de un material que pueda resistir temperaturas muy altas. El único viable el era el titanio, pero el mayor proveedor mundial era…la Unión Soviética.

La CIA creó varias empresas mineras fantasma para comprar titanio y garantizar la provisión. Pero no solo de los aviones, sino también de las herramientas que hubo que crear con este material, que se quebraba fácilmente con la tecnología existente.

Píntalo de negro

El vuelo inaugural de A-12 se realizó el 30 de abril de 1962, y dos años más tarde los ingenieros descubrieron que si el avión se pintaba de negro se rechazaría mejor el calor. Así nació el Blackbird (pájaro negro).

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EEUU desarrolló otras variantes del avión espía: uno era el YF-12 que servía para interceptar misiles, del que solo se construyeron tres unidades y que fue la revelación del plan secreto: el presidente Lyndon Johnson lo descubrió al mundo.

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Tres variantes del Lockheed SR-71. Foto: Wikipedia

Otra era el M-21, que en su parte trasera tenía un antecesor de los drones. Solo se hicieron dos, y se dejaron de fabricar en 1966 tras un accidente.

El espía que vino del cielo

Y luego llegó el SR-71, con una cabina para dos pilotos y una mayor capacidad de combustible.

Este fue el modelo más exitoso, concebido para ‘reconocimientos estratégicos’, y que debutó en los aires el 22 de diciembre de 1964.

La construcción usando materiales compuestos fue imitada por la aviación comercial décadas después

De esta aeronave se construyeron 32 unidades, que estuvieron al servicio de la Fuerza Aérea de EEUU por 35 años.

Para evitar ser detectado por los radares se construyó con materiales compuestos, una innovación que décadas más tarde sería aplicada en la aviación comercial.

SR 71 blackbird

El Blackbird podía volar a 25 kilómetros de la superficie. Foto: Lockheed

El récord de velocidad

En 1976 alcanzó el récord soñado: cuando volaba a 27.500 metros de altura llegó a una velocidad de Mach 3,3, o sea 3.218 km/h. Esto es un 50% más rápido que la velocidad máxima del Concorde, de 2.179 km/h.

Paradójicamente el avión espía nunca atravesó el espacio aéreo soviético. Pero no le hacía falta, porque gracias a sus cámaras laterales podía captar cientos de kilómetros del país volando por encima de sus fronteras. Pero sí tuvo un papel muy activo en conflictos en Oriente Medio y en la Guerra de Vietnam.

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Pero volarlo era un desafío tecnológico, humano y económico. El despegue era similar al de un cohete, con cuenta regresiva incluida. La tripulación vestía trajes especiales que les permitía soportar el infierno en que se convertía la cabina en los momentos de mayor velocidad, modelos que sirvieron de antecedente para los astronautas que viajaron a la Luna desde 1969.

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El modelo M-21 con el dron en la parte trasera. Foto: Wikipedia

La caída en desgracia

A pesar de que ninguna de las aeronaves fue derribada por misiles u otras armas, unos 12 de ellos cayeron en diferentes accidentes.

El Blackbird no tenía capacidad para transmitir las fotos y datos en tiempo real: había que esperar a que el SR-71 aterrizara y se enviara el material al laboratorio.

En 1990 el gobierno de EEUU decidió dar de baja el programa. La nueva generación de satélites espías y la llegada de los drones, que podían enviar lo que veían al instante, condenaron al SR-71.

En EEUU hay unos 30 museos donde se puede ver a los SR-71 que descansan para siempre

SR 71 Portaaviones Intrepid Nueva York Foto Wikipedia

El SR-71 en el portaaviones Intrepid, en Nueva York. Foto: Wikipedia

El último de estos pájaros negros voló a manos de la NASA en 1999. Desde ese entonces, este avión y sus hermanos A-12 y YF-12 se pueden ver en museos como los de Palmdale (California), Eglin (Florida), en el portaviones Intrepid en el puerto de Nueva York, en el Nacional de la Fuerza Aérea de Wright-Patterson (Ohio), en el Museo de la Aviación de Seattle (Washington), así como en el Imperial de la Guerra en Duxford (Gran Bretaña).

Allí descansa su imponente silueta negra, con un diseño que todavía parece de una película futurista. Y 44 años después de su récord de velocidad, no hubo avión en la historia capaz de arrebatarle el cetro.

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