La NASA está lista para volar su avión supersónico (y silencioso)

El avión X-59, desarrollado por la NASA con Lockheed, iniciará las pruebas en el otoño de 2021 para comprobar si puede volar sin el temido golpe sónico

A pesar de la pandemia el equipo de Lockheed Martin siguió trabajando para crear el primer avión supersónico que no producirá una explosión sonora. Se trata del X-59, cuyo prototipo debería realizar sus vuelos en nueve meses.

La NASA y Lockheed Martin definieron las fechas para los primeros vuelos experimentales: será en el otoño de 2021. Y cuando este avión de estética alargada y alas en forma de delta comience a ganar velocidad y rompa la barrera del sonido se comprobará si los cálculos del diseño han sido correctos.

El incierto desafío de la realidad

“Cuando tienes un avión real en condiciones atmosféricas reales hay muchas variables que son difíciles de calcular”, anticipó Craig Nickol, gerente del proyecto de la NASA Low-Boom Flight Demonstrator a Flight Global.

Los ingenieros de la NASA no pueden afirmar que el X-59 será el avión silencioso que esperan hasta que realice sus primeros vuelos

Este ingeniero reconoció que es difícil de predecir cómo actuará el avión ante la ruptura de la barrera de sonido, pero lo que sí está seguro es que su impacto será mucho menor al que realizaba el Concorde.

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El desafío es si el X-59 puede volar sobre núcleos poblados. Foto Lockheed Martin

Un impacto que no molesta

Según los cálculos de la NASA y Lockheed Martin el X-59 debería producir un impacto auditivo menor a los 75 decibeles en la tierra, lo que equivale a un “trueno alejado” o a “un vecino golpeando fuerte la puerta de su coche”, describe el fabricante de aviones en su web.

[Para leer más: La NASA calienta los motores de su avión supersónico]

El Concorde tenía un golpe sonoro que llegaba a los 105 decibeles en tierra firme, lo que empujó a que sus operaciones se realicen, en su mayor parte, sobre mares y territorios despoblados.

Recolección de datos

Los vuelos del X-59 servirán para recolectar información sobre la posible contaminación acústica en las comunidades por donde vuele.

Esos datos serán enviados a la Administración Federal de la Aviación, el organismo regulador de EEUU, para que decida si es viable que regresen los vuelos supersónicos, desterrados tras el cese de operaciones del Concorde en octubre del 2003.

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Los primeros vuelos llegarán en otoño de 2021. Foto Lockheed Martin

Dos veces más rápido que los aviones comerciales

Lockheed recibió una inversión de 218 millones de euros por parte de la NASA para desarrollar el primer prototipo y realizar los vuelos de prueba.

Para minimizar el impacto sonoro la cabina del X-59 no tiene ventanilla frontal: la visión se reemplaza por un sistema de cámaras y pantallas

El X-59 tiene un fuselaje de 30 metros y una envergadura de nueve metros. Está concebido para alcanzar velocidades de 1.4 Mach (1.715 km/h, el doble que los aviones comerciales) y que pueda volar a más de 16.700 metros.

Por ahora solo es un prototipo

Este no será un avión de pasajeros. La idea es comprobar si su diseño y materiales realmente logran una importante reducción sonora, y aplicar estos avances a otros modelos enfocados a la aviación comercial.

Su diseño prioriza la longitud para que pueda tener un menor impacto de las ondas sonoras, y en la cabina el piloto solo tendrá ventanillas laterales: la visión delantera será ofrecida por un sistema de cámaras y pantallas.

Ensamblaje en marcha

Estas semanas los operarios de Skunk Works, una filial de Lockheed, volvieron al trabajo para ensamblar el fuselaje, las alas principales y la cola. La mayor parte de la aeronave se construye en aluminio, aunque hay secciones de titanio para soportar las altas temperaturas del vuelo.

Lockheed espera entregar el X-59 a la NASA en el 2022, para que la agencia aeroespacial realice las pruebas de validación acústica en las instalaciones de centro Armstrong.

[Para leer más: Por qué EEUU fracasó en tener un avión supersónico]

En el 2023 vendrá la etapa más crítica: volar por encima de núcleos poblados y comprobar qué sucede cuando rompa la barrera del sonido.

“Tenemos muchos análisis hechos en ordenador. Pero no puedes saber qué sucederá hasta que construyas el avión y vuele en la atmósfera”, dijo Nickol.

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