Las aerolíneas afilan sus garras ante los taxis aéreos

El desarrollo de los taxis aéreos puede solucionar parte de la movilidad en las ciudades más congestionadas. Y las aerolíneas quieren ser parte de este mercado

En un futuro no muy lejano los pasajeros usarán cada vez menos los transportes tradicionales para llegar a los aeropuertos. Los taxis, trenes, coches particulares y servicios de metro seguirán existiendo, pero tendrán que competir con las cápsulas del Hyperloop y los taxis aéreos.

Los taxis aéreos aprovecharán el boom de la economía colaborativa para expandir sus servicios, mientras que en paralelo se acelera el desarrollo tecnológico que permite poner a estos drones gigantes en el aire.

Gigantes en pugna

Bell Helicopter y Uber trabajan en el desarrollo de UberAir, y según Patrick Moulay, vicepresidente de ventas del fabricante de helicópteros, entre el 2020 y el 2025 las primeras aeronaves de viajes colaborativos surcarán los aires de las principales ciudades del mundo.

En Dubái se probó con éxito el Volocopter, un prototipo de 20 rotores eléctricos capaz de transportar a un pasajero a una velocidad cercana a los 100 kilómetros por hora. En su creación participan la tecnológica Intel con el fabricante alemán Daimler.

Uber, Bell Helicopters, Daimler e Intel están en carrera por desarrollar los taxis aéreos

Que Dubái sea el campo de pruebas no es casual: los Emiratos Árabes Unidos tienen la meta de que el 25% de su transporte público sea autónomo para el 2030. Y quiere liderar el desarrollo de los taxis aéreos.

 

Solución sostenible

En ciudades donde la congestión del tránsito es el pan de cada día, la llegada de los taxis aéreos puede una solución sostenible (su locomoción es eléctrica) para la movilidad, aunque en un primer momento será restringida a un público corporativo y de alto poder adquisitivo.

Gracias a estos drones, una persona puede tardar 20 minutos para llegar desde el centro de Manhattan hasta el aeropuerto JFK de Nueva York (cuando en transporte público puede demorar hasta más de una hora).

Por ahora, para el viajero corporativo

Pero si una familia quiere llegar rápidamente a su hotel, con sus maletas a cuestas, tendría que tomar un taxi aéreo de cuatro plazas, lo que todavía no existe ni en los bocetos de los fabricantes. O contratar cuatro transportes.

Por ello las compañía que desarrollan este medio de transporte creen que el público inicial serán viajeros de negocios, que no tengan más equipaje que una maleta pequeña y un bolso para el portátil.

Las aerolíneas clavan sus garras

Las aerolíneas no quieren que la economía colaborativa absorba su mercado como ha sucedido con los taxis con Uber o los hoteles con Airbnb. Por ello cruzan los contactos con los fabricantes para poder ofrecer este servicio integrado a su oferta de viaje.

Así pueden controlar el mercado, y además, ofrecerán estos vuelos al programa de fidelidad por medio de la suma de millas o el pago con puntos.

Campo por desarrollar

A pesar de que los fabricantes anuncian que en pocos años se podrán ver estos vehículos en los cielos, todavía quedan años de pruebas, el desarrollo de infraestructuras para que estos drones puedan operar, y una mayor inversión financiera para empujar su expansión.

Y luego está el tema de los permisos legales para cruzar núcleos urbanos, un campo que no promete ser demasiado ágil.

a.
Ahora en portada