Desafío de Qantas: “quiero un avión que vuele 20 horas sin parar”

Qantas reta a Boeing y Airbus a fabricar un avión que supere al A350, que puede volar 18 horas sin escalas

“Esta es la nueva frontera de la aviación”. El consejero delegado de Qantas, Alan Joyce, pretende que su aerolínea una Sídney con Londres, o incluso con Nueva York, en vuelos que podrían durar más de 20 horas. Pero el problema es que todavía no existen aviones que puedan operar una ruta tan larga sin escalas.

Ese es el desafío de la aerolínea australiana a Boeing y Airbus: construir un avión con una autonomía superior a las 20 horas. Pero no es todo: debería tener una configuración de clases que le permita a la compañía que los vuelos sean un buen negocio, y la cabina debería estar configurada de una forma tal que el jet lag sea minimizado lo más posible.

Despunta el Proyecto Amanecer

Qantas se entusiasmó con el Proyecto Amanecer (nombre en código de la expansión de los vuelos de ultra largo radio) tras haber unido a Perth con Londres en un vuelo de 17 horas non-stop.

También aceleró sus planes tras la nueva marca de la ruta más larga del mundo, que será ofrecida por Singapore Airlines con su vuelo de 18 horas y 45 minutos entre Singapur y Nueva York.

Dos candidatos posibles

Los candidatos más factibles para poder asumir el desafío de Qantas son el Boeing 777 y el Airbus A350. La aerolínea australiana quiere tener el nuevo modelo operativo para el 2022, y además de la capital británica o la Gran Manzana, sueña con llegar a París, Chicago o Río de Janeiro sin escalas.

El Boeing 777 y el Airbus A350 serían los modelos que, con algunas adaptaciones, podrían servir para volar 20 horas sin escalas

Un punto clave es cómo se configurará la cabina. El futuro vuelo ultra largo de Singapore Airlines destinará 161 asientos de business y económica premium en un avión que puede transportar a 250 pasajeros.

Qantas pretende que en la futura aeronave puedan viajar 300 pasajeros. Una alternativa sería reducir el área de bodega e instalar allí literas u otra clase de asientos tanto o más cómodos que los de business.

Otros problemas a resolver

Además de la configuración de las clases, Qantas tiene que resolver cómo lograr la comodidad de sus pasajeros en vuelos tan largos. Para la conexión Perth-Londres trabajó con psicólogos, nutricionistas y expertos en fisiología del sueño del centro Charles Perkins, de la Universidad de Sídney.

Los científicos advirtieron que no hay forma de vencer al jet lag, pero sí hay maneras de reducirlo, con ‘trucos’ como los cambios tenues de luz en la cabina o una alimentación adecuada que no caiga mal tras tantas horas en el aire.

También quedará por resolver cuestiones sindicales con los pilotos y tripulantes sobre la operatividad a bordo, y la posibilidad de llevar personal de refresco para crear turnos de trabajo.

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