El rival chino de Airbus y Boeing camina con pies de plomo

El fabricante chino COMAC, supuestamente llamado a liderar la industria, sigue retrasando el estreno de su primer avión

El primer avión comercial de pasajeros chino de tamaño medio no termina de despegar. Su primer vuelo se retrasa mes a mes pero, según los expertos, cuando se produzca iniciará una carrera hacia una meta muy probable, la conquista china de los cielos del mundo. «Es la primera vez que se hace en este país un avión de uso comercial (de este tamaño). Es mucho mejor retrasar la salida que hacerlo mal porque tiene que ser un avión sin fallos y totalmente fiable», explica el profesor del China Europe International Business School (CEIBS), Nikos Tsikriktsis.

Con todos los ojos del sector aéreo puestos sobre ellos, los chinos «no tienen ninguna oportunidad de hacerlo mal», asegura este experto en el sector aéreo, quien está convencido de que «después de que superen esta primera prueba mejorarán rápido y crecerán a mucha velocidad». El pasado sábado, el fabricante del C919, Commercial Aircraft Corp of China (COMAC), informaba que el avión ha pasado «una importante evaluación técnica» por 63 especialistas que han concluido que el aparato es «técnicamente aeronavegable», por lo que su primer vuelo está cerca.

Sin embargo, aún deben hacerse pruebas de compatibilidad electromagnética y de rodaje antes de que tome el aire este avión al que los observadores del sector ven como un futuro competidor del estadounidense Boeing 737 y el europeo Airbus A320. COMAC ya ha vendido algunos ejemplares de un modelo más pequeño, el birreactor regional ARJ21, que también tuvo un desarrollo muy largo y realizó su primer vuelo comercial a mediados del año pasado, por lo que el C919 supondrá la consolidación en un segmento superior.

«Un avión es una máquina muy compleja y completa. Implica cientos de componentes y hay decenas de proveedores que te tienen que asistir. Hay muchas cosas que pueden salir mal en la construcción y por eso en China se tienen que tomar ese tiempo. Tomárselo no es una cosa mala, siempre y cuando hagas un buen trabajo», opina Tsikriktsis. Aunque el avión es de fabricación y diseño chinos, muchos componentes proceden de empresas internacionales.

«Los problemas que puedes tener con un avión son grandes, no es algo que lo puedas arreglar sobre la marcha. Cuando salga tiene que estar completamente listo y ser completamente perfecto para que el mundo tenga confianza», apunta. Desde el anuncio de su creación hace ya casi una década, los plazos del COMAC C919 han estado llenos de retrasos. Ante una gran expectación, en noviembre de 2015 se presentaba el primer aparato construido y listo para los ensayos de tierra, y se aseguraba que las primeras pruebas en el aire del aparato serían en 2016.

Los responsables de su desarrollo aseguraron a principios de febrero que esperan que el bautismo del aire del C919 sea antes de julio. La aerolínea China Eastern estrenará mundialmente el aparato. El C919 puede llevar entre 158 y 174 pasajeros, en función de las distintas configuraciones posibles, con una autonomía de entre 4.075 y 5.555 kilómetros. Es un aparato de fuselaje estrecho, un segmento que supone actualmente más de la mitad de las aeronaves comerciales en activo del planeta.

Cuando se ponga en vuelo tendrán que pasar unos tres años de sucesivas pruebas para que pueda entrar en servicio comercial, es decir, esto se producirá entre 2019 y 2020. Y es que, explica Tsikriktsis, desde que un avión se diseña hasta que entra en el mercado «pasan diez o quince años».

Sin embargo y pese a todas las dificultades, este experto está convencido de que China está llamada a «convertirse en líder del transporte aéreo. Es una cuestión de tiempo», sentencia. Así, «si este primer avión es seguro y fiable conquistarán el aire. Si consiguen que el primer avión funcione con éxito irán poco a poco mejorando su calidad y crecerán mucho. China tiene la visión y el objetivo de romper el duopolio existente entre Boing y Airbus y en quince o veinte años será capaz de lograrlo», afirma.

Ambas compañías observan «muy de cerca y muy cuidadosamente qué está haciendo China», y también las aerolíneas, que serían las principales beneficiadas de la llegada de un tercer fabricante a gran escala. Otra de las estrategias de China para liderar esta industria, señala el experto, son los acuerdos internacionales que está cerrando o pueda concluir en el futuro con otros países, como es el caso de Rusia.

En junio de 2016 y tras una visita de Vladimir Putin a China se anunció que ambas parte desarrollarán conjuntamente un avión de pasajeros de fuselaje ancho, con lo que Pekín entraría ya en el último segmento del sector.

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