Segundo asalto en Iberia

Empieza otra ronda de paros acompañada por la OPA sobre Vueling y las malas relaciones Pastor-Walsh

Broncas, broncas y más broncas. El entorno de Iberia admite todos los antónimos posibles de tranquilidad. El conflicto no es sólo laboral, sino político y financiero.

La segunda ronda de cinco días de paros organizada por los sindicatos coincide con la tormenta desatada en el ámbito institucional por las cada vez menos disimuladas nefastas relaciones entre Ana Pastor y Willie Walsh.

Tres frentes

Además, los fondos de inversión preparan su estrategia para bloquear la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el grupo dueño de Iberia (IAG) sobre Vueling.

La aerolínea española saca pecho ante su plantilla. Marca músculo con una tesorería que llena los cajones con 800 millones (después de reservar 200 para despedir a 3.800 empleados). También comunicó que había recolocado a los pasajeros afectados esta semana.

Respaldo en British

Pero el conflicto ha dejado de ser estanco. Más de 600 tripulantes de cabina de British Airways (BA), la otra aerolínea de IAG, se suman este lunes en Madrid a las protestas en Barajas y se manifestarán el miércoles ante la sede del holding en Londres.

El 14 de marzo empezará a aplicarse el expediente de regulación de empleo (ERE). En las dos aerolíneas amenazan con endurecer las protestas. El posicionamiento de una parte, aunque mínima, de los trabajadores de BA ha pillado por sorpresa hasta a los sindicatos de Iberia.

Fractura sindical

El apoyo de los colegas británicos ha sentado como una bocanada de aire fresco en las cúpulas de la representación laboral. La negociación con la dirección de Iberia ha desquebrajado parte de la confianza que la plantilla tenía depositada en ellos.

Los empleados más jóvenes y los mayores se organizan por su cuenta. Serán los que recibirán el impacto más duro de la ola de despedidos. Se sienten perjudicados por sus compañeros en la mesa de negociación.

La intervención de Pastor

Pero el modo en que se está gestionando el ERE, que ahondará la herida del paro juvenil, no es la principal brecha entre el gobierno español y el grupo aeronáutico. Por encima de todas las discrepancias está Vueling, cuya OPA ha empezado.

La Ministra de Fomento ha trasladado a IAG el malestar por el hecho de que no sea la propia Iberia, que ya tiene el 46% de la aerolínea presidida por Josep Piqué, la que tome el resto del capital. A la política gallega le ha causado “indignación” que sea la matriz la que asuma el rol de accionista mayoritaria.

Arrinconamiento de Iberia

Pastor sospecha que esta maniobra en bolsa podría suponer el primer paso de una supuesta estrategia para arrinconar a la compañía de bandera española, informa El Mundo.

Inesperadamente los accionistas minoritarios de Vueling, Optimux, Farringdon y BNP Paribas, han encontrado una aliada en sus acciones contra la OPA. Los tres fondos, que quieren poner en valor sus acciones, se reunirán esta semana para fijar la postura definitiva. Si no aceptan sumaran el 10% del capital y podrían parar la operación.

Pérdidas millonarias

Mientras tanto, en Londres las intervenciones de Pastor, tanto por la OPA como por el ERE, están erosionando la paciencia. Tanto, que el consejero delegado advirtió a través de los analistas: “No nos obligarán a mantener Iberia en pérdidas”. La semana decisiva podría culminar incluso con la propuesta de la mediación voluntaria para frenar el conflicto laboral en Iberia.

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