Iberia alerta: “Cerrar una pista de Barajas sería un desastre para España”

Luis Gallego, presidente de la aerolínea, lamenta la caída de la demanda estadounidense por culpa del terrorismo

Una amenaza, un lamento o un hecho. El presidente ejecutivo de Iberia, Luis Gallego, advierte que una reducción de la capacidad operativa del Aeropuerto de Barajas sería “un desastre para Madrid, para España y para la economía española”. La advertencia llega después de que el Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid imputara a cuatro directivos de Aena -entre ellos el actual presidente, José Manuel Vargas– por desobediencia y un presunto delito contra el medio ambiente debido al ruido ocasionado por los aterrizajes y despegues de la pista 18R/36L 

«En un momento en el que se quiere activar la economía de España, que la T4 siga perdiendo posiciones como ‘hub’ de referencia en Europa y se limite su crecimiento y el de una actividad que genera muchos empleos y que ayuda tanto al PIB es un desastre», ha alertado el directivo en un encuentro con periodistas invitados al vuelo inaugural de la compañía entre Madrid y Shanghái.

El proceso judicial lleva más de una década abierto, después de que los vecinos de la urbanización de Santo Domingo denunciaran a la semipública. El Tribunal Supremo les dio la razón y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid obligó en 2014 a reducir un 30% la actividad sobre la localidad afectada. Ahora, Aena alarma que el recorte provocaría una caída de 70 millones de pasajeros hasta 2030 y la pérdida de 42.000 puestos de trabajo en toda España. 

 «Los americanos prefieren volar a destinos donde no hay incertidumbre», lamenta Gallego

Una mala noticia que se uniría a la caída de la demanda procedente de Estados Unidos por culpa de los ataques terroristas de París y Bruselas. «Los americanos prefieren volar a destinos donde no hay incertidumbre», señala Gallego.

Al respecto, desde Iberia confían en que la primera visita oficial del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a España en julio incentive los viajes a nuestro país por parte de los estadounidenses como ya ocurrió con el viaje relámpago que realizó Michelle Obama a Granada en 2010.

El directivo sostiene que la demanda en Bruselas y París se ha recuperado, aunque con precios más bajos, pero en el largo radio no se aprecia tanto. Las recomendaciones emitidas por EEUU no ayudan y además el viajero estadounidense no suele diferenciar dentro de Europa entre unos y otros destinos y el impacto se amplía a toda la zona.

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