¿Tienes poco espacio para las piernas? En la próxima década será peor

Las aerolíneas han reducido notablemente el espacio entre las filas de asientos. Y la tendencia seguirá en los próximos años

Llegará un momento, quizás no muy lejano, en que viajar en avión será lo más parecido a ir en un bus o el metro en hora pico. En la última década el espacio entre las filas de asientos se ha reducido en varios centímetros, y más allá de los trasnochados planes de algunas compañías de diseño de interiores, hay aerolíneas que buscan ideas para llevar más pasajeros en cada vuelo.

El último pedido de este tipo a Airbus fue por parte de Cebu Pacific Air, una aerolínea de bajo coste de Filipinas que solicitó al fabricante europeo que la cocina y los baños de los nuevos A330neo sean ubicados en la parte trasera.

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¿Para qué? De esta manera podría el avión podría contar con 460 asientos, 20 más que su configuración actual, informa Bloomberg.

La tentación de las aerolíneas asiáticas

Esta es una de las alternativas que barajan las aerolíneas asiáticas para gestionar el galopante crecimiento de pasajeros. Ya no solo alcanza con comprar más aviones, contratar más tripulantes y pilotos y construir aeropuertos más grandes, sino que también se trata de que los aviones vuelen más llenos que nunca.

Cebu Pacific Air pidió a Airbus que sus A330neo sean configurados para poder transportar a 460 pasajeros, 20 más que en la actualidad

Cathay Pacific, que siempre fue sinónimo de confort en el aire, agregó un asiento adicional en cada fila de sus Boeing 777-300, con la reducción de 2,54 centímetros de ancho en cada una.

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El espacio entre filas se ha reducido en los últimos años. Y seguirá adelante. Foto: Hong Nguyen – Unsplash

Exigencias a los fabricantes

Aunque esta idea de tener aviones con más plazas que lo habitual no es propio de las aerolíneas asiáticas: Ryanair solicitó a Boeing que reformule su B737 MAX 8 y agregue ocho asientos adicionales, para poder transportar a 197 pasajeros.

[Para leer más: Cómo hará Ryanair para meter 197 pasajeros en el nuevo B737 MAX]

Cuando una aerolínea decide cambiar de modelo de avión no solo responde a mejores rendimientos del consumo de combustible. En la ecuación también entra la capacidad de pasajeros.

En el caso de Air Tahiti Nui, de los 83,8 centímetros de separación que tenían la clase económica de los A340, se pasó a los 78,7 centímetros de los nuevos B787-9 Dreamliner.

Cada vez menos espacio

Hacia mediados del 2000 un tercio de los vuelos de largo radio tenían una separación mínima de 78,7 centímetros. Hacia el 2009 esta medida se había reducido a los a los 73,6 centímetros, y ya hay compañías de bajo coste, como Jet2, que tienen unos 71,1 de espacio.

Entre las que ofrecen menos espacio hay compañías que tienen 71 centímetros para estirar las piernas

No es la única: en vuelos de corto radio, Spirit Airlines, Frontier, Tap Portugal, Thai, Tui UK, Spring Airlines y la citada Cebu Pacific Air tiene una media de 71 a 73,6 centímetros entre filas.

Las más generosas

Entre las aerolíneas más generosas, para vuelos de largo radio en clase económica, se encuentran Virgin Australia y Westjet con 96,5 centímetros; y Hawaiian Airlines, United Airlines e Iberia con 93,9 centímetros.

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La separación entre filas en algunos aviones de TAP Portugal es de 71 centímetros.

Le siguen American Airlines, El Al, Edelweiss Air y Asiana con 91,4; y Aeroméxico, Interjet, Air Canada, Japan Airlines y Turkish Airlines con 86,3 centímetros, según estadísticas recopiladas por Seatguru.com. Sin embargo, estas medidas pueden variar según el modelo de avión.

Una nueva vía para facturar

Si las tarifas aéreas han bajado considerablemente en la últimas décadas, la reducción de espacios tiene un doble juego: además de poder llevar más pasajeros abre la puerta a que los viajeros paguen un adicional por disfrutar de asientos más cómodos.

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No en vano así ha crecido la clase económica premium en muchas aerolíneas. Junto con servicios que antes estaban incluidos, como las comidas y bebidas de a bordo, los auriculares o el equipaje de mano que se podía llevar, ahora también la comodidad se cotiza como un extra.

Pero siempre puede ser peor: sino, que lo digan esos diseñadores que proponen volar con sillines parecidos a los de una bicicleta.

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