Qué vestir (y qué no) cuando vas a volar

No es una cuestión de estilo: a la hora de volar hay que buscar prendas cómodas y que no compliquen la seguridad a bordo

El estilo de la moda en una avión es diferente al de tierra firme. Estar dos, cinco o doce horas sentado en un tubo metálico a 10.000 metros de altura cambia muchos conceptos de lo que se entiende por comodidad. No es cuestión de renunciar a verse elegante o fashion, sino de privilegiar el bienestar, la seguridad y la convivencia en un vuelo.

Sino, que se lo pregunten a Lady Gaga, que en 2010 subió a un vuelo con unos zapatos tan estructurados y un vestido tan sofisticado que empezó a sentir síntomas de trombosis, que puede surgir cuando la combinación de una menor presión en la cabina se suma a la inmovilidad, la deshidratación y a estar tantas horas en un asiento estrecho.

Por ello, siguiendo los consejos de Travel and Leisure, repasamos qué vestir y qué no cuando se viaja en avión.

Ropa cómoda antes que prendas ajustadas

Las prendas ajustadas limitan la circulación, y más todavía cuando se pasan tantas horas en un espacio reducido como el asiento de un avión. Por ello es mejor evitar los jeans, las camisetas y camisas que apenas dejan respirar y optar por ropas más holgadas.

También es preferible las prendas de fibras naturales que permiten una mejor respiración de la piel, como el algodón o el lino, antes que las sintéticas como el nailon o el cuero artificial.

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Al volar lo mejor es usar ropa cómoda.

Si se tiene frío, no es buena idea taparse con una pesada gabardina o un abrigo impermeable: esto generará que el cuerpo comience a sudar y haya un riesgo de constipado, al combinarse con la temperatura baja de la cabina al despegar.

Para estos casos, es mejor tener chaquetas de materiales respirables, como las que fabrican Gore-Tex o Patagonia.

Es preferible vestir prendas elaboradas con fibras naturales como algodón o lino antes que sintéticas como el cuero artificial o el nailon

Tampoco es buena idea vestir prendas tan grandes que pueden complicar el paso por el lavabo del avión, de dimensiones más reducidas que los de cualquier hotel o vivienda. Recordemos que muchas veces el piso está mojado, y una falda muy larga puede ser un mal aliado.

Nada de tacones

Dos palabras claves: calzado cómodo. Viajar con elegantes zapatos con tacones trae mas complicaciones que beneficios.

Por un lado, en un aeropuerto nunca faltan las ocasiones que algún retraso inesperado obliga a acelerar el paso (o directamente correr) para no perder el vuelo.

[Para leer más: ¿Por qué no hay que quitarse los zapatos en un avión?]

Por otra parte, también hay que dejar que los pies se relajen durante las horas de vuelo, y los zapatos con una horma muy estructurada complican este objetivo.

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Volar con zapatos de tacones no es una buena idea. Foto: Pxhere.com

También hay que recordar que en caso de emergencia hay que evacuar el avión descalzo. Eso no implica que se pueda viajar sin los zapatos: es un potencial riesgo de seguridad, por lo que a poco de despegar lo mejor es cambiarse el calzado por unas cómodas pantuflas, o por los calcetines para volar que se pueden comprar en las tiendas del aeropuerto.

Evitar los perfumes fuertes

Los aromas en un vuelo se intensifican, debido a la presencia de cientos de pasajeros en un espacio sin ventilación externa y con aire reciclado.

Siempre hay que volar con prendas limpias, y evitar el uso de perfumes, que pueden molestar a los pasajeros que compartirán tantas horas de viaje. Lo mismo vale para desodorantes en aerosol (mejor usar cremas o a bolilla) o para el espray del pelo.

Dado que en la cabina los aromas son más intensos, es mejor evitar el uso de perfumes al volar

Si se quiere tener un buen aroma al llegar, lo mejor es tener a mano una pequeña muestra de perfume como la que regalan en las tiendas y realizar un ligero roce ni bien se aterriza.

Nada de prendas ofensivas

Hay un código no escrito sobre la vestimenta de los pasajeros, que queda a criterio de los tripulantes. Por ejemplo, las aerolíneas de países de Oriente Medio o Asia son más conservadoras que las de Occidente, y si bien nadie pondrá el grito en el cielo por usar camisetas y gorras, sí es posible que haya problemas con vestidos muy escotados o con leggins demasiado ajustados.

[Para leer más: Cómo vas vestido importa si vas a volar]

Es posible que un tripulante prohíba a un pasajero abordar si considera que viste una camiseta con consignas ofensivas o políticamente incorrectas.

Imagen de Free Photos en Pixabay
Ante la falta de espacio y de ventilación hay que evitar usar perfumes y otros aromas fuertes. Foto: Free Photos – Pixabay.

¿Cuál sería el parámetro? Vístete como si fueras a visitar a tus suegros en una ocasión informal. Todo es cuestión de equilibrio.

Mejor gafas antes que lentes de contacto

En la cabina hay menos humedad, lo que lleva a que algunas partes del cuerpo, como la boca, las fosas nasales y los ojos se sequen más rápidamente que en tierra.

Por ello no es buena idea volar con lentes de contacto, que pueden generar molestias tras varias horas de viaje.

Capas y capas de ropa

En un viaje en avión se pasan por varias temperaturas: la exterior, que puede ser fría o cálida; en el interior de un aeropuerto los termómetros marcan unos 23 a 24 grados, pero dentro del avión –y sobre todo al despegar- el registro térmico cae a pique.

Para evitar sofocos e incomodidades, lo sugerido es llevar varias capas de ropa: una camiseta, otra de manga larga o una camisa, y un jersey o sudadera. Y quizás, una chaqueta liviana. Poner una, sacar otra, según la instancia del viaje, garantiza un vuelo más cómodo.

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