Los sindicatos de Vueling se amotinan

Pilotos y tripulantes de cabina cargan contra la dirección de la aerolínea semanas antes del pistoletazo inicial de la temporada de verano

Para unos, un ataque a la libertad de expresión. Para otros, simplemente una manera de controlar la imagen corporativa de una compañía. Para unos, una aerolínea sin personal al borde del colapso. Para otros, una medida de presión en plenas negociaciones del convenio colectivo. Sindicatos de pilotos y tripulantes de cabina se enfrentan a la dirección de Vueling a pocas semanas del comienzo de la temporada de verano. Tras la salida de Álex Cruz, la plantilla recibió con optimismo el rostro amable de Javier Sánchez-Prieto. Casi cuatro meses después, las promesas parecen haberse quedado en agua de borrajas.

La semana pasada, la asociación de comandantes Sepla denunció que la empresa había prohibido al colectivo “hacer declaraciones y conceder entrevistas a los medios de comunicación”. Incluso pidió “extrema prudencia” a la hora de utilizar las redes sociales, ya que «cualquier comentario» puede ser utilizado por la prensa.

Una manera de ordenar la información

Desde el departamento de comunicación de Vueling se desmarcan de cualquier intento de censura. “Es simplemente una manera de ordenar el flujo de la información”. Son varias las ocasiones en las que algún trabajador ha concedido entrevistas a medios, generalmente locales, sin pasar por la oficina de prensa.

Se quieren evitar, además, casos como el del comandante que recibió al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con una bandera española colgada de la corbata. “Cuando se habla, se hace en el nombre de toda la compañía”, remarcan. Según ha podido saber Cerodosbé, la misiva ha sido enviada a todo el personal de operaciones de la empresa.

Censura ante una situación laboral complicada

En cambio, un portavoz de Sepla lamenta que se trata de una medida para intentar coartar la libertad de expresión tras varios incumplimientos del convenio colectivo acordado el pasado verano. En el mes de junio, pilotos y directivos se reunieron con la huelga bajo la manga después de que los trabajadores radicados en el Aeropuerto de Fiumicino sufrieran unas condiciones laborales inferiores a los contratados en España. “Es abrir una puerta a la deslocalización de la producción”, señala.

Por ello, los empleados se blindaron para que sus colegas italianos tuvieran las mismas condiciones con un convenio equiparable para la base transalpina. “Desde hace semanas, se está incumpliendo la igualdad”, compara.

Los tripulantes alertan de otro verano caótico

Mientras, el sindicato de tripulantes de cabina Stavla alerta de “falta de personal en la gran mayoría de los departamentos”. Debido a “una planificación inadecuada”, el próximo verano se avecina como un foco de problemas después de que en la temporada estival anterior se sucedieran los retrasos uno tras otro, llegando incluso a quedarse miles de maletas abandonadas en el Aeropuerto de El Prat durante días.

Hace meses, la misma asociación ya denunció a Cerodosbé que las naves de la aerolínea eran “insalubres” y que las azafatas trabajaban cansadas. Fuentes de la compañía recordaron que se estaba negociando el segundo convenio colectivo con el gremio y que las demandas eran utilizadas como medidas de presión.

La mano blanda de Sánchez-Prieto

El clima laboral actual ha dado una vuelta de tuerca después de las buenas sensaciones iniciales al tratar con la nueva dirección. Tras probar la mano dura de Álex Cruz, los sindicatos confiaban en un giro con la llegada de Javier Sánchez-Prieto. De hecho, en los primeros encuentros las vibraciones “fueron muy positivas”, explican.

Ahora, casi cuatro meses después, temen que las palabras no se trasladen a los hechos y la situación laboral continúe cómo hasta ahora.

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