Shuddle, el Uber para niños

La start-up se cubre las espaldas exigiendo que los conductores no tengan antecedentes o que no supere los diez años de antigüedad; la compañía ha recaudado poco más de dos millones de euros entre business angel e instituciones

El Uber de los niños ya circula por Estados Unidos. La star-up se llama Shuddle y está dispuesta a construir una marca reconocida a nivel nacional e internacional en los próximos meses proyectando su modelo en el polémico servicio que ha puesto en pie de guerra al sector del taxi de medio mundo.

Nick Allen es el empresario que ha ideado este servicio de transporte personalizado y pensado para los más pequeños. La empresa se ha lanzado a la conquista de un nicho hasta la fecha inexplorado con la vocación de revolucionar el mercado, como Uber. Para ello, la compañía ha recaudado poco más de dos millones de euros entre business angel e instituciones.

El control en una app

El servicio se adapta a la peculiaridad del cliente. Los padres se descargan la aplicación y pagan una cuota mensual de poco más de siete euros a los que se añade el coste de cada carrera que se puede reservar con hasta una semana de antelación.

Después de seleccionar al conductor, reciben un correo con una ficha que incluye su nombre completo y una fotografía. Además, proporciona información del vehículo que conducirá para la ocasión. Es entonces cuando los padres reciben una contraseña que el empleado de Shuddle tendrá que repetir cuando recoja al menor.

Medidas de control

Como medidas de seguridad, los padres podrán rastrear cada trayecto usando la misma aplicación móvil. Un control que también realiza la compañía. Además, la selección de los conductores no se deja al azar.

Uber para niños

Los chóferes debe pasar una entrevista en la que expliquen su experiencia en el cuidado de menores ya sea como niñeros, maestros o padres. Por descontado, Shuddle inspecciona el pasado de cada uno de ellos para excluir a aquellos que tengan antecedentes penales y examina el estado del coche, el cual no puede llevar más de diez años en la carretera.

Como curiosidad, del centenar de personas adscritas a la empresa como conductores, el 100% son mujeres.

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