Pullmantur vuelve a contratar en España un año después del ERE

El consejero delegado de la empresa, que ha frenado el traslado de la sede central a Panamá, ve en el mercado español sólidos signos de recuperación

Pullmantur ha vuelto a ver la luz. Después de un año en el que se vio obligada a ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo, ERE, que afectó a 38 trabajadores y que la sede corporativa de la compañía (propiedad de Royal Caribbean) peligrara en España, la empresa se prepara para afrontar una nueva etapa de crecimiento.

La compañía comenzará a contratar de forma inmediata nuevo personal para reforzar nuevas áreas que hasta ahora habían permanecido desatendidas. El nuevo consejero delegado, Jorge Vilches, quiere dar máxima prioridad a un departamento de estrategia comercial. «Se hacían algunas acciones pero no con la intensidad que es necesaria», explica el consejero delegado que asumió el cargo en mayo después de abandonar sus responsabilidades en la línea aérea Latam.

No serán ni dos ni tres contratos. La empresa ha anunciado una importante contratación de personal fijo para afrontar la etapa de crecimiento que la compañía pretende sustentar tras los recortes y la reestructuración del pasado. La compañía esperar cerrar este año con un incremento del 15%, según explica su máximo responsable.

La empresa ha decidido las nuevas contrataciones después de haber descartado el traslado de la sede central de Madrid a Panamá. Royal Caribbean, propietaria de Pullmantur había sopesado la posibilidad de que la empresa española abandonara su mercado de origen para prestar atención al mercado latinoamericano con altos índices de crecimiento. «Yo creo que esa decisión no tenía ningún sentido porque España, Francia y Europa siguen teniendo gran capacidad de crecimiento», explica Vilches.

En lugar del traslado de la compañía, Pullmatur contará con sedes comerciales en Colombia, México y Argentina, pero la toma de decisiones continuará ejecutándose en Madrid.

Precios más reducidos

La compañía ha querido adaptarse a las dificultades del mercado local y comenzará a ofrecer precios más reducidos para los viajeros que no desean un todo incluido. Los clientes que contratan un precio cerrado sienten que están pagando por servicios que no disfrutan como, por ejemplo, los viajeros que no consumen alcohol.

«El cliente quiere mayor flexibilidad de precios y tenemos que cambiar nuestras políticas para ofrecer paquetes a las necesidades de cada uno», remata el consejero delegado.

a.
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