La tripulación de British Airways se rebela contra Álex Cruz

La plantilla protesta contra el nuevo sistema de control impuesto por la dirección, que permite valorar el trabajo de las azafatas en tiempo real

La plantilla de British Airways ya conoce el ‘sello’ Álex Cruz. Experto en la reducción de costes y la productividad, el ejecutivo bilbaíno ya encadenó conflictos laborales con tripulantes de cabina y pilotos en Vueling. Ahora, las azafatas de la compañía de bandera británica preparan una protesta por el ‘Gran Hermano’ que la dirección quiere montar para controlar al gremio.

La aerolínea ultima la implementación de un sistema de evaluación para la tripulación en el que los pasajeros y los propios compañeros podrán puntuar en directo su trabajo. Todo accesible en un tablero que incluirá una clasificación de los mejores empleados y una lista ‘negra’ con los que estén mal valorados. «Sospechamos que se trata de una maniobra que esconde un futuro recorte de empleo», ha denunciado un representante sindical a The Guardian.

Con el temor de un ‘tijeretazo’ sobre la mesa, los 8.800 trabajadores de la British Airlines Stewards and Stewardesses Association (BASSA) han votado por protestar. El 91% de los asociados que acudieron a las urnas se mostraron contrarios a la nueva herramienta y, sin bien han aparcado la opción de la huelga, preparan medidas de presión contra Cruz.

La aerolínea ha justificado que el servicio está a la orden del día en muchos compañías y que se trata de una medida para garantizar a los clientes «los mayores estándares de calidad posible»

«Es totalmente injusto que se nos ubique en una tabla y se nos haga competir entre nosotros», lamenta la plantilla. En algunas ocasiones, además, la evaluación puede depender de factores ajenos a sus habilidades como los retrasos, fallos en el aire acondicionado o errores en los sistemas de entretenimiento, que rebajan la satisfacción de los viajeros.

Mientras, la aerolínea ha justificado que el servicio está a la orden del día en muchos compañías y que se trata de una medida para garantizar a los clientes «los mayores estándares de calidad posible». A su vez, lanza un mensaje a la plantilla y abre la puerta a matizar el instrumento.

La polémica se une al último anuncio de la entidad británica: Dejar de servir dos comidas de forma gratuita en los vuelos de larga distancia para la clase turista  

British Airways no se enfrentaba a una crisis laboral de tal calado desde 2010, cuando miles de trabajadores participaron en 22 jornadas de huelga que costaron unos 170 millones de euros a la filial del Grupo IAG -que también engloba Iberia, Vueling y Aer Lingus– por la decisión de rebajar el volumen de personal en los vuelos de largo distancia. 

La polémica, además, se une al último anuncio de la entidad británica: Dejar de servir dos comidas de forma gratuita para los viajeros que contraten la clase turista en los trayectos de más de ocho horas y media. Una medida tomada con la mente puesta en el ahorro de costes, uno de los principales desafíos que tiene Álex Cruz al frente de la firma con base en el Aeropuerto de Heathrow (Londres).

 

 

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