Un teléfono móvil a bordo es tan peligroso como una bomba

Los datos que manejan las aerolíneas indican que cada vez se producen más incendios en los aviones

Mientras se sigue analizando la posible causa de la caída del vuelo de Egyptair, los investigadores franceses afirman que la aeronave, antes de desaparecer, envió una serie de alertas que indicaban que se había detectado humo a bordo.

Aunque la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) ha prohibido, desde el pasado 1 de abril, todos los cargamentos de baterías de iones de litio en aviones civiles, la medida no afecta a las baterías contenidas en aparatos electrónicos que transportan pasajeros y tripulantes en los vuelos comerciales.

Los incendios aumentan de año en año

El capitán John Cox, piloto durante 46 años y experto en incendios en aviones, tampoco tiene claro lo que pudo suceder en el vuelo de Egyptair. En declaraciones a la BBC ha indicado que «si los tiempos que nos han indicado son los correctos, hubo 3 minutos de avisos de humo y de aumento de temperatura, seguidos de 4 de vuelo sin alertas y de 2 de caída. Para un fuego es un periodo de tiempo muy corto y para una explosión, como una bomba, es un periodo de tiempo muy largo».

John Cox maneja estadísticas que le dan que pensar. Cada año se producen entre 900 y 1.200 incidentes relacionados con el humo en los aviones sólo en Estados Unidos. «Para obtener una cifra global aproximada, basta con duplicar ese número», añade a la BBC Richard Westcott, otro experto en transporte aeronáutico. «La gran mayoría de estos accidentes no acaban en tragedia, pero sí hay incendios que han inducido la caída de aviones».

Las posibles culpables: las baterías de litio

Según John Cox, «este aumento de incendios se debe a dos motivos: al incremento del número de vuelos y de la gente que sube a bordo con baterías de litio. Por ejemplo, un avión que transporta a 100 personas puede llevar 500 baterías de litio en la cabina. Se encuentran en las cámaras de fotos, ordenadores portátiles, tabletas, teléfonos, libros electrónicos… He calculado que por un avión, al año, pueden pasar hasta 3.500 millones de estas baterías«.

Cox precisa que «las baterías pueden explotar por múltiples factores. Las se aplastan accidentalmente, por ejemplo al caerse, son especialmente peligrosas. Y más en el caso de que no sean de una marca fiable».

Respecto a las instalaciones anti-incendios a bordo, Cox añade que «los aviones modernos tienen detectores de humo, pero los extintores automáticos sólo están en la zona de carga o bodega. En cuanto a los extintores manuales, sólo suele haber uno en cada baño. El problema es que muchos incendios se ocasionan en lugares inaccesibles a los que no llega la tripulación».

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